La historia de Facundo Cabral: su difícil infancia, sus encuentros con Perón y la Madre Teresa y una trágica muerte
Autor de éxitos como "No soy de aquí no soy de allá" y "Vuele bajo", se destacó por el mensaje social de sus canciones. Se exilió en México, volvió con la democracia y fue asesinado por error.
A lo largo de su trayectoria, Rodolfo Enrique Cabral Camiñas mejor conocido como Facundo Cabral dejó una imborrable huella con su legado musical. El trovador se convirtió en uno de los cantautores más reconocidos de la cultura popular Argentina y latinoamericana con sus discos y canciones.
Su discografía compuesta por más de 30 álbumes, que incluyen históricos temas como Vuele bajo y No soy de aquí ni soy de allá, trascendieron en todo el mundo. Al igual que su dura historia de vida.
Desde que nació aquél 22 de mayo de 1937, su padre lo abandonó, fue analfabeto hasta los 14 años y padeció la pobreza extrema junto a su madre y sus 6 hermanos -de los cuales 4 murieron a raíz de la indigencia-.
Lejos de darse por vencido, en 1946, Facundo se propuso pedirle trabajo a Juan Domingo Perón y lo logró.
Al llegar a los 40, Cabral enviudó y su hija de un año falleció en un trágico accidente aéreo, y María Teresa de Calcuta -la monja católica que fundó la congregación Misioneras de la Caridad en la India- apoyó incondicionalmente al cantautor que se definía como alguien “que aceptaba todo porque el azar siempre sabe lo que hace”.
Sin embargo, un 9 de julio de 2011, el azar se confundió porque la muerte lo encontró sin buscarlo y de una manera inesperada, le arrebató la vida.
Abandono, indigencia y un pedido especial a Perón
Facundo Cabral, nacido en la ciudad de La Plata, era el séptimo hijo de la modista Sara Camiña de Cabral y el recitador en peñas de tango Rodolfo Cabral. Desde chico, el trovador enfrentó duros desafíos personales y económicos que pusieron a prueba su fortaleza y forjaron su personalidad resiliente.
Antes de su nacimiento, Rodolfo abandonó a Sara junto a sus 6 hijos. La modista -que vivía en la casa de su suegro, un coronel de Ejército- quedó en situación de indigencia luego que el hombre la expulsara de la propiedad. Entonces, Camiña se trasladó a Tierra del Fuego en busca de un nuevo comienzo.
Sin embargo, la tragedia tocó la puerta de su vida cuando cuatro de sus siete hijos murieron por las extremas condiciones de pobreza que enfrentaron en la década del '40.
Tras enterarse que el entonces Presidente de la Nación Juan Domingo Perón “le daba trabajo a los más carenciados", en 1946, Facundo -que tenía tan solo 9 años- escapó de su casa y viajó a Buenos Aires con el objetivo de encontrarlo y pedirle empleo para su madre. La siguiente parada fue La Plata donde el mandatario encabezó un acto por el aniversario de la Ciudad bonaerense.
Al llegar, Cabral burló un cordón policial para acercarse al auto descapotable donde se encontraba el presidente con Eva Duarte. “Perón me pregunta ‘¿querías hablar conmigo?’ Y yo le digo ‘¿hay trabajo?. Cuando yo digo eso, Eva, que estaba al lado, escuchó y dijo: ‘Por fin alguien que pide trabajo y no limosna'”, recordó el folclorista.
Tras aquél encuentro, Sara consiguió trabajo en Tandil, y Facundo se mudó con ella. Allí, el artista conectó con la música folclórica por primera vez, pero también conoció el alcohol.
Así, a los 14 años, Cabral ingresó a un reformatorio por “su carácter violento” donde conoció a Simón, un sacerdote jesuita que le enseñó a leer, escribir y lo impulsó a realizar sus estudios de educación primaria y secundaria en tan solo 3 años.
El folclore como estilo de vida
“Comencé a cantar con los paisanos, con la familia Techeiro. Y el 24 de febrero de 1954, un vagabundo me recitó el sermón de la montaña y descubrí que estaba naciendo. Corrí a escribir una canción de cuna, Vuele bajo, y empezó todo", compartió el artista sobre su interés en la música tras mudarse a Tandil.
A los 20 años, Facundo ya tocaba la guitarra y cantaba folclore, pero la primera gran oportunidad para demostrar su talento no llegó hasta 1959 luego de mudarse a Mar del Plata. Allí, un 31 de diciembre, Cabral buscó trabajo en el hotel Hermitage y esa misma noche se enteró que uno de los músicos no se presentaría y le ofrecieron reemplazarlo. Así, el folclorista comenzó su carrera bajo el nombre artístico, Indio Gasparino.
Meses más tarde, el trovador apostó por su sueño de convertirse en un reconocido artista y para probar suerte viajó a la ciudad de Buenos Aires donde vivió en una pensión ubicada en el centro porteño.
Su debut televisivo fue en el programa Sábados circulares de Pipo Mancera, que lo ayudó a dar sus primeros pasos en la industria de la música ya como Facundo Cabral.
El músico -cuya vida y obra fueron inspiradas por artistas, escritores y filósofos como Atahualpa Yupanqui, Jorge Luis Borges,Walt Whitman y Jiddu Krishnamurti- se consagró en 1970 con su canción No soy de aquí ni soy de allá, que dio paso a una exitosa carrera.
A lo largo de su trayectoria, Facundo se dedicó a la crítica social y a la reflexión espiritual, que le permitió colaborar con cantantes como Julio Iglesias, Pedro Vargas, Neil Diamond y Alberto Cortez.
