Japón difundió fotos de su llegada a la Luna: aterrizaje con una precisión histórica pero una insólita complicación
La sonda SLIM alunizó a sólo 50 metros de su objetivo, lo que sería clave para misiones futuras. Sin embargo, quedó boca abajo y se dificulta la generación de energía.
La primera misión lunar de la agencia especial japonesa alcanzó el pequeño trozo de superficie lunar al que pretendía llegar, en una demostración exitosa de su preciso sistema de aterrizaje. Sin embargo, el módulo parece haber quedado boca abajo.
Japón se convirtió en el quinto país de la historia que llega a la Luna cuando el SLIM (siglas en inglés de Módulo de Aterrizaje Inteligente para Investigar la Luna), alunizó el sábado por la mañana. Pero las dificultades con las baterías solares del equipo complicaron en un principio determinar si había llegado a en su zona objetivo.
Mientras que la mayoría de las sondas lunares anteriores tenían zonas de aterrizaje de 10 kilómetros de ancho, SLIM apuntaba a un objetivo de apenas 100 metros. Mejorar esa puntería daría a los científicos más acceso a la Luna, ya que las sondas podrían colocarse más cerca de obstáculos.
Uno de los motores principales de la sonda perdió fuerza a unos 50 metros de la superficie lunar, lo que provocó un descenso más brusco de lo planeado.
Dos sondas autónomas desplegadas de SLIM antes del alunizaje enviaron fotos del vehículo, con forma de caja, sobre la superficie, donde parece estar boca abajo.
Tras unos pocos días de análisis de datos, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) determinó que la nave había aterrizado a 55 metros de su objetivo, entre dos cráteres cerca del cráter de Shioli, una región cubierta de roca volcánica.
Pero tras el fallo de aterrizaje, los paneles solares terminaron orientados en la dirección errónea y el módulo no puede generar energía. Miembros de la agencia dijeron que aún había esperanza de que la sonda pudiera recargar cuando la Luna comenzara su periodo diurno en los próximos días.
El director de proyecto de JAXA, Shinichiro Sakai, dijo que las imágenes enviadas eran justo como se las había imaginado y como había visto en recreaciones informáticas.
“Algo que diseñamos viajó todo el camino hasta la Luna y tomó esa foto. Casi me caí al verlo”, dijo. En cuando a la precisión de aterrizaje, Sakai afirmó que daría una “puntuación perfecta” a SLIM. “Demostramos que podemos aterrizar donde queremos. Abrimos una puerta a una nueva era”, sostuvo.
El LEV-1, un robot que salta equipado con una antena y una cámara, estaba encargado de grabar el alunizaje de SLIM y transmitir imágenes de vuelta a Tierra. El LEV-2 es un vehículo con ruedas del tamaño de una pelota de béisbol equipado con dos cámaras y desarrollado por JAXA junto con Sony, el fabricante de juguetes Tomy Co. y la Universidad de Doshisha.
Las dos sondas autónomas encuadran y seleccionan imágenes de forma independiente, y ambas utilizan la antena del LEV-1 para enviarlas de vuelta a la base.
Daichi Hirano, un científico de JAXA que diseñó el LEV-2, también conocido como Sora-Q, dijo que había seleccionado imágenes que mostraban el SLIM y la superficie lunar y las había enviado a través del LEV-1, lo que convertía a los dos dispositivos en los primeros en cumplir su misión. Pese a las complicaciones, las sondas tomaron y enviaron 275 imágenes.
Japón se sumó a estados Unidos, la Unión Soviética, China e India al llegar a la superficie lunar.
El proyecto fue el resultado de dos décadas de trabajo de tecnología de precisión de JAXA.
La agencia tiene un historial de aterrizajes complicados. Su nave Hayabusa2, lanzada en 2014, aterrizó en dos ocasiones en el asteroide Ryugu, de 900 metros de largo, donde recogió muestras que luego llegaron a Tierra.
SLIM pretendía buscar pistas sobre el origen de la Luna, lo que incluía analizar minerales con una cámara especial. El módulo se lanzó en septiembre en un cohete Mitsubishi Heavy H2A. Primero orbitó en torno a la Tierra, antes de entrar en la órbita lunar el 25 de diciembre.
Japón aspira a recuperar la confianza en su tecnología espacial tras varios fracasos. Una nave espacial diseñada por una empresa japonesa se estrelló en abril cuando intentaba alunizar, y un nuevo cohete estrella falló en su lanzamiento debut en marzo.