Caso “Chocolate”: los motivos por los que los diputados bonaerenses esquivan el escándalo de las tarjetas
Un puntero del PJ sacaba plata con más de 40 plásticos que no le pertenecían y le vaciaba las cuentas a empleados de la Legislatura. La causa fue anulada en tiempo récord y el acusado liberado. Ningún legislador se expresó sobre el tema públicamente.
A un mes de las elecciones generales de octubre, podría decirse que todo hecho político, personal, económico, social y judicial es parte de la campaña. O casi, porque en la provincia de Buenos Aires hay un escándalo del que poco se habla, ni en el oficialismo ni en la oposición. Incluso hubo un fallo reciente que generó polémica, aunque tuvo nulas repercusiones en el universo del poder.
Se trata de la maniobra delictiva que develó Somos Buenos (TN), donde se presentó un informe especial que reveló la trama detrás del accionar Julio Segundo “Chocolate” Rigau, el puntero del PJ que robaba las tarjetas de empleados de la Legislatura bonaerense y vaciaba sus cuentas. Ayer, en tiempo récord, la causa fue anulada y el acusado quedó en libertad.
El caso es que más allá del hecho puntual y la rapidez de la Justicia para descartar la investigación, lo que llama la atención es el silencio por parte de los diputados provinciales. Ninguno salió a condenar ni dar explicaciones sobre lo ocurrido. La campaña tampoco se hizo eco de la situación. En la recta final, en la previa a las generales de octubre, es de mínima, curioso.
“No tengo mucho para decir, en la cámara siguen las actuaciones administrativas y hay que esperar que resuelva la justicia”, señaló en diálogo con TN un legislador opositor. Otro par suyo de la misma fuerza sugirió que hay que esperar “a ver si hay un poco de claridad para todos sobre esto y podemos ordenar para adelante”.
“Es un tema del oficialismo y la justicia”, remarcó un diputado del otro lado de la grieta, al tiempo que aclaró que “más allá de eso, el fallo es sorprendente”. Todos coinciden en el partido amarillo en dejar actual al poder judicial y no apuntan con el dedo contra nadie.
En el espectro opositor no hubo -ni habrá- expresiones condenatorias en público. “No conozco a los protagonistas y nunca vi nada raro, pero siempre se dice que eso existe”, confiaron desde las filas de un sector de la bancada que no responde al oficialismo. “Me preocupa, pero lo desconozco”, remarcó un legislador.
Sucede que en estos casos, la Legislatura se cierra casi herméticamente en una suerte de defensa corporativa. Incluso ha pasado en casos anteriores, por otro tipo de delitos. Fuera del micrófono, varios reconocen que “es un escándalo, producto de la impunidad de algunos sectores” y que “es alarmante que pase esto en la Cámara”.
Pero ya ha pasado, que los problemas se arreglan “en casa”. “Las cosas se arreglan de la puerta para adentro”, es una frase hecha y repetida pero aplica a esta situación. Ante estos casos, el cuerpo legislativo reacciona más como corporación que políticamente. No se capitalizará en la campaña.
Tiempo atrás, el entonces legislador bonaerense Manuel Mosca, titular de la Cámara de Diputados, y una de las figuras clave del Gobierno de María Eugenia Vidal, fue denunciado por abuso sexual. Mosca en 2019 recibió dos acusaciones de identidad reservada realizadas ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema. Dos años después se sumaron otras dos presentaciones. Ni en la primera ni en la última hubo condena ni uso político de sus pares legislativos.