El Diario Nuevo Día anunció el cese de sus ediciones
Su director publicó una nota repartiendo culpas y responsabilidades por la triste decisión que debió asumir
Bajo el título"Un adiós o un hasta pronto", esta es la nota de despedida
Los medios de comunicación están sometidos a situaciones de tensión constantes que imponen desafíos que rara vez llegan a conocimiento de sus lectores, oyentes o televidentes.
Las crisis impactan de manera inmediata en cada uno de ellos y, con más fuerza, en aquellos en los que los precios de sus insumos están directamente relacionados con el tipo de cambio. En este caso los medios gráficos como Nuevo Día.
Hemos sobrevivido a numerosas crisis a costa de grandes esfuerzos económicos, personales y con la colaboración y comprensión de muchos de los trabajadores. Tuvimos (y tenemos) colaboradores excelentes y también tuvimos ‘de los otros’… No viene al caso.
Nuevo Día debió tomar una decisión parecida a ésta en Junio de 1989 cuando, en plena hiperinflación, de enero a junio los costos se habían incrementado un 3.500 % y los ingresos apenas un 700 %.
En esta oportunidad fueron varias las razones que nos llevan a tomar esta medida, la que esperamos poder resolver en el corto plazo en la medida en que contemos con el acompañamiento de la sociedad y que ésta considere que ‘resolverla vale la pena’.
Excusarnos en el impacto de los cambios en los medios tecnológicos sería desconocer que los diarios de papel se siguen vendiendo en todo el mundo. Prueba de ello es que en toda América y también en Europa ‘los diarios gozan de buena salud’.
El empobrecimiento que los argentinos hemos sufrido en los últimos 20 años… un régimen laboral que invita a cualquier empleado con cierta antigüedad a apelar al inicio de un juicio considerándose despedido… la suspensión de las pautas publicitarias (mal utilizadas por los políticos para ‘castigar’ o ‘premiar’ a diferentes medios, según los políticos las cataloguen cómo críticos o los consideren “de los nuestros”…). Empleados infieles que hicieron sus negocios (cobrando por debajo de la mesa)… Habría muchas otras cosas por enumerar…
Tal vez todas estas razones fueron haciendo su aporte para llevarnos a esta situación, pero en este caso se suman algunos otros factores. Por ejemplo:
* Que 38 años es mucho tiempo de ponerle el hombro sin arrodillarnos ante ningún poder de turno, no cerrando nunca una puerta pero no yendo a golpear tampoco a ninguna… Además, en 1989 teníamos 35 años menos.
* Que, sumado a lo enunciado, desde agosto del año pasado no se nos paguen las publicidades oficiales de Nación y Provincia, lo que implica que, con el mismo importe (en el caso de que nos lo pagaran) compraríamos 1 Tn. de papel en lugar de las 4 que hubiéramos podido comprar si nos hubieran pagado en término, son razones más que valederas para ‘desensillar hasta que aclare’ (es un ejemplo apenas demostrativo).
* La comunicación que nos enviara DIB (Diarios del Interior Bonaerense) días pasados (entidad que oficia como nuestro ‘Representante de Medios’ ante los organismos públicos nacionales y provinciales, cuyo texto reproduzco en un recuadro aparte) no nos dan ninguna precisión de si lo que se nos adeuda nos será pagado, ni cuándo. Razón por la cual nos vemos obligados a tomar esta decisión.
Estoy absolutamente convencido de que, cuando el país entre en cauce normal, el diario de papel seguirá siendo un medio necesario por su calidad de ser ‘el que deja testimonio’, ‘el que registra la historia’ y porque es el que ‘permite seriedad y análisis’, además de ’opinión responsable’ y porque, como mencioné más arriba, ‘sigue teniendo vigencia en todo el mundo’.
Seguramente será necesario incursionar en ideas nuevas (las hay, y muchas) pero se necesitarán nuevos ejecutores.
Todo esto es lo que se prevé para un futuro, pero hará falta algo más: locomotoras nuevas que tengan la fuerza y las ganas que teníamos quienes hace 38 años quienes decidimos fundar Nuevo Día, porque creíamos tener la responsabilidad histórica de ‘hacer algo’, convencidos de que no podíamos darnos el lujo de quedarnos sin un medio gráfico en el que quedara registrada nuestra historia. (En los archivos de Nuevo Día están los testimonios vivos de 38 años de historia).
Ante una situación parecida, retomo las palabras de nuestro director en aquel 30 de junio de 1989, el Dr. Pablo Brighenti. En aquella oportunidad Don Pablo se despidió apelando a que, el cierre, “puede significar un adiós o un hasta pronto”, aquellas palabras de ayer, hoy las hago mías. En esa oportunidad fue un “hasta pronto” y confío en que en ésta será igual.
Les pido comprensión a nuestros lectores y les doy las gracias a todos.
Eduardo Minich - Director
PD. Los bochornosos hechos suscitados en el Senado de la Nación acaecidos con posterioridad a la redacción de esta nota, más la elevación al rango de ‘ministro’ del propio funcionario que nos responde que “se nos va a pagar pero que no sabe cuándo” arrojan sobre mí un manto de desesperanza. Sentimiento que, espero, sea pasajero.
Perdón.