Sin Cristina en el acto, Massa y Kicillof cerraron la campaña bonaerense
Las columnas de La Cámpora se retrasaron en el estadio de Arsenal en el acto del ministro y el gobernador. El reclamo de Kicillof por el corte de boletas y la insólita bandera de Palestina en la tribuna.
En las inmediaciones de la cancha de Arsenal había casi tantos militantes como adentro para celebrar el Día de la Lealtad, que sirvió como cierre de la campaña nacional de Unión por la Patria en el primer distrito electoral del país.
A las 17.11, más de una hora después de lo pautado el gobernador Axel Kicillof y el candidato presidencial del peronismo Sergio Massa junto al intendente local Jorge Ferraresi subieron al escenario mientras una multitud de militantes agitaba las chances del oficialismo con clima futbolero. "Ponga huevo Sergio Massa, ponga huevo sin cesar que el domingo, cueste lo que cueste tenemos que ganar", cantaban.
"Qué mejor que hacer el cierre de campaña que un 17 de octubre (...) para aquellos que quieren falsear la historia", bramó el gobernador antes de recordar la creación de los tribunales de trabajo y la implementación de indemnizaciones, a cargo de Perón.
"Vinimos a recordar que hay historia, que hay doctrina y por eso hay futuro", señaló Kicillof antes de aludir a Javier Milei y a Patricia Bullrich. "Hay dos candidatos a presidentes que proponen exterminar al peronismo", se quejó antes de reiterar que los candidatos de la oposición "vienen por los derechos".
El mandatario bonaerense confrontó con los opositores al hacer un repaso de su gestión con la inauguración de escuelas, hospitales y la creación de nuevas universidades en territorio bonaerense. "Sergio, son tiempos difíciles pero nada se resuelve con motosierra, ni dinamita ni con ajuste", insistió Kicillof.
En el piso, afuera, se multiplicaban las boletas de los intendentes de todo el conurbano que movilizaron (con la excepción de Lomas de Zamora) a la feligresía peronista desde sus municipios, envueltos en el fantasma del corte de boleta que se verificó en las PASO y podría repetirse el domingo.
El fantasma de la tijera
Kicillof, por las dudas, pidió una vez más votar la boleta completa de UxP. "Con la Provincia sola no alcanza (...) Necesitamos que Sergio Massa sea el próximo presidente", grito un eufórico el gobernador. Su planteo pareció una referencia directa a las versiones que en las últimas horas dieron cuenta que los intendentes del PJ anticipan un festival de corte de boletas en las elecciones del domingo, preocupados por el impacto del escándalo de Martín Insaurralde en sus propias chances electorales.
A su turno, después de visitar a estudiantes del colegio Nacional Buenos Aires, y con un tono más moderado que el gobernador, Massa se mostró confiado. "La estamos dando vuelta, desde el Norte Grande y la Patagonia estamos construyendo la victoria", se entusiasmó el ministro de Economía.
El candidato presidencial reiteró sus promesas de mejores salarios, jubilaciones e hizo guiños para los movimientos sociales. Y tambien eligió polarizar con Milei, sin nombrarlo, al contrastar las propuestas del libertario con sus iniciativas en materia de educación, obra pública y coparticipación federal.
Prometió elevar el presupuesto en educación a 8 puntos del PBI y un mejor salario docente y más presentismo. "Venimos a decirles que no se puede mandar a una familia a mendigar un voucher, que la Argentina es sinónimo de Educación pública, gratuita y seguridad", insistió.
A Bullrich, en cambio, la mencionó al insinuar que no podrá dar marcha atrás con la reforma de Ganancias que el Congreso acaba de sancionar.
Puertas adentro del Estadio Julio Humberto Grondona se desparraman las diferentes tribus del peronismo: el Evita, la Patria es el otro, el Frente Renovador, el Frente Grande, el MUP y de los principales gremios de la CGT y la CTA, que durante la campaña dejaron sus diferencias indisimulables de lado.
Sin unidad total en el día de la Lealtad
La unidad no fue total. Las columnas de La Cámpora -que llevaron menos militantes que el Evita y los gremios- finalmente se quedaron atrás, lejos del escenario, y alimentaron los trascendidos sobre los cortocircuitos entre el gobernador y Máximo Kirchner. Desde la orga insistieron en que ninguno de sus militantes se quedó afuera.
El titular del PJ Bonaerense fue de la partida, pero, como en Ensenada semanas atrás, no subió al escenario. De cualquier manera, desde el instituto Patria reiteraron en los últimos días que no estaba prevista la presencia de Cristina Kirchner en el acto ni que hablara Máximo, con la intención de que el protagonismo sea solo de las cabezas de las boletas.
Massa, Eduardo de Pedro, Cecilia Moreau y Kirchner se reunieron en la previa en el Congreso y fueron juntos hasta Sarandí. Antes de que arrancara el acto hubo tiempo para un café con Kicillof y Larroque. Desde La Cámpora y el FR insisten en que la sintonía es total.
El ministro del Interior; el secretario de DDHH, Horacio Pietragalla; el senador Mariano Recalde y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, fueron los referentes de La Cámpora presentes.
Para suturar otras heridas, el rival de Massa en las primarias, Juan Grabois, se hizo presente.
Convencido de que su ingreso al balotaje depende de la suerte electoral, Massa prometió privilegiar la lucha contra la inseguridad en la Provincia. "El domingo si hay triunfo, va a ser producto del trabajo de los bonaerenses", sostuvo antes de volver a prometer un gobierno de unidad nacional que fije 10 políticas de Estado.
Las banderas partidarias se mezclaban las de Perón, Evita, Néstor y la ausente con aviso Cristina, dejando en claro que al menos hasta el domingo no llegó el tiempo de componer una nueva melodía. El gobernador mencionó a la vicepresidenta al recordar el fallido atentado del año pasado.
El nombre del candidato presidencial solo se leía en las pantallas y la cartelería montada detrás del escenario. Desde allí, Carlos Bianco, Andrés Larroque y Walter Correa monitoreaban desde los últimos detalles.
Para amenizar la espera, por los altoparlantes se escuchaban los cánticos de la Fábrica de jingles, del canal de streaming Gelatina. "Preparame la boleta pa votar a Sergio que la damos vuelta", se escuchaba. También por allí los organizadores pedían tranquilidad a los militantes: minutos antes en la previa al ingreso al estadio de Arsenal se habían producido incidentes, con cruces y corridas entre las columnas de diversos espacios del oficialismo.
La insólita bandera de Palestina
En un sector del estadio reservado con sillas, a pocos metros del destinado a a dirigentes oficialistas al pie del escenario, un hombre flameaba la bandera de Palestina, que tuvo que bajar antes de que empezara el acto.
Los intendentes Gustavo Menéndez (Merlo), Gastón Granados (Ezeiza), Federico Achábal (Pilar), Juan Andreotti (San Fernando), Fernando Espinoza (La Matanza) y los ministros Victoria Tolosa Paz, Jorge Taiana, Aníbal Fernández, Santiago Cafiero, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y los cristinistas Carlos Zannini, Juliana di Tullio, se saludaban, ajenos a la postal y a las internas que lo dividieron durante los 4 años de gobierno del FDT.
Mientras el Tula agitaba el histórico bombo que le regaló Perón, con el que un rato después subiría al escenario cuando llegó el turno de la marcha peronista con la que los candidatos se despidieron.