Hace 200 años, cuando el Museo Pueyrredón no era un museo sino la casa en donde pasaba sus días Juan Martín de Pueyrredón, director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, la fisonomía de la chacra en la que se ubica era muy diferente a como lo es en la actualidad.
Esta característica es la esencia de Hablemos de Duraznos, la muestra ganadora del concurso “Ensayar Museos” de la Fundación Williams, que actualmente se expone en el Pueyrredón. La exposición cuenta cómo la chacra, conocida como “Bosque Alegre”, desde su origen en el siglo XVI hasta entrado el siglo XIX fue utilizada como unidad de producción debido a que entre tantas plantaciones albergaba unos 48.000 árboles de durazno.
La Fundación Williams promueve el desarrollo de la ciencia y la cultura en Argentina. El proyecto fue seleccionado entre 158 propuestas a nivel nacional en la categoría Primer gran paso de la 5ta edición del concurso “Ensayar Museos”. El premio es una beca que funciona como acelerador de ideas y les permite a los museos desarrollarlas en formatos novedosos, relevantes, que generen impacto y nuevos aprendizajes para el sector y su público.
“Esta distinción, de la que estamos muy orgullosos, nos permitirá seguir ahondando y pensando en cómo era vivir y trabajar en el siglo XIX y en este sitio, quiénes habitaban la chacra, qué producía, su tecnología, su importancia económica dentro y fuera de ella”, expresó Eleonora Jaureguiberry, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro y responsable del museo.
En 2020 y 2021, el Pueyrredón también fue premiado por proyectos que allí se presentaron. Sobre este punto Jaureguiberry dijo: “Como pasó con los otros dos proyectos años atrás, será un proceso dinámico, genuino y abierto a nuestros visitantes, sin distinción de edades y bien a tono con nuestro modo de gestionar. Una instancia que nos ayudará a entender aún más aquellos tiempos y también nos interpelará sobre las problemáticas actuales”
Hoy ya no queda ni un solo duraznero en pie. La intención de esta muestra, además de hacer pública la historia de la chacra y a que se debe la desaparición de los miles y miles de ejemplares que abastecian tanto al municipio como a la Capital Federal, es hacer visible lo invisible. “Hay rastros mínimos que potenciaremos con la plantación de durazneros para que éstos, de alguna manera, reaparezcan”, puntualizó Cecilia Lebrero, que es la responsable de la colección del Museo.
El premio permitirá a las organizadoras del Museo darle una vuelta de tuerca y potenciar el proyecto, que se encuentra en etapa experimental: “Lo interesante es que lo resultante de estos premios se convierte en exhibiciones permanentes del museo a partir de salas y diversas iniciativas. El gran desafío ahora es seguir sumando capas al guion original, que estaba más atado a la casa y las colecciones, y se fue abriendo a otros sentidos y experiencias”, expuso Pia Landro, directora de Artes visuales de San Isidro.
Importancia histórica de la Casa-Museo Pueyrredón
El espacio fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1941 y es exponente de la arquitectura colonial rioplatense que todavía se conserva. Si se mira en retrospectiva se entiende también que la casa fue escenario de acontecimientos trascendentes y decisivos de los años de construcción e independencia de la Nación.
Cuenta la leyenda que un algarrobo de la inmensa chacra fue testigo de cómo Pueyrredón y José de San Martín planearon el Cruce de Los Andes, dando inicio a la Campaña Libertadora de América. Fue frecuentada por Dalmacio Vélez Sarsfield, Domingo Faustino Sarmiento, Tomás Guido y Roque Sáez Peña.
La heredó el único hijo de J. M Pueyrredón, Prilidiano Pueyrredón uno de los pintores más significativos del siglo XIX.
La muestra propone generar conciencia sobre lo que antiguamente era el lugar a partir de su historia y de la plantación de durazneros. El proyecto planea sumar talleres, producir contenidos, sembrar cultivos y elaborar con ellos diversos productos. "Iremos sumando capas de sentido en colaboración estrecha con los visitantes que aportarán sus interpretaciones", concluyó Cecilia Lebrero.
La exposición tiene el potencial de pasar a ser un recorrido permanente de la sala, porque es un aporte a la búsqueda constante del Museo Pueyrredón, cuya misión es que la antigua Chacra del Bosque Alegre sea un espacio de reflexión sobre la historia argentina, de goce estético y de valoración del paisaje.
