Los secretos del embalsamador de los famosos: el mito de los cuerpos que se mueven y los ruidos en los ataúdes

Daniel Carunchio es uno de los tanatoprácticos más emblemáticos del país: preparó los cuerpos de Perón, Frondizi, De La Rúa, Sofovich y Spinetta, entre decenas de artístas y políticos de la Argentina.
  • Tanatorio de Daniel Carunchio. Embalsamador de cuerpos Tanatorio de Daniel Carunchio. Embalsamador de cuerpos
  • Daniel Carunchio dirigiendo el traslado del cuerpo de Perón. Daniel Carunchio dirigiendo el traslado del cuerpo de Perón.
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En el umbral entre la vida y la muerte, un lugar al que muchos le temen, hay personas que encuentran su vocación. Ese es el caso de Daniel Carunchio, uno de tanatoprácticos más importantes del país. Se trata de la profesión que se especializa en desinfectar, maquillar y hasta embalsamar cuerpos para los cortejos fúnebres. En las sombras del luto, Carunchio ilumina un camino de profesionalismo, revelando los misterios y mitos que rodean su trabajo con una visión humanitaria y empática.

A Carunchio lo conocen como “el embalsamador de los presidentes y famosos”. A través de sus manos pasaron los cuerpos de personalidades emblemáticas como Arturo Frondizi, Luis Alberto Spinetta, María Elena Walsh, Leonardo Favio, Jorge Ibáñez, Gerardo Sofovich, José María Muñoz y Carmen Argibay Molina.

El día que rompió la bóveda de Juan Domingo Perón


Una historia que Carunchio no puede olvidar es el traslado del cuerpo de Perón: “El día que tuvimos que romper el piso de la bóveda en la Chacarita, para sacar el ataúd de la posición en la que se encontraba, si levantábamos el cuerpo se iba a romper, porque había quedado mal sellado luego de la profanación. Se había formado una isla de hongos, por eso era necesario sacarlo en esa posición para poder trabajar mejor”.


Era un evento histórico que resonaba en cada rincón del país. Y Daniel se sentía privilegiado de haber sido testigo de aquel momento trascendental en la historia argentina. “Durante el traslado del General Perón en la cureña, el fervor de la gente fue increíble. De tal manera que, al intentar tocar el féretro, algunos fueron aplastados por las ruedas de la cureña. Incluso tuve que sacar la gorra y el sable, ya que parecía que querían arrancarlos como trofeos”, recordó.

    
Otro de los recuerdos memorables para Daniel se dio cuando llegó el cuerpo de Frondizi. “La custodia militar en el tanatorio fue imponente. Dos camiones del ejército y personal policial se situaron junto a mí, para asegurar la protección del cuerpo”, dijo.

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Él tenía que prepararlo. El peso de la responsabilidad sobre sus hombros era evidente. La presencia de la custodia militar, el silencio sepulcral del lugar y la seriedad en el rostro de quienes lo rodeaban contribuyeron a crear una atmósfera cargada de solemnidad y reverencia. Aunque era un momento de profundo pesar, Daniel se sintió honrado de poder rendir un último tributo al expresidente, consciente de que su trabajo era crucial para brindarle un adecuado y digno adiós.

En el tanatorio se lleva a cabo la preparación, pero, como enfatizó Daniel, “cada caso, sin importar la notoriedad del individuo, es tratado con igual atención y respeto”. Para él y su equipo, la importancia radica en proporcionar un servicio de calidad y consuelo a todas las familias, independientemente de la fama o el estatus social del fallecido. Se sigue un estricto protocolo de bioseguridad para prevenir cualquier posible contagio de enfermedades durante las despedidas familiares. El objetivo principal es restaurar las facciones del cadáver de manera que luzcan naturalmente, permitiendo que los familiares conserven el mejor de los recuerdos.

El mito de los cuerpos que se mueven y la explicación de los ruidos en los ataúdes


Una idea que está muy arraigada al imaginario popular gira en torno a que los cuerpos tienen movimiento después de la muerte y a que se escuchan ruidos en las morgues o los ataúdes. El origen de ambas ideas proviene de dos cuestiones diferentes.

