Noha apareció en el fogón con los ojos cubiertos. Ahí lo esperaba una familia más numerosa de la que integran su mamá Melani, sus hermanos Eithan (3 años) y Aitana (un año y medio), su tía Milagros y su abuela Paola.
Ahí estaban todos ellos, los que desde el mismo sábado a la noche acompañaron, cobijaron y contuvieron a los evacuados que perdieron su techo a raíz del temporal. Esos que de tanto amor terminaron conformando una gran familia.
Los (muchos) colaboradores del club Estrella y un par de asistentes externos ya estaban encariñados, los habían adoptado como propios. Chicos y grandes, todos, de alguna manera les transmitieron su cariño. Y con ellos se encontró Noha cuando se sacó la venda de los ojos.
Su sonrisa instantáneamente se le dibujó, como a cada uno de los presentes que recibieron al cumpleañero con un fuerte aplauso.
Algunos con un nudo en la garganta, otros, sin poder contener las lágrimas después de ese abrazo interminable que se dio con su mamá.
En ese apretón se transmitieron todo el amor mutuo. Descargaron mucho dolor contenido.
“La verdad que fue algo totalmente inesperado. Nadie me había dicho nada”, contó Melani, la mamá, visiblemente emocionada.
Ver a su hijo feliz la hizo olvidar por un momento lo que están atravesando.
“Me lo dejaron con una sonrisa. Y eso se los voy a agradecer siempre”, aseguró.
No obstante, es inevitable cerrar completamente la herida.
“A nosotros se nos voló el techo y perdimos todo; se nos están cayendo las paredes; nos fuimos y al otro día cuando volví me habían robado todo”, contó.
Su indignación, más allá de la tragedia, pasa por la actitud de quienes se aprovecharon de los más vulnerables en el barrio Tierras Argentinas.
“Había comprado las cosas para festejarle el cumpleaños y hasta eso me robaron. ¿Con qué necesidad?”, se preguntó, aún dolida.
Así y todo, en Estrella encontró lo que le faltaba más allá de lo material. Fue el cariño de la gente, la solidaridad, el sentirse cuidada y su familia resguardada.
“La verdad que la atención fue muy buena, me recibieron y trataron de maravillas”, admitió.
Le cantaron el feliz cumpleaños, el payaso Morrón Colorado animó la fiesta y Noha, con toda su inocencia de un chico de seis años y una sonrisa imborrable le llenó el alma a cada uno de los que, como él, difícilmente se olviden de este día.
Después del cumple y en esta reubicación de los evacuados, el destino de la familia fue Olimpo, más allá que por siempre llevarán a Estrella en su corazón.
"Se los voy a agradecer toda la vida. Me hicieron llorar", confesó Melani.
