Las elecciones de Santa Fe dieron un mensaje rotundo y contundente de lo que quiere (y ya no quiere más) la sociedad argentina. El histórico triunfo de Maximiliano Pullaro (58,4% de los votos, casi el doble que el peronista Marcelo Lewandowski), marca un fin de ciclo y abre una esperanza de crecimiento para una de las provincias más ricas del país que, paradójicamente, tiene índices de pobreza y delincuencia muy preocupantes.
Los santafecinos eligieron cambiar, pero no a cualquier precio: no hay lugar para que “explote todo y después vemos”. La experiencia y la capacidad de gestión valen, y mucho. No hubo grieta en el voto opositor entre “duros y moderados”, sino entre los que hablan mucho y no hacen nada por un lado, y aquellos que hablan menos y hacen lo que hay que hacer para mejorar la vida de las personas. No deja de ser una paradoja que, en la provincia con los indicadores de violencia más altos de la Argentina, los santafecinos no se hayan dejado seducir por los gritos y la apelación al miedo, y hayan optado por quien ven más apto para sacar a Santa Fe de la profunda crisis en que está sumergida.
Y este resultado nos ofrece algunas pistas de cual debería ser el posicionamiento de la oferta electoral de Juntos por el Cambio de cara a la elección nacional. La interna encarnizada entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta nos alejó de la gente y de sus problemas. La falsa dicotomía entre Halcones y Palomas nos desgastó y nos quitó capacidad de escucha cuando los argentinos más necesitan que sus dirigentes se pongan a trabajar en encarrilar nuestro país.
Patricia es la única candidata que hoy garantiza el cambio profundo que piden la mayoría de los argentinos: con una propuesta seria y realizable atrás, un equipo sólido que pueda llevarla adelante, y un amplio respaldo legislativo que sancione las leyes necesarias para sustentar ese cambio en el tiempo. Y llega con el compromiso inquebrantable de un Juntos por el Cambio unido. La interna forma parte de la historia y desde el 14 de agosto estamos trabajando todos juntos con un objetivo en común.
El 22 de octubre está a la vuelta de la esquina. El 41% de los argentinos que nos votaron en 2017, 2019 y 2021 está esperando que les mostremos el camino para salir del caos y la desesperanza.
Ahora Santa Fe -y antes San Luis, San Juan, Jujuy, Santa Cruz y Chubut- nos han mostrado que se puede. Una ruta electoral que va a cruzar a cada provincia de la Argentina con la esperanza del cambio verdadero.