Que es la SAGAI, la millonaria caja que maneja Pablo Echarri gracias a Cristina Kirchner

En 2006, la exmandataria creó la SAGAI, que a día de hoy cobra una cantidad incalculable mensualmente.
Que es la SAGAI, la millonaria caja que maneja Pablo Echarri gracias a Cristina Kirchner

La Ley Ómnibus de Javier Milei generó posiciones cruzadas dentro del marco político y social. De hecho, referentes de distintas áreas se expresaron tanto a favor como en contra de este proyecto. En el caso de los actores y compositores, en su mayoría, han rechazado la iniciativa del libertario y ahora salió a la luz uno de los motivos: la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes Asociación Civil (SAGAI) que recauda millones gracias a Cristina Kirchner.

La SAGAI se creó en 2006 a través a la resolución 181/2008. Esta decisión de la por entonces presidenta convirtió a esta entidad en una caja multimillonaria que maneja Pablo Echarri (tesorero) junto a Jorge Marrale, Martín Seefeld, María Fiorentino, Mora Recalde, Alejandra Flechner, Jorge D’Elía, Tomás Fonzi y Andrea Pietra, todos reconocidos kirchneristas.

A través de esa resolución, se establecieron «derechos retributivos que deberán abonar los usuarios por explotación, puesta a disposición interactiva o comunicación al público en cualquier forma, de las interpretaciones actorales o de danza fijadas en grabaciones audiovisuales y otros soportes». Esto lo convierte en una caja casi infinita, lo que generó rechazo en el Gobierno de Javier Milei porque quiere frenar con los enriquecimientos por medio del Estado.

En el 2006, mediante el decreto 1914, Cristina Kirchner otorgó a la SAGAI la «representación dentro del territorio nacional de los artistas intérpretes argentinos y extranjeros referidos a las categorías de actores y bailarines en todas sus variantes, y a sus derechohabientes, para percibir, y administrar las retribuciones previstas en el artículo 56 de la Ley Nº 11.723 (propiedad intelectual) por la explotación, utilización, puesta a disposición interactiva o comunicación al público en cualquier forma de sus interpretaciones fijadas en grabaciones audiovisuales u otros soportes».

A su vez, resolvió que quedaba autorizada como «entidad única para convenir con terceros usuarios o utilizadores de tales interpretaciones, por su explotación en el territorio nacional, la forma de recaudación y el importe de las retribuciones referidas, así como su adjudicación y distribución entre los actores y bailarines que las hayan generado, con observancia estricta de los principios de objetividad, equidad y proporcionalidad».

La incalculable caja de la SAGAI

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El dinero que maneja Pablo Echarri como tesorero de la SAGAI es prácticamente imposible de calcular porque cada vez que en un bar, restaurante o sala cinematográfica aparece alguna propiedad intelectual, ellos cobran. Sin embargo, el dinero que luego les es girado sale de diferentes impuestos o aranceles que pasan desapercibidos.

Por ejemplo, el organismo percibe un 2% de los ingresos de explotación mensual que las emisoras de televisión obtengan. Este mismo porcentaje reciben de las emisoras televisivas de cable o satélite y de las salas de exhibición cinematográfica en base a cuantos tickets vendan (taquilla), lo que hace prácticamente incontrolable lo que perciben.

En el caso de las compañías aéreas, deberán abonar la cantidad mensual equivalente al 0,10% del valor de cada pasaje, con un mínimo mensual de un pasaje por cada avión en servicio, algo similar a lo que ocurre en firmas ferroviarias, marítimas y de transporte por carretera. Además, aclaran que en ciertos casos tienen convenios paralelos que no se rigen por porcentajes, sino por monto fijo.

Por último, por la comunicación pública dentro establecimientos de hospedaje o alojamiento, se pagará mensualmente un importe igual al precio promedio de tres (3) habitaciones con más el 2% de la suma que resulte de multiplicar la cantidad de habitaciones por el precio promedio de la habitación; por comunicación pública efectuada en el Lobby, Restaurante y/o Bar, se deberá abonar el valor de 30 cafés mensuales por cada televisor.

En el caso de hospitales, clínicas, sanatorios, y otros establecimientos análogos en los que el servicio de televisión al público sea prestado de forma onerosa mediante la utilización de sistemas de pago con monedas, tarjetas de prepago o similares, el usuario estará obligado a satisfacer a S.A.G.A.I. el 2% de los ingresos que se generen por dicha actividad.

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