Dormía en la guardia de un hospital, pidió agua en un bar y le dieron trabajo: “Mi sueño es salir adelante”
Se trata de Carlos, un hombre de 45 años que llegó a Buenos Aires desde Chaco y se quedó en la calle. Si bien salió a buscar trabajo, no tuvo éxito porque no contaba con los requisitos que la gente buscaba y tenía que salir a pedir para comer todos los días.
Carlos, un hombre de 45 años oriundo de Chaco, se encuentra en situación de calle y duerme en la guardia del Hospital Fernández. Hace unas semanas, se acercó a un bar de la esquina de Cerviño y Bulnes para pedir agua caliente para el mate como todos los días. Sin embargo, esa mañana, se llevó una sorpresa particular que cambió todos sus planes.
“Yo lo veía siempre, se me ocurrió ofrecerle trabajo y me dijo que sí”, contó Gastón, encargado de Esquina Cortés. Según reveló en diálogo con Telenoche, no creía que iba a asistir ya que, en muchas ocasiones, le había ofrecido la oportunidad a otras personas en la misma situación y nunca se habían presentado. “Al otro día, Carlitos estuvo primero que todos”, agregó.
Su historia se hizo viral gracias a una publicación que hizo Sandra, una de sus compañeras de trabajo, que se sorprendió con la actitud que tuvo frente a la propuesta. “La incógnita era si Carlos aparecía, todos apostaban que no, pero nos cerró la boca a todos y a todas”, escribió en su cuenta de Facebook.
Según la mujer, se le ocurrió publicar el sorprendente suceso después de reflexionar sobre el prejuicio que existe sobre las personas en situación de calle. “Yo conozco mucha gente que quiere salir, que están caídos del sistema y no tienen la oportunidad”, expresó a Telenoche.
Además, destacó que “es responsable, trabajador, buen compañero y buena gente” y que vio en él “las ganas de progresar”.
Antes de entrar a trabajar como bachero, Carlos buscó trabajo en distintos lugares y “golpeó muchas puertas”, pero no tuvo éxito. Desde hace casi tres años que había llegado de Chaco a Buenos Aires y la única opción que tuvo era salir a pedir para comer: “Pasé frío y hambre en la lluvia, y me decían que esperara”.
Hoy, con una sonrisa llena de orgullo, hace más de 20 días que trabaja en la cafetería. “Hay esperanza, hay que salir adelante. Es ponerle voluntad propia y trabajar. Estoy muy agradecido”, expresó.
Si bien Carlos todavía sigue viviendo en la calle, su meta es cobrar y poder alquilar una pieza para dejar de vivir en la calle. “Mi sueño es salir adelante”, concluyó.
