Acaso como un recurso para mostrar fortaleza y correr de agenda el escándalo que protagonizó Martín Insaurralde, el día después del debate presidencial el oficialismo buscó instalar la idea de que Sergio Massa “fue el más sólido” de los candidatos y se impuso porque “dejó en evidencia la debilidad de los argumentos” de Javier Milei y Patricia Bullrich.
En el Gobierno resaltaron que los dirigentes de la oposición no pudieron poner en aprietos a Massa, ni con la marcha de la economía ni tampoco con el yategate que obligó al lomense a renunciar a la Jefatura de Gabinete bonaerense.
"Salir ileso en este contexto es ganar", sostuvieron en el búnker de campaña de Massa, donde evaluaron que el tigrense tuvo una presentación "sin errores ni furcios" en la que "expuso" a sus dos principales rivales de cara a las generales.
"Lo (Patricia) Bullrich fue un desastre. Se trabó y patinó en economía y Derechos Humanos. Y Milei tuvo problemas con el módulo de educación y en la segunda parte fue pura chicana", analizó un dirigente del riñón massista.
En la noche del domingo, Agustín Rossi, compañero de fórmula de Massa, había planteado la línea discursiva. "Pudo explicitar los objetivos que perseguíamos. Quedó demostrado que hay un candidato y un espacio con una propuesta integral para todos los argentinos", señaló en una entrevista con la TV Pública. "Habló de federalismo, unidad nacional, propuestas económicas concretas, crecimiento, desarrollo y movilidad social ascendente. Su performance fue más que elocuente", completó.
"Además, dejó en ridículo los espejitos de colores de unos y otros", realzó Sebastián Galmarini, director del Banco Provincia y cuñado del ministro.
En el massismo subrayan como un momento clave la respuesta que le dio el ministro al diputado libertario, cuando este le consultó por la incorporación de dirigentes a un eventual gobierno de unidad nacional y descartó que dirigentes de La Libertad Avanza vayan a sumarse.
"En primer lugar, no estaría tan seguro de que no podemos contar con liberales", ironizó Massa, con picardía. Sobrevolaron en ese momento la permanente sospecha en torno a la presencia de ex massistas en las listas de LLA en la provincia de Buenos Aires y distintos puntos del país.
"Le restamos más a él que lo que podemos llegar a perder nosotros", aseguraron.
La previa y el preocupación por Insaurralde
La previa había sido por demás compleja para Massa, por el impacto del derrotero de Insaurralde. Creían que los dirigentes de la oposición iban a intentar sacar provecho de la histórica relación que lo une con el ministro de Economía y de la sociedad política que ambos tienen con Máximo Kirchner.
Finalmente, sólo hubo alusiones al tema de Bullrich y de Myriam Bregman que no requirieron ni siquiera una definición de Massa. Tanto que recién cuando estaba saliendo de la Universidad Nacional de Santiago del Estero rompió el silencio ante la consulta del canal LN+. "Cometió un grave error. Renunció y tiene que renunciar a la candidatura también en Lomas", consideró.
No fue una declaración casual. El tigrense había esperado que alguno de sus oponentes lo interpelara para pronunciarse, pero ese momento nunca llegó. Así, hizo bajar la velocidad de la camioneta que lo trasladaba para fijar posición antes de que terminara el domingo.
De todos modos, en el búnker oficialista son conscientes de que las derivaciones del tema no se terminarán con la renuncia de Insaurralde a la Provincia y a su candidatura en Lomas de Zamora. "Todavía no está claro cómo permeó en la gente, pero está claro que algo nos va afectar", se lamentaba una importante espada oficialista con despacho en la sede de Bartolomé Mitre al 300.
