La defensa unificada de los rugbiers implicados en la causa de Fernando Báez Sosa se ha derrumbado y Máximo Thomsen tiene un nuevo abogado, Francisco Oneto. El letrado ya ha dado a conocer el principio de la estrategia defensiva de Thomsen, apuntando a dos fundamentos centrales de la sentencia.
El candidato a vicegobernador de la provincia de Buenos Aires por La Libertad Avanza argumentó que su cliente no fue debidamente escuchado y que se violaron sus principios de defensa. Además, cuestionó la solidez de los metrajes y testimonios que sitúan a Thomsen cómo uno de los participantes principales en el asesinato.
“No hay ningún video que muestre que Máximo Thomsen le pegó a Fernando Báez Sosa. Ni uno. Si quieren, podemos ver mil veces cada video y nadie podrá señalarlo”, comentó en una entrevista con La Nación.
“Uno de los testigos que dicen que lo vieron aseguró que estaba de bermudas y camisa verde, cuando Máximo tenía una camisa negra”, agregó.
Oneto también puso en duda uno de los peritajes fundamentales del caso, por el cual se determinó que ciertas marcas en el cuerpo de la víctima coincidían con las zapatillas ensangrentadas del rugbier.
“Yo veo un moretón en la mandíbula, no la marca de una zapatilla. Eso es una interpretación de un forense que dice que logró identificar la suela de la zapatilla, pero cualquiera que ve la foto observa un gran moretón”, comunicó.
La autopsia del crimen de Fernando Báez Sosa
Los médicos encargados de examinar el cuerpo Fernando Báez Sosa afirmaron que sufrió fuertes lesiones en su cabeza que provocaron su defunción. El calzado de Thomsen fue secuestrado en el mismo día del crimen, 18 de enero del 2020, y el forense Diego Duarte informó los detalles de la autopsia en el tribunal.
“Las lesiones más importantes estaban en el cerebro. La víctima presentaba la mayoría de los golpes en la cara y en el cráneo. (…) Es por un traumatismo de alta energía contra un cuerpo que ofrece resistencia. Está en el piso y al aplicar compresión queda marcada”, declaró.