En el caso de las muertes violentas suele producirse un espasmo cadavérico, es decir, músculos que quedan rígidos en la última posición que tuvo la persona. En este caso, el tanatopráctico deberá moverlo para llevarlo a una posición natural mediante masajes y técnicas específicas. “Los cuerpos no se mueven, en algunos casos nosotros trabajamos para acomodarlos”, explicó.

Sobre los cuerpos que hacen ruidos, Carunchio explicó que cuando se produce una muerte natural y el cadáver no pasa por una autopsia, éste llega al tanatorio con las vísceras. En esos casos, la propia descomposición ocasiona distintos gases que originan los ruidos.

El trabajo con los cuerpos en el tanatorio y el impacto de la crisis económica


El tanatorio de Carunchio se parece mucho a una morgue. Un lugar frío, ordenado, con camillas de acero donde prepara los cuerpos, las máquinas de aspiración de líquidos, instrumental de todo tipo, jeringas, ceras para la reconstrucción y químicos para embalsamar los cuerpos. A muchos les daría miedo solo pisar por minutos el lugar donde Daniel está muchas horas en el día.

Después de la pandemia, el sector funerario se enfrenta a desafíos económicos significativos debido a la disminución en la realización de velatorios. Daniel, un tanatólogo con experiencia en tanatopraxia (limpieza) y tanatoestética (maquillaje), ha observado esta tendencia en su propio negocio funerario. “La gente cuida la plata”, comenta Daniel, refiriéndose a la cautela económica que los clientes ejercen al momento de organizar servicios funerarios.

Un servicio completo de funeraria, que incluye todo desde la preparación del difunto hasta la realización del velatorio y el entierro, puede costar entre seiscientos mil y un millón de pesos. Sin embargo, en tiempos de restricciones financieras, muchos optan por servicios más específicos. Por ejemplo, aquellos que se dedican exclusivamente a la estética de los difuntos son contratados por las funerarias. Este servicio, que generalmente tarda alrededor de 40 minutos, tiene un costo que ronda los veinte mil pesos.

La situación actual ha llevado a un replanteamiento de las opciones y costos dentro del sector funerario. Las funerarias y los profesionales del ámbito están buscando adaptarse a las nuevas demandas y restricciones financieras de los clientes, ofreciendo alternativas más accesibles sin comprometer la calidad del servicio. En este contexto, la eficiencia y la eficacia en la prestación de servicios se vuelven fundamentales para mantener la viabilidad económica de las empresas funerarias.

“Hay una opción para aquellos que no pueden abonar, se trata de una fundación que paga los gastos del sepelio a cambio de la donación del cuerpo para el estudio de la ciencia”, comentó.

Un factor a tener en cuenta es que la tanatopraxia tienen un precio para un caso de muerte natural y otro cuando requieren de una necropsia. Ronda entre los cien mil y doscientos mil pesos.

 

Maquillaje y reconstrucción


El maquillaje resulta ser lo más delicado posible. Generalmente, lo realizan en la etapa final con químicos y colorantes. En la etapa de conservación del cuerpo le dan una inyección de estos productos para darle una coloración final y un maquillaje natural al cuerpo.

En cuanto a la reconstrucción, utilizan ceras de distintas texturas y colores, moldeándolas con calor para suplir y reconstruir las faltantes de los tejidos. En algunos casos se necesitan una gran cantidad para poder generar esos rellenos necesarios para darle una forma natural.

También se utilizan productos químicos como el ácido hialurónico o el bótox, así como colodión elástico, que realza, por ejemplo, las ojeras y los labios deshidratados. La idea es permitir a los familiares despedirse y contribuir a que esa última imagen sea un buen recuerdo.

Además, más allá de la impresión y el morbo que pueda causar a muchos, para Daniel esto forma parte de su trabajo. Él concluye diciendo: “Lo más importante es el respeto que se debe tener por esa persona, porque tuvo una historia de vida”, concluyó.

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