“Cobro $85 mil por mes de jubilación. La mitad la destino a comprar comida y la otra mitad a terminar mi casa”. El dueño de esta frase se Osvaldo Quintana, vecino del barrio La Rubita, en Resistencia, Chaco, que desde hace pocos meses vive en una de las viviendas que fueron entregadas por la gestión de Jorge Capitanich en esa zona de la provincia como parte de un plan de urbanización que se anunció con bombos y platillos a mediados de 2021.
Cuando las autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial -en ese entonces a cargo de Marta Soneira- le entregaron la vivienda, a la misma le faltaban puertas, ventanas, terminaciones varias y el baño. Le habían prometido una casa y le entregaron paredes. El hombre comenzó, poco a poco, a terminar la vivienda que el gobierno local debió haberle dado culminada en su totalidad.
Esta es una de las tantas historias del barrio La Rubita, que Alberto Fernández prometió urbanizar con el dinero que se recaudara del Impuesto a la Riqueza, un gravamen que su gobierno impulsó por idea de Máximo Kirchner y que consistía en cobrarle entre un 2% y 3,5% a quienes tuvieran un patrimonio superior a los $200 millones. El 15% de lo que se recaudara de este impuesto iría al Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), con el que se urbanizarían barrios populares de todo el país. La Rubita era uno, pero en este lugar la plata de los ricos no llegó a los más vulnerables.
Los números son contundentes. De las 165 viviendas que se prometieron, se terminaron 15. En cuanto a las 150 restantes, buena parte se entregaron sin techos ni puertas ni ventanas. No tienen conexiones de gas, ni luz ni baño. También quedaron pendientes obras de cloacas, pavimento, deságüese pluviales, conexiones, etc. Telenoche viajó a Chaco para recorrer estas obras inconclusas. Allí comprobó que antes de dejar el poder la gestión de Capitanich otorgó casas que no son más que un esqueleto de ladrillos. A algunas directamente les falta todo.
Esta situación motivó una denuncia penal de un grupo de diputados provinciales, los que señalan que pese a que la provincia ejecutó más de $4100 millones enviados por el Fondo de Integración Socio Urbana las obras quedaron inconclusas. Señalan que la plata que se gastó es mucho mayor a los montos estipulados inicialmente en el proyecto y piden investigar a exfuncionarios por posibles irregularidades en la utilización de los fondos.
Esqueletos de ladrillos sin techos. Así quedaron las viviendas de La Rubita
La Rubita, el barrio de Chaco que debía urbanizarse con la plata de los ricos y solo recibió paredes
En julio de 2021, el gobierno de Alberto Fernández firmó con la administración de Jorge Capitanich (a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial Sostenible a cargo de entonces Marta Soneira) un convenio para urbanizar La Rubita, uno de los barrios populares más grandes de Chaco. Allí viven 2700 familias.
Las obras empezaron en febrero de 2022 y debían culminarse en octubre de 2023. El proyecto contemplaba diversas etapas, de las que buena parte quedaron inconclusas, pese a que según documentos internos a los que accedió TN se ejecutaron más de $4300 millones para el proyecto.
“Estamos acá para cuidar esta zona del Chaco. Queremos urbanizar La Rubita porque queremos darle dignidad a cada uno de los que viven ahí, porque lo merecen. Es un derecho de ustedes, por eso hay que hacerlo”, dijo el expresidente en la presentación del proyecto.
De las obras que no se terminaron, el caso más alarmante es el de las viviendas. Debían terminarse 165 y solo se entregaron 15. El resto no es más que esqueletos de ladrillos o solo lotes de tierra. Para finalizar las casas, la provincia de Chaco envió $627 millones a diversas cooperativas pero los proyectos no se concretaron. De acuerdo a la denuncia, el presupuesto total era de 605 millones, por lo que pese a enviarse más del total, solo se culminó el 11% de lo prometido. Las unidades debían estar listas en junio de 2023.
Telenoche dialogó con varias de las personas que recibieron viviendas sin techo, ni baños ni pisos. Allí se encontró con historias diversas. Como la de Osvaldo Quintana, un jubilado que destina la mitad de su jubilación a la compra de materiales para intentar terminar su vivienda o la de Daiana Gonzalez, que vive con su marido y sus dos hijos en un pequeño espacio que ella misma tuvo que techar con unas chapas de su anterior vivienda ya que le entregaron una casa sin techo.
