Con la llegada de los primeros fríos a la región un fenómeno natural embellece aún más el Lago Epecuén. El manto de sal volvió a teñir las costas de blanco, formando una capa de varios centímetros que cobra un aspecto similar al de una nevada.
El espectáculo arribó con las mínimas de 0°C que se registraron los últimos días en Adolfo Alsina y las ruinas de Epecuén vuelven a lucir repletas de los cristales que se forman cuando el sulfato de sodio se solidifica al quedar expuesto a bajas temperaturas.
Las tonalidades del fenómeno van cambiando según la hora del día y el atardecer es el momento en que el evento se transforma en una obra de arte technicolor, imprevisible y perecedera.
Cabe recordar que el Lago Epecuén es una salina húmeda; el punto final de una cuenca de lagunas encadenadas y sin salida, que recibe aportes de minerales desde esas lagunas aguas arriba, de pequeños arroyos y, fundamentalmente, de los surgentes que los arrastran desde las profundidades de la tierra. (Diario de Rivera)
Epecuén luce blanca como la nieve
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