En la dictadura militar que comenzó en 1976, Facundo era considerado un cantor de protesta, por lo que tuvo que exiliarse de la Argentina y radicarse en México, donde compuso nuevas canciones que luego lo ayudaron a recorrer más de 159 países.
Tras el retorno de la democracia en 1983 con Raúl Alfonsín como presidente, Facundo Cabral volvió a Argentina como un artista consagrado.
Su compromiso social fue tal que en 2006 la Unesco lo nombró “Mensajero Mundial de la Paz” y dos años más tarde fue nominado para recibir el premio Nobel de la Paz.
María Teresa de Calcuta, su gran salvadora
En 1978, a dos años del exilio a México por la dictadura cívico militar en Argentina, su esposa Bárbara de 22 años y su hija murieron en un accidente aéreo. Tras aquél fatídico episodio, el trovador olvidó los ocho idiomas que hablaba, bajó 30 kilos y perdió la vista parcialmente.
El folclorista conoció a la joven en un restaurante y no mucho más tarde, ella quedó embarazada. “Me pareció la cosa más increíble del mundo. ¿Yo, padre? Inconcebible. Y después vino el accidente. Ella tenía que tomar un avión en Chicago, era 1978 y mi hija tenía un año”, remarcó Cabral.
“Ni la posibilidad de mi muerte me va a significar más dolor que el que he vivido. Esperaba en el aeropuerto de México, pero no llegaron porque el avión había sufrido un accidente y no hubo sobrevivientes. No pude ni llorar ese día. Creía vivir una pesadilla irreal”, expresó Cabral sobre el dolor que le generó perder a las mujeres de su vida.
Luego de la tragedia, el músico visitó al filósofo Juddi Krishnamurti y al compartir su tristeza por lo ocurrido, este le dijo: “En toda pérdida hay una liberación. La vida no nos quita cosas, nos libera de cosas. Dios siempre te saca lo que más amás”.
Por su parte, María Teresa de Calcuta -con quien se encontró en varias oportunidades- también tuvo un importante rol tras la muerte de su esposa e hija.
De hecho, el músico aseguró que la religiosa “le salvó la vida” mientras afrontaba aquél duro momento personal. “Cuando murió mi mujer y mi hija, me llamó por teléfono y me dijo una cosa extraordinaria: ‘Ahora sí que estás en un problema ¿Dónde vas a poner el amor que te sobra? Entonces, me llevó a lavar leprosos y me salvó”, reconoció.
Guatemala, el último destino y una muerte por error
En 1999, el folclorista fue diagnosticado con cáncer de próstata y para ocuparse de su salud, canceló varias giras que incluían fechas en Centroamérica durante el 2009. Dos años más tarde, el cantautor reprogramó algunos de los shows y encabezó tres presentaciones en el teatro Roma de Guatemala.
Al terminar el último concierto, Cabral volvió al hotel “El Tikal Futura”, donde se hospedaba. Su vuelo a Buenos Aires despegaba a las 6 y media de la mañana.
“El empresario Estuardo Castañeda nos informó que, como teníamos que salir el domingo a las 4 de la mañana, no iba a poder despedirnos. Al regresar al hotel, Facundo se encontró con Henry Fariñas, y cuando le comenté que teníamos que buscar otro transporte para ir al aeropuerto, él se ofreció a llevarnos”, recordó Percy Llanos, ex manager del trovador, sobre el cambio de planes que se dio horas antes de su regreso al país.
El 9 de julio de 2011 a las 4.30, Facundo abordó la camioneta que manejaba Henry como su copiloto acompañado por Llanos, que optó por el asiento trasero. Cuando Fariñas comenzó a manejar en la Avenida Liberación, dos autos le cerraron el paso y acribillaron su vehículo.
Fariñas apenas sufrió una leve herida, pero la emboscada se cobró la vida de Facundo Cabral, que murió en el acto tras recibir dos balazos en la cabeza y uno en el pecho.
A pesar del shock, el empresario intentó seguir manejando sin éxito al chocar contra una unidad de bomberos y luego del impacto, los asesinos huyeron.
Tras el asesinato de Cabral, se confirmó que el atentado estuvo dirigido al empresario Henry Fariñas por orden del costarricense Alejandro Jiménez González conocido como ‘El Palidejo’ -hombre de confianza del narcotraficante Chapo Guzmán y del Cártel de Sinaloa en Centroamérica-, que intentó asesinarlo tras una tensa negociación por la compra venta de un club nocturno.
A lo largo de la investigación, la causa reveló que la muerte de Facundo tuvo cinco autores: Alejandro Jiménez González, Juan Hernández, Audelino García, Elgin Vargas y Wilfred Stokes.
En marzo de 2012, El Palidejo fue detenido en Colombia y deportado a Guatemala donde en abril de 2016 fue condenado a 50 años de cárcel (30 por el asesinato de Cabral y otros 20 por tentativa de asesinato a Fariñas). Los sicarios Juan Hernández y Audelino García recibieron la misma pena.
La jueza Yasmin Barrios agregó 3 años más a la condena de Elgin Vargas y Wilfred Stokes por el delito de encubrimiento, aunque la ley guatemalteca establece un máximo de 50. Por su parte, Henry Fariñas fue condenado en Nicaragua a 30 años en octubre de 2012 por transporte internacional de drogas, lavado de dinero y crimen organizado.
Facundo Cabral murió a los 74 años. Sus restos fueron velados en Buenos Aires, en el teatro ND/Ateneo (donde había hecho su último show en la Argentina) y luego cremado. Su obra y su legado permanecen vivos.