La condenan por entrar droga a la cárcel escondida entre sus nalgas

Betiana Matus formaba parte del “Clan Costa”, que supo liderar “El Gordo” Mauro. La pena es de ejecución condicional.
Frente de la cárcel de Villa Floresta
Frente de la cárcel de Villa Floresta

Otra integrante del “Clan Costa”, una banda que vendía droga y se valía de menores para la distribución, fue condenada a una pena de prisión en suspenso por ingresar estupefacientes a la cárcel de Villa Floresta. Esta organización delictiva fue desbaratada tiempo atrás a partir de denuncias anónimas de lectores y oyentes de La Brújula 24 presentadas en la fiscalía a cargo del Dr. Mauricio Del Cero.

 
En ese entonces, la investigación derivó en el arresto de Mauro “El Gordo” Costa (luego condenado), dueño de una gomería donde se vendía droga y se usaba a menores como soldaditos. A principios de enero pasado, este medio informó de otra integrante del mismo clan que fue condenada a 4 años de prisión.

 Este miércoles, se supo del fallo del Juzgado en lo Correccional N° 2 contra Betiana Macarena Matus. En juicio abreviado, la fiscalía y la defensoría oficial acordaron la pena de 1 año y 6 meses de prisión de ejecución condicional que convalidó la jueza María Laura Pinto de Almeida Castro por el delito de “entrega de estupefacientes a título gratuito agravada por darse en el interior de un lugar de detención, en grado de tentativa”. La jueza computó como atenuante la carencia de antecedentes de la procesada y, como agravante, la cantidad de marihuana incautada y la multiplicidad de sustancias (cocaína y marihuana).

El ilícito se consumó el 19 de junio de 2022, alrededor de las 11, cuando Matus intentó ingresar a la Unidad Penal N° 4, 21.7 gramos de marihuana y 1 gramo de cocaína, en circunstancias que concurría a visitar al Mauro “El Gordo” Costa (hermanastro suyo). Durante la requisa, el personal del Servicio Penitenciario halló las drogas en envoltorios que la ahora condenada llevaba entre sus nalgas.

Por el plazo de tres años, Matus deberá fijar residencia y someterse al cuidado del Patronato de Liberados, bajo apercibimiento de revocarse la condicionalidad de la condena.

Un dato curioso de esta mujer es que el año pasado, la policía se le llevó de la escuela adonde había ido a votar para las elecciones generales del mes de octubre, en virtud de que registraba pedido de captura en este expediente que llegó a debate.

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