Milei estira las definiciones sobre los cargos que tendrá el PRO y hace equilibrio para evitar tensiones con Macri
El presidente electo y el ex mandatario dialogan desde el domingo de manera frenética. Pero en La Libertad Avanza no anunciaron aún ningún lugar de peso para sus pares amarillos y empezaron a darle espacio a los peronistas disidentes
Mauricio Macri y Javier Milei suelen delegar las negociaciones políticas en sus emisarios. Pero en el actual contexto político, mientras los libertarios diseñan a contrarreloj el nuevo gobierno, ambos líderes se hacen cargo personalmente de las negociaciones sobre la participación del PRO en la administración de la Nación a partir del 10 de diciembre. El presidente electo está decidido a hacer valer el triunfo de su fuerza y mantener la prerrogativa sobre todas las decisiones, sin excepción, mientras que el ex mandatario presiona, aunque con disimulo, por lugares para su tropa. Y si bien mantienen la sintonía, los amarillos aún no lograron que se designe a uno de los suyos en un lugar de peso.
En LLA venían advirtiendo desde el pacto electoral post-Generales que el apoyo del partido amarillo era “incondicional”, y que en caso de ganar las elecciones serían ellos quienes decidirían qué cuadros técnicos tomar de las filas de Macri y Patricia Bullrich para darle volumen al flamante gobierno libertario. Y después de la victoria en el balotaje, como se esperaba, se aferraron a aquella premisa. “Acá el que decide es Javier”, repiten sus colaboradores más cercanos desde el domingo por la noche.
“No es lo mismo haber ganado por 12 puntos que por menos. Tenemos otro volumen que en la PASO, mayor capacidad de maniobra de la que pensábamos”, sostuvo uno de los alfiles de Milei, que durante todo el proceso electoral había mantenido la cautela porque esperaba un final ajustado y ahora está convencido de que Milei ahora tiene margen de acción independientemente de sus socios.
En tanto, desde el macrismo siempre se mostraron cautos y repitieron que estarían a disposición para lo que Milei necesitara, sin presionarlo. “Entendemos que el presidente es él y vamos a respetar lo que decida”, dijeron en su entorno el domingo por la noche. Y ayer, a pesar de las advertencias de los libertarios, puertas afuera repetían la fórmula y agregaban que hoy la prioridad de Macri no son los cargos. “Mauricio está hecho”, decían poco después de que el ex jefe de Estado partiera rumbo a Dubai para anunciar el financiamiento de un nuevo estado.
Milei mostró, desde el principio predisposición para dialogar con el ex presidente. Desde las Generales conversó varias veces con él por teléfono; en la semana previa a la segunda vuelta lo vio dos veces en el hotel Libertador; el mismo domingo por la noche lo recibió junto a Patricia Bullrich en el piso 21, a donde sólo tenían permitido el ingreso los referentes más selectos de LLA; e hizo lo propio el lunes, después de una primera jornada con agenda completa como presidente electo.
En la cúpula de LLA revelaron que hay una insistencia de parte del líder de los “halcones” y aseguraron que están decididos a retener en manos de Milei la totalidad del poder de decisión. “Estamos resistiendo. Esto no es una coalición. Es un gobierno de La Libertad Avanza, que va a tener varios socios políticos”, deslizaron en el campamento de la derecha. Y dieron varias señales de que el Pro no tendrá la preponderancia que esperaba a cambio de ayudar a los libertarios. Esto a pesar de que sin la ayuda en la fiscalización y su apoyo público en la elección probablemente no hubieran alcanzado el podio con una la diferencia de 12 puntos.
Por ahora, Milei no anunció ningún nombre de Pro para su Gabinete. Para empezar, los principales ministerios estarán en manos de dirigentes libertarios, casi todos amigos de Milei, o de empresarios respetados por el economista por su labor en sus distintas áreas de incumbencia: Nicolás Posse está confirmado en la Jefatura de Gabinete; Guillermo Francos en Interior; Sandra Pettovello en Capital Humano; Diana Mondino en la Cancillería; Guillermo Ferraro en Infraestructura; y Mariano Cúneo Libarona en Justicia. Además, el empresario Horacio Marín irá a YPF y Emilio Ocampo al Banco Central.