“Destino la mitad de mi jubilación a terminar la casa que me entregaron”
Los vecinos relatan, además, que en las últimas semanas del año pasado, autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial les decían que sino tomaban la casa tal y como estaba se la iban a entregar a otras personas. “La instalación del baño, las luces, todo lo hice yo. Me dijeron ´agarre o se queda sin nada´”, relata Osvaldo.
Buena parte de las casas entregadas presentaban estos faltantes:
- Azotado impermeable
- Placas roca de yeso
- Zocalo cerámico
- Carpinteria
- Agua fría
- Instalación clocal
- Ventilación cloacal
- Extensión del servicio de luz y agua
- Puertas extriores e interiores
- Mesada de granito
- Artefactos y griferías
- Carpeta de cemento
- Latex interior en paredes y cielorrasos
A otros vecinos como Ivana les entraron a robar a la casa producto de los faltantes en ventanas y puertas. “Me robaron lo poco que tenía, la casa anterior que tenía estaba mejor que esta”, dice la mujer.
Millones enviados pero poco avance: no se terminaron cloaclas, cordones cuneta, pluviales y conexiones
Pero en el barrio también quedaron inconclusas otras clases de obras. Hay casos llamativos, en donde se envió el 60% del presupuesto pero el proyecto solo tiene un avance del 12%.
Este es el caso de la última etapa de calles, cordones cuneta y pluviales. El presupuesto total era de $1206 millones. Se pagaron más de $720 millones, es decir, el 60% del monto total, y solo se culminó el 12%.
Otra de las etapas inconclusas es la de alumbrado, red eléctrica, conexiones. El avance físico quedó en un 8%. El presupuesto total era de $792 millones de los que se pagaron $255 millones. El convenio se firmó en diciembre de 2022 y debía terminarse en julio de 2023. Se entregó el 32% del dinero y solo se culminó el 8%.
La etapa 1 del proyecto, que consistía en la apertura de calles, veredas, cloacas, lotes, red de agua y viviendas quedó en un 60% de avance físico (Etapa 1). Se pagaron allí $1854 millones.
El convenio inicial era por $2600 millones, a los luego se le fueron sumando diversas adendas que elevaron su valor a cifras que no están del todo claras. Lo que se sabe es que se pagaron allí $4300 millones y que las 165 viviendas debían estar listas.
Una funcionaria de Capitanich en la mira por posibles desvíos de fondos a cooperativas de sus hijos
La denuncia de los diputados encabezados por Iván Gyöker también apunta a las cooperativas que realizaban las obras de vivienda en La Rubita. En particular señalan a Zulma Noemi Enriquez, coordinario del equipo territorial y a sus hijos, Gonzalo Balcarza y Yanina Natalia Juarez, titulares de dos cooperativos que recibieron millones para las casas en cuestión.
Balcarza es titular de Caminemos Juntos y Juárez de Lesaiea. Los denunciantes advierten que el primero cobró más de $15 millones para hacer cinco casas que no terminó y que la segunda percibió más de $10 millones para hacer la misma cantidad pero no se terminaron. Este medio comprobó que la cooperativa de Balcarza presentó hasta el cuarto certificado y que la de Lesaiea hasta el segundo. Telenoche se comunicó con Enriquez pero no obtuvo respuesta. Fue a buscar a Balcarza pero no lo encontró.
El FISU recibió más de $38 mil millones del Impuesto a la Riqueza para urbanizar barrios populares
Las obras del barrio La Rubita fueron financiadas a través del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU). Según documentos oficiales a los que accedió este medio, a julio de 2023, este fondo había recibido $38 mil millones del Impuesto a la Riqueza y $62 mil millones del Impuesto PAÍS. Muchos de estos fondos se invirtieron en fondos comunes de inversión o títulos de deuda pública a través del BICE Fideicomisos S.A. Alberto Fernández había prometido urbanizar 400 barrios populares por año pero esa promesa no se cumplió.
Del total de lo recaudado, más de $4000 millones fueron a La Rubita para obras que en buena medida no se hicieron. En diálogo con Telenoche, la exministra Soneira aseguró que cada peso que ingresó a la provincia del FISU se colocó en obras y dismintió haber entregado viviendas sin techo. Aclaró, en rigor, que fueron dadas en “resguardo” a los vecinos y pidió que la gestión de Leandro Zdero culmine las obras.