Después de 200 años avistaron un aguará guazú en La Pampa
Es el más grande de los zorros sudamericanos. Para los tobas y mocovíes es un animal sagrado.
Un ejemplar de aguará guazú fue avistado en la provincia de La Pampa tras 200 años de ausencia en ese territorio que la especie habitó hasta el siglo XIX, lo que las autoridades locales consideraron una "gran noticia" por un posible regreso, informaron oficialmente.
El Museo Provincial de Historia Natural (MPHN) dio a conocer la novedad a través de un video en el que se observa al animal en un campo del noreste de La Pampa y con el que pidieron a la población que en caso de verlo "simplemente lo observen" dada la vulnerabilidad de la especie.
"Estamos muy contentos de volver a ver un ejemplar de aguará guazú en nuestra provincia después de tantos años. Es una gran noticia, ojalá que todos podamos colaborar desde nuestro lugar para que la especie pueda volver a establecerse", dijo a Télam Daniel Pincen, director del MPHN, dependiente de la Secretaría de Cultura local.
Una especie amenazada
Con presencia en las provincias de Corrientes, Formosa, Chaco, el norte de Santa Fe y Córdoba, este de Santiago del Estero y sur de Misiones, el aguará guazú está catalogado como especie amenazada en el país, donde décadas atrás supo tener una "amplia distribución".
"Estamos hablando de una especie que supo ser muy habitual en La Pampa, donde los últimos registros datan del siglo XIX", recordó Pincen.
Uno de ellos es el del explorador chileno Luis de la Cruz, que en 1806 "se valió de las descripciones del Cacique Manquel y su esposa Puelmanc en la ribera del río Chadileuvú (Río Salado) para registrar (al aguará guazú) en su diario de viaje con el nombre indígena de Oop (vocable mapuche rankulche)", contó.
Más adelante, en 1881, hay registros de la presencia del aguará guazú entre las especies de mamíferos en la ribera de los ríos Colorado y Negro.
"Su presencia acá siempre estuvo relacionada con el agua, los ríos, las lagunas, los humedales y los pastizales naturales", describió Pincen, quien aseguró que su desaparición en la provincia comenzó "cuando los pastizales se comenzaron a convertir en tierras de cultivo, se empezó a talar el bosque de caldén para explotación forestal y Mendoza y San Juan comenzaron a modificar los cursos de los ríos".
"Estos cambios en su hábitat hicieron que no tengamos noticias de la especie en tantos años. Aún así, con los pequeños relictos de pastizales y humedales que todavía hay en el noreste de la provincia evidentemente la especie encuentra condiciones para retornar a lo que ha sido su lugar en otros tiempos", agregó.
Volver a su hogar
La presencia del aguará guazú en el noreste pampeano fue advertida por pobladores en distintas ocasiones desde finales de mayo e informada a las autoridades del MPHN y la Dirección de Recursos Naturales.
"No podemos determinar cuántos individuos hay con esos registros, pero puede ser un juvenil o adulto que se viene desplazando desde los núcleos poblacionales establecidos del oeste de la provincia de Buenos Aires y del sur de Córdoba, limítrofes con La Pampa", sostuvo Pincen.
El aguará guazú, que en guaraní significa "zorro grande", es el más grande de los zorros sudamericanos y, para algunas culturas nativas como los tobas y mocovíes, representa un animal sagrado envuelto de espiritualidad.
"Tiene una coloración rojiza, crin negra, orejas grandes y una manera de caminar muy particular, desplazan sus dos patas de un lateral al mismo tiempo. Es una especie muy linda, muy emblemática", describió Pincen.
La especie está protegida a nivel nacional y su caza y comercialización está prohibida por la Ley Nacional 22.421 de Conservación de la Fauna.
"Por eso insistimos que quienes lo puedan llegar a ver aprovechen ese momento de observación y contemplación porque es muy importante lo que está sucediendo", expresó el funcionario, quien anheló que "de a poco se vayan viendo más ejemplares y encuentren un lugar donde puedan desarrollar su vida".