Macri no pudo colar hasta el momento a ninguno de los referentes que venía impulsando, por lo bajo, para liderar ministerios. El senador afín a Patricia Bullrich, Federico Pinedo, no irá a la Cancillería (también presionaban por el ex secretario de Asuntos Estratégicos del gobierno de Cambiemos, Fulvio Pompeo, pero no lo lograron). Y estarían trabadas las negociaciones para que Sebastián García de Luca tenga un rol importante en Interior, como lo tuvo durante la administración de Rogelio Frigerio en el ministerio político.
Tampoco le aseguraron que vaya a poder quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados, donde aspiraba a ubicar a Miguel Ángel Pichetto o a Cristian Ritondo. Si bien no está confirmado, Milei está pensando en poner en ese lugar a Florencio Randazzo, el ex ministro del Interior y Transporte de Cristina Kirchner, que este año compitió como candidato a vice en la fórmula liderada por el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, en la lista de Hacemos por Córdoba.
Desde una de las oficinas libertarias de mayor peso explicaron que la decisión de darle relevancia al Randazzo, peronista disidente y muy crítico del kirchnerismo desde que Cristina Kirchner le impidió competir por la presidencia en 2015. “Si les damos lugares de tanta importancia sólo a Pro, estamos dando la señal de que gobiernan con nosotros. Y es al revés. Nosotros gobernamos. Ellos están con nosotros”, explicó un alto dirigente libertario. Como si fuera poco, también proyectan darles a los peronistas anti-k del schiarettismo lugares de peso en el superministerio de Infraestructura, que comandará Ferraro, donde funcionarán Obras Públicas, Transporte, Minería y Comunicaciones. “El Gringo tiene gente buenísima en su gobierno, en Córdoba. No convocarlos sería un desperdicio”, justificó el acuerdo político un colaborador del “León”.
Sin embargo, hay varias áreas que aún están vacantes, y que podrían quedar en manos de dirigentes de Pro. Los macristas aún tienen expectativas por Seguridad, pero es poco probable. Milei le había prometido a Victoria Villarruel, su vice electa, que mandaría de manera global sobre ese área, sobre la que la abogada tiene principal interés.
Cerca de Milei contaron que quieren evitar a toda costa un diseño de gobierno de “loteo horizontal”, como llaman a la repartición de secretarías y direcciones entre referentes de distintas fuerzas dentro de cada ministerio, porque creen que ese esquema genera roces y estancamiento en la gestión. “Si loteás, se traba todo. Con lo que vamos a tener que enfrentar necesitamos un gobierno ágil, donde no queden frenados los expedientes por las internas”, resumió uno de los futuros ministros. Y recordó que esa lógica rigió de manera negativa durante el gobierno de Alberto Fernández, a partir de la repartija de cargos de finales de 2019 entre el Presidente, Cristina Kirchner y su hijo Máximo junto a La Cámpora, y Sergio Massa, el líder del Frente Renovador. Y durante el gobierno de Cambiemos, que no estuvo exento de rencillas.
Con esos reparos en mente, para devolver el favor a Pro piensan en entregar algunas de las secretarías importantes -como las que funcionarán dentro de los superministerios de Capital Humano e Infraestructura bajo Pettovello y Ferraro), o algunos de los organismos descentralizados, como el PAMI, o la AFIP. Por ahora, la Anses ya está tomada por Carolina Píparo, que fue bien retribuida con la caja más importante del Estado tras ponerse al hombro la candidatura a la gobernación bonaerense que terminó perdiendo contra el mandatario kirchnerista reelecto, Axel Kicillof. Al igual que la probablemente voluminosa Secretaría de Desarrollo Social, que quedó en manos de Pablo de la Torre (el hermano de Joaquín de la Torre, intendente de San Miguel) funcionario en el área de Niñez del municipio bonaerense, que si bien mantiene buen vínculo con el Pro, viene trabajando en LLA y en particular, con Pettovello.