La pintoresca localidad de Guaminí, anclada en el extremo oeste de la provincia de Buenos Aires, es un refugio donde la historia, la naturaleza y el espíritu festivo convergen en armonía. Su nombre, wapi minu en araucano, refleja la antigua isla indígena en la Laguna del Monte, conocida como La Sistina.
Esta isla, rica en historia y misticismo, se abre a los visitantes a través de un breve viaje en lancha o incluso por vía aérea gracias a su pista de aterrizaje.
La Sistina no solo es testigo de la belleza natural que rodea a Guaminí, sino que también alberga la morada construida por la condesa austríaca Ena Werckheim en 1984. Un lugar donde los turistas pueden sumergirse en la serenidad, conectarse con la naturaleza y disfrutar de atardeceres inolvidables.
Que hacer en Guaminí
Aunque Guaminí está surgiendo como un destino turístico, su potencial es vasto. Rodeado por el sistema de encadenadas del oeste, el distrito se convierte en un paraíso para los amantes de la pesca del pejerrey. La infraestructura completa que ofrece, incluyendo alojamientos, restaurantes, áreas de acampada, puestos policiales y servicios médicos, lo convierte en un lugar idóneo para explorar la laguna.
Llamada la Capital del Pejerrey, el Balneario Lago del Monte se presenta como un lugar de singular atractivo para los aficionados a la pesca. Durante el verano, sus aguas se convierten en el escenario perfecto para deportes náuticos como esquí acuático, windsurf, kitesurf, kayak y navegación a vela.
En la Laguna del Monte, los visitantes pueden contratar guías pesqueros, alquilar botes y adquirir la mejor carnada. La oferta incluye remolque de botes, bajada de lanchas, proveeduría, comedor y camping, asegurando una experiencia completa para los amantes de la pesca y la naturaleza.
Pero no solo la pesca define a Guaminí. El Escenario “Cacique Catriel” se posiciona como un lugar de esparcimiento, donde se realizan espectáculos artísticos y bailes populares. Los carnavales, celebrados cada febrero, añaden un toque festivo a la ciudad. Las calles se visten de colores con disfraces, carrozas, murgas y comparsas, atrayendo tanto a los lugareños como a visitantes de toda la región.