Seis familias de La Plata viven momentos de suma angustia por un grupo de jóvenes que no logra salir de Israel tras el ataque de Hamas en la Franja de Gaza, que provocó más de 1000 muertos y 2400 heridos, según datos oficiales hasta el momento.
Entre las víctimas, ya hay reportes sobre siete argentinos muertos y otros 15 que permanecen desaparecidos. En medio del drama y la conmoción, Mateo Telarroja, Ilan Cosarinsky, Maia Piscorz, Tomás Siquiroff, Manuel Rubin y Matías Arce permanecen varados en la zona de conflicto.
“No se consiguen pasajes, los vuelos están llenos”
Los seis representan al club de la comunidad hebrea Macabi -de la sede en La Plata- y actualmente están refugiados en un hotel que la organización tiene en Tel Aviv y que funciona como búnker. “Desde un principio quisimos mantenerlos unidos, para que estén más tranquilos”, contó Judith Di Stéfano, mamá de Mateo, en declaraciones al medio 0221.
Tras el inicio de los ataques, sus familias realizan gestiones para que viajen de regreso a la Argentina, aunque la falta de vuelos disponibles hace imposible ese deseo. “Por más que queramos comprar seis pasajes juntos o separados, no se consiguen porque los vuelos están llenos. Y si se consiguen, se cancelan al día siguiente”, retrató la mujer.
Sin embargo, la desesperación crece ante la posibilidad de que Israel decida cerrar sus fronteras. “El momento de irse es ahora”, remarcó Di Stéfano, y confirmó que los chicos ya se encuentran anotados desde el domingo por la noche en el listado que abrió Cancillería para la repatriación de compatriotas varados en aquel país. Hay 713 inscriptos hasta el momento y, este martes, un avión Hércules C-130 despegó desde El Palomar para iniciar los operativos.
Un viaje frustrado por la pandemia que la guerra transformó en una pesadilla
El grupo partió hacia Israel el 7 de marzo de este año para concretar un viaje de estudios. El regreso estaba previsto para el 20 de noviembre, aunque el conflicto desatado a partir del atentado de Hamas frustró todos los planes.
Mateo, Ilan, Maia, Tomás, Manuel y Matías, al igual que otros 50 chicos -argentinos, en su mayoría- de la comunidad judía que buscan escapar de la guerra, pertenecen a Macabi, una organización con presencia en distintos rincones del mundo que ofrece educación no formal y deportiva. Los seis integran un cuerpo de formación de futuros docentes.
La educación formal se recibe en la escuela Bialik - que los seis hicieron desde la primaria en la sede de La Plata- y es tradición que, al llegar al último año de estudios, hagan un viaje a Israel. En este caso, se había postergado debido a la pandemia.
Los chicos se encontraban a varios kilómetros de Tel Aviv cuando comenzaron los ataques en las cercanías de la Franja de Gaza. Al escuchar las sirenas, buscaron resguardo en diferentes refugios y contactaron a sus padres.
“Mi hijo Mateo había viajado a otra ciudad para visitar a una prima. No hubo un ataque similar en 50 años y él, como argentino, no estaba muy empapado del tema, pero estar con su prima lo tranquilizó”, comentó Di Stéfano, y amplió: “Luego, cuando cesaron los ataques, lo fueron a buscar y lo llevaron a Tel Aviv junto a sus compañeros. Él quería reunirse con ellos”.
