Los empresarios esperaban este mediodía a Patricia Bullrich pero hablaban de Javier Milei. En el lobby del Sheraton la comitiva de recepción estaba encabezada por Eduardo Eurnekian, el empleador del candiadto durante más de 15 años.
Y cuando Clarín y La Nación le preguntaron cómo podría llegar a comportarse Milei en el hipotético caso que llegue a la Casa Rosada, el dueño de los aeropuertos disparó: “Que se tranquilice, la Argentina no necesita un dictador, no estamos en condiciones de aguantar otro dictador”.
Y agregó: “Nadie puede arreglar esto en soledad”.
El clima no era apacible por las tensiones de la economía a la que se agrega la incertidumbre electoral. Otros empresarios que estaban aguardando junto a Eurnekian a Bullrich hacían cálculos acerca de la oportunidad de la foto con la candidata de Juntos por el Cambio invitada estrella del encuentro del Cicyp ( Consejo Interamericano de Comercio y Producción).
“¿Qué pasa si pierde, nos traerá problemas?, deslizó un dirigente. Y en eso lo interrumpió Alejandro Bulgheroni: “Eso es inadmisible, somos empresarios y no se puede reprochar”. Ayer Bulgheroni recibió, precisamente, a Javier Milei en el Club del Petróleo.
Curioso. La primera en acercarse a saludar a la candidata fue Azul García Uriburu, hija del genial pintor y esposa de Marcos Pereda, presidente del Cicyp y vice de la Rural. Se le acercó con una carta en la que le solicitó apoyo para los animales maltratados. Bullrich sonrió y entró casi triunfal secundada por Carlos Melconian.
Adentro le esperaba un discurso de Pereda en el que se refirió en durísimos términos a la situación. Esas palabras en las que se hizo hincapié en "un país a la deriva, un gobierno que fracasó, un país roto donde tiene ahogado al sector privado que está estancado y en fuga" había sido consensuado con Daniel Funes de Rioja de la UIA, Gustavo Weiss de la Cámara de la Construcción, Natalio Grinman de Comercio, Adelmo Gabbi, de la Bolsa, Nicolás Pino de la Rural y Javier Bolzico de Adeba, la Asociación de bancos.
Ya en las mesas en las que se congregaron 242 comensales los comentarios giraron acerca del momento de perplejidad, como definió el economista Juan Carlos Cruces. Entre los que están endeudados en dólares con sus proveedores del exterior a la espera de un acceso a la divisa oficial que no llega y los que ya sienten la caída de la demanda pese al plan platita de Sergio Massa.
Patricia Bullrich hizo el discurso que era música para esos oídos. La interrumpieron varias veces con aplausos y le elogiaron el tono.
A la hora del café, allegados a Eurnekián explicaron su distanciamiento con Milei: "no le perdona sus diatribas contra el Papa".