Este martes comienza el segundo juicio por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la nena de 11 años que fue secuestrada en agosto de 2011 y hallada asesinada en una bolsa de consorcio días más tarde en Villa Tesei, Hurlingham.
En el banquillo de los acusados estará sentado Miguel Ángel "Mameluco" Villalba, apuntado como el autor intelectual del crimen y alojado en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, donde cumple una condena a 27 años de prisión por narcotráfico.
El capo narco de San Martín llega preso al debate, que estará a cargo del Tribunal Oral Criminal N° 6 de Morón, a diferencia del expolicía bonaerense Sergio Fabián Chazarreta; el "buchón" de las fuerzas de seguridad, Héctor Horacio "Topo" Moreira y el carpintero Néstor Ramón Altamirano, señalados por el fiscal Mario Ferrario como coautores de la privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte de Candela.
Por el mismo delito, en agosto de 2017, fueron condenados a prisión perpetua Hugo Bermúdez y Leonardo Jara, mientras que Fabián Gómez, recibió una pena de cuatro años de cárcel como partícipe secundario de la privación ilegal de la libertad de la nena.
En ese proceso, Villalba declaró como testigo. Aseguró que el crimen de Candela fue un secuestro extorsivo "vinculado a plata del narcotráfico", que a los secuestradores "se les fue la mano" y la mataron.
El fiscal del caso, Mario Ferrario, reunió nuevas evidencia y enmarcó la hipótesis en un ajuste narco, una venganza hacia el padre de Candela, Alfredo Rodríguez, que estaba detenido por piratería del asfalto.
El nuevo juicio comenzará con la lectura de la imputación en los tribunales situados en Cristóbal Colón 151, de Morón. Estiman que serán 10 audiencias en las que declararán más de 100 testigos.
La primera declaración testimonial, prevista para el miércoles 6, será la de la madre de Candela, Carola Labrador, quien estará frente a todos los acusados, ya que "Mameluco", condenado por narcotráfico, con su banda que continúa siendo investigada por la Justicia federal de San Martín por un esquema millonario de lavado de dinero, será trasladado desde el penal de Ezeiza a los tribunales para participar del debate, en el marco de un fuerte operativo de seguridad.
"No hay juicio que me devuelva a mi hija con vida"
Carola Labrador, la madre de Candela, habló con Télam a poco del inicio del debate. "No hay juicio que me devuelva a Candela con vida, pero quiero justicia", dijo la mamá de la víctima. "Solo deseo cerrar toda la etapa del crimen, que ella pueda descansar en paz y que yo pueda seguir trabajando por ella, ayudando a otras familias que pasan por cuestiones similares", agregó.
"Yo llevo mi dolor y mi lucha día a día, hasta que Dios decida que tenga que partir y reunirme con mi Cande", añadió la mujer.
Labrador aseguró que está preparada para enfrentar el debate "más entera" y recordó que colabora con la red de contención para familias que necesitan ayuda ante este tipo de casos, desde la organización Atravesados por el Femicidio.
"Seguiré honrando el nombre de mi hija hasta el fin de mis días. Hoy muchas personas quieren saber cuántos más participaron de alguna manera en su crimen", sostuvo Labrador, quien, al referirse puntualmente al narco acusado, dijo: "Si Mameluco Villalba tuvo que ver en algo, que lo pague".
El caso
Candela fue secuestrada cerca de las 15.30 del 22 de agosto de 2011, en la esquina de la casa en la que vivía, en Coraceros y Bustamante, de Villa Tesei, en el partido de Hurlingham.
Ese día, la menor iba a encontrarse con amigas de su grupo scout, cuando fue abordada por al menos tres personas, que la ingresaron por la fuerza a una camioneta Ford EcoSport negra, cuya patente trasera estaba cubierta, y se la llevaron hasta una vivienda de Loma Hermosa, en el partido de Tres de Febrero.
En la madrugada del 29 de agosto, ante un inminente allanamiento policial, Candela fue llevada hasta otro domicilio, situado en la calle Kiernan de Villa Tesei, donde se cree que, entre la noche de ese día y la mañana del 30, fue abusada y asfixiada por el ya condenado Bermúdez.
De acuerdo a la investigación, el cuerpo de la víctima fue lavado para ocultar rastros antes de ser abandonado en una bolsa de consorcio arrojada en un pequeño basural a la vera de la Autopista del Oeste, también en Hurlingham.
