El PRO nació a principios del siglo 21 como un partido a imagen y semejanza de Mauricio Macri y bajo la conducción vertical del propio creador. Eso se alteró luego de que Juntos por el Cambio perdió las elecciones presidenciales de 2019 y terminó de desarticularse este año durante el proceso electoral. El triunfo de Javier Milei en las presidenciales llenó de incertidumbre al partido amarillo y obligó a una reconfiguración política. Cuando transitan los primeros días del nuevo Gobierno nacional y después de arduas peleas internas, el ex Presidente decidió convocar a una reunión con los referentes del PRO para ordenar la tropa y retomar el control del espacio.
El balotaje generó una ruptura entre Macri y Patricia Bullrich. Hasta las elecciones generales ambos habían estado en sintonía, pero todo se tensionó cuando comenzaron las negociaciones entre los líderes del PRO y Milei para discutir espacios de poder. El ex Presidente intentó monopolizar las conversaciones y consideró que la actual ministra de Seguridad “se cortó sola”. Ella respondió: “No me someto a Macri”. Bullrich deslizó ante su equipo que Macri no es su jefe y decidió incorporarse al Gobierno libertario con resistencia del titular de la Fundación FIFA.
Sobre este telón de fondo es que Macri optó por encontrarse con su tropa. En ese contexto llamó ayer a Bullrich para contarle de la reunión de esta mañana. Ella le preguntó si era para “hacer una línea interna” y él le manifestó que se trataba de un encuentro informal con la intención de “hacer catársis” partidaria. Fue un llamado áspero. El vínculo entre ambos está fracturado y los interlocutores de ambos consideran que no será fácil la reconstrucción.
El encuentro se realizó esta mañana en sus oficinas de Vicente López, en la calle Avenida del Libertador al 2700. Fue algo informal, sin protocolo institucional. Macri y Fernando De Andreis, ex secretario General de la Presidencia y su armador político de mayor confianza, convocaron a los referentes, gobernadores, algunos intendentes y legisladores del PRO para las 9. A las 8:55, el ex Presidente ya estaba en sus oficinas. Minutos después comenzaron a llegar el resto de los asistentes.
Participaron Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los diputados nacionales del PRO Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal, Diego Santilli y Hernán Lombardi, los intendentes Soledad Martínez, de Vicente López, y Guillermo Montenegro, de General Pueyrredón. También estuvieron Federico Angelini, ex diputado y dirigente de confianza de Macri y Bullrich, Jorge Triaca, ex ministro de Trabajo, Humberto Schiavoni, ex senador nacional.
El cónclave duró dos horas y los participantes buscaron transmitir que se dio en un “buen clima”. Entre medialunas, caramelos, café, agua y gaseosas, los dirigentes del PRO acordaron darle un “acompañamiento responsable” a Milei y “marcar límites” en lo que no estén de acuerdo. Macri conoce que el Presidente libertario requiere apoyos parlamentarios para impulsar su agenda de reformas. Sin embargo, darán un soporte político limitado, que consistirá en revisar “ley por ley” y sólo votar lo que evalúen bien y discutir y rechazar aquello en lo que difieran.
El PRO avanzó en tres temas centrales durante la reunión. Por un lado, la situación parlamentaria. El bloque se mantendrá unido en el Congreso, bajo la conducción de Ritondo en Diputados y de Luis Juez en el Senado. De hecho, hoy a las 15 habrá una reunión de los legisladores amarillo en un despacho de la Cámara Baja para analizar con los economistas del espacio la situación económica del país y las primeras medidas que tomó Milei.
Macri es íntimo de Luis “Toto” Caputo, flamante ministro de Economía de la Nación, aunque hace notar que la designación fue a título personal y no a pedido suyo. Anoche escuchó con atención las primeras 10 medidas que comunicó el titular del Palacio de Hacienda. Le parecieron atinadas y necesarias. Sabe que el Gobierno necesitará el respaldo el PRO. Buscará articular en el partido y en JxC para brindar el escudo legislativo pertinente, aunque no endosará ningún proyecto a sobre cerrado.
El otro eje del cónclave tuvo que ver con la definición de las autoridades del partido. Bullrich anunció que dejará la presidencia del PRO y que llamará a elecciones para “principios de 2024″. Fue el indicio público de su ruptura con Macri. El ex Presidente ahora busca aislarla del partido, para despegarse del Gobierno -y mantener un vínculo fluido con la distancia necesaria-. De todos modos, los referentes del partido convinieron en que será prudente solicitar a la Justicia una prórroga del calendario electoral para evitar discusiones internas durante los primeros meses del año, cuando el país transitará un contexto critico y de incertidumbre.
Por eso, se espera que las elecciones del PRO para definir a su futuro presidente sean entre mayo y abril. Macri es un nombre puesto para tomar las riendas del partido. No está definido, aunque hay un sector que desea convencerlo de esa decisión. Es algo que no tiene la anuencia de otros referentes del espacio, como Rodríguez Larreta. El ex alcalde porteño fue uno de los grandes ausentes hoy. Había confirmado su asistencia, aunque luego avisó que tenía otro compromiso y no pudo ir. “Horacio no iba a ir a que le bajen línea”, sostuvo ante este medio un dirigente del larretismo. Aunque otro operador político ligado a Larreta aclaró: “Realmente no podía ir, va a estar en otras”.
Como contó Infobae, Larreta planea despegarse de Macri y de Bullrich y ya se mueve, subterránea y lentamente, para conformar un espacio propio. Apuesta a constituir un lugar de centro, que de soporte técnico y político a dirigentes del país cercanos a él, así como también a aquellos legisladores sobre los que tiene ascendencia. Se dedicará a estudiar, viajar por el país y el mundo, mientras se arrimen las elecciones legislativas de 2025. A nivel personal, el vínculo entre el ex alcalde porteño y el ex Presidente quedó dañado.
Por su parte, Jorge Macri ofició de voz de los gobernadores del PRO, que se mueven para ganar protagonismo en el partido y en JxC. Nacho Torres y Rogelio Frigerio estaban invitados a la reunión, pero no pudieron asistir. Los mandatarios provinciales están dispuestos a colaborar con la gobernabilidad de Milei, aunque con reparos y bajo negociación. Aún exigen una compensación por la detracción del Impuesto a las Ganancias que ejecutó Sergio Massa durante la campaña electoral. Es algo a lo que el Presidente ha sido renuente y que aún no hay solución cierta.
Similar situación plantearon los 17 intendentes bonaerenses del PRO, conducidos por Montenegro y Martínez -cuya terminal política es Jorge Macri-. Después de las elecciones, ambos quedaron como los intendentes más relevantes del partido, tienen buena sintonía política y se mueven de forma concertada. Los jefes comunales amarillos mantienen una relación tirante con el gobernador Axel y evalúan que la provincia está en una “situación delicada”, con endeudamiento y con una Legislatura provincial fragmentada. Macri pidió que los referentes del partido contribuyan y apoyen tanto a los gobernadores como a los intendentes.
Si bien el PRO tiene previsto volver a reunirse la semana que viene o la otra -antes de fin de año- con todos los gobernadores del partido presentes, dependerá del Calendar de Macri. El ex Presidente viaja Arabia a principios de la semana que viene, luego de las elecciones en Boca Juniors de este domingo. Permanecerá en Medio Oriente una semana y al regresar tendrá pocos días antes de instalarse en Cumelén, en el sur Argentina, donde pasará las fiestas y buena parte del verano.