Tras el “affaire Insaurralde”, Kicillof será su propio jefe de campaña mientras hace un control de daños

La posición del gobernador frente al escándalo causó malestar interno. El ex jefe de Gabinete se resiste a presentar la renuncia como intendente de Lomas de Zamora y complica las chances de Massa para entrar al balotaje
Tras el “affaire Insaurralde”, Kicillof será su propio jefe de campaña mientras hace un control de daños

El escándalo de Martín Insaurralde por sus vacaciones de extremo lujo en Marbella con la modelo Sofía Clerici es una bomba atómica con radiaciones de impredecibles consecuencias para el oficialismo. Insaurralde era el jefe de Gabinete bonaerense puesto por Cristina Kirchner, encabezaba la lista de concejales de Lomas de Zamora y era el jefe de la campaña de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires. A todo renunció en etapas, pero aún mantiene la licencia como intendente.

A contra reloj, Kicillof ensaya un control de daños de la crisis que estalló a 20 días de las elecciones. “Axel va a ser el jefe de campaña”, le dicen a TN cerca del Gobernador, que en las últimas horas habló con los intendentes peronistas en un operativo contención por el “Insaurralde gate”.

Insaurralde es Máximo Kirchner y los barones del conurbano ya no quieren saber más nada con el hijo de la Vicepresidenta. La posición del Gobernador frente al escándalo causó malestar interno. “Axel lo tendría que haber echado cuando salieron las fotos. Pero, bueno, habló con Máximo y acordaron lo de la renuncia. Lo que pasó es para echar, no para renunciar”, se indigna un funcionario con despacho en La Plata.

Cuando el enojo en el PJ bonaerense crecía a medida que aparecían los detalles de los gastos de lujos, Sergio Massa salió públicamente a pedir que “renuncie a la candidatura a concejal. “Cometió un grave error”, dijo al salir del primer debate presidencial.

La Justicia empieza a investigar las denuncias para determinar si Insaurralde se enriqueció ilícitamente. El intendente en licencia de Lomas de Zamora comenzó su carrera política en los ‘90. Estuvo casado con la hija del histórico ministro de Obras Públicas de Eduardo Duhalde, Hugo Toledo. Tuvo dos hijos. Años después se divorció y se casó con la exmujer del hermano de su primera esposa. Su tercer matrimonio fue con Jesica Cirio, que ahora también fue denunciada después de que trascendió que habría recibido 20 millones de dólares en el juicio de divorcio. “Hugo Toledo fue mi primer conductor, el que me enseñó el compromiso que tenemos desde la política a trabajar por los vecinos y vecinas”, dijo años atrás Insaurralde en un acto donde llenó de besos al mandamás de la obra pública bonaerense por años. Después, a Insaurralde lo adoptó el exintendente de Lomas Jorge Rossi, que manejó la caja de la Lotería bonaerense.

En Lomas de Zamora, ya empezaron a bajar los afiches de Insaurralde junto a su delfín Federico Otermín, presidente de la Cámara de Diputados bonaerense y candidato a intendente. Otermín, envuelto en el escándalo de Chocolate Rigau, sacó en las PASO el 42,48% de los votos y Kicillof, 41,78%. Juntos por el Cambio salió segundo con 27,83% a nivel local y 27,7% para la Provincia; y La Libertad Avanza, tercera, con 22,36% y 23,11%, respectivamente. Lomas es uno de los distritos de peso de la definitoria Tercera Sección electoral. Kicillof, pero sobre todo Massa necesita estirar la diferencia en el conurbano para lograr ingresar al balotaje.

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Insaurralde “no vuelve” a la Intendencia, dicen cerca del lomense, pero hacen silencio cuando la pregunta es ¿va a renunciar? Kicillof “seguirá la campaña como estaba prevista”, aseguran. “Con mucho territorio, actos con sectores y actores sociales”, agregan, pero hay dudas sobre el “caso Lomas”.

En los pasillos del Palacio de calle 6 sí no paran de hablar, pero en voz baja, de las especulaciones por la “caída” de Insaurralde. “Acá hay una factura enorme, pero no de la política. Es algo más arriba”, decía un funcionario. El jefe de Asesores de Kicillof, Carlos Bianco, buscó esta mañana contener la mancha: “Nos parece una falta ética más que un delito”. Un día antes, el Gobernador había señalado: “Las explicaciones se tendrán que dar en los ámbitos correspondientes”. Hace diez años, el administrador de la feria La Salada, Jorge Castillo, había arremetido públicamente contra Insaurralde, a quien acusó de “maletero del juego clandestino”.

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