Mató a su amigo y escondió el cuerpo en una calesita: un jurado popular entendió que fue en defensa propia

Diego Pérez (42) fue declarado no culpable en el juicio por el homicidio de René Luis Grobets. Tras pasar poco más de 14 meses preso, fue liberado. La historia del crimen
  • Crimen en Chacabuco. El predio con la calesita donde estaba el cuerpo de René Luis Grobets Crimen en Chacabuco. El predio con la calesita donde estaba el cuerpo de René Luis Grobets
  •  Diego Pérez fue declarado no culpable por un jurado (Captura Facebook Chacabuco en Red)  Diego Pérez fue declarado no culpable por un jurado (Captura Facebook Chacabuco en Red)
  •  La morguera luego de que hallaran el cuerpo de Grobets en el predio en el que vivía su amigo  La morguera luego de que hallaran el cuerpo de Grobets en el predio en el que vivía su amigo

“Yo soy la víctima, nada más que en este caso me pude defender”, fue lo último que dijo Diego Pérez (42), alias ‘El Pochoclero’, antes de escuchar la decisión del jurado popular.

Pérez había llegado a juicio acusado de haber acribillado a balazos el 4 de julio de 2022 a su mejor amigo René Luis Grobets (27) y, luego, haber escondido su cuerpo durante dos días en una calesita abandonada del predio chatarrero donde vivía en la ciudad de Chacabuco. Tras un año, dos meses y dos días preso fue declarado no culpable por un jurado popular al entender que se defendió. Ya está en libertad.

El juicio por jurados contra Pérez se desarrolló en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Junín, a cargo del juez Esteban Melili. Había llegado acusado por los fiscales Paola Luján y Esteban Pedernera del delito de homicidio agravado por el uso de arma, pero sus abogados Lucas De Ángel y Agustín Almeyra lograron imponer que su cliente se defendió ante un ataque de Grobets. ¿El motivo? Nueve mil pesos que había cobrado, según pudo saber Infobae de fuentes del caso.

El caso se comenzó a investigar la noche en que Grobets desapareció, aquel 4 de julio de 2022. Su esposa denunció ante la Policía que había salido de su casa esa mañana y no había regresado. El cuerpo lo hallaron dos días después en el predio donde vivía Pérez, con quien la víctima había discutido días antes del crimen. Estaba tirado en la calesita abandonada que había en ese lugar.

El cadáver de Grobets había recibido cuatro disparos: uno al lado del ombligo, otro en el pecho, un tercero en la mandíbula y el cuarto al lado del oído izquierdo. Se desangró. Pérez siempre alegó que se defendió del ataque de su amigo y el informe psicológico determinó que “no tiene un perfil psicópata ni estructura psíquica con tendencia a la violencia”, explicaron las fuentes consultadas.

¿Qué pasó entre que la víctima se fue de su casa y apareció asesinado? Lo describió Almeyra, el abogado de Pérez, ante este medio: “Él estaba en su casa y Grobets le tocó la ventana, le pidió que salga porque quería el dinero que sabía que había cobrado”. La pregunta que surgió entonces es cuál fue la razón del reclamo: ¿una deuda, un préstamo..? “Porque sí, la víctima tenía antecedentes de hechos vandálicos, era agresivo y violento”, intentó diagramar una respuesta a modo de razón el letrado.

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El reclamo del fallecido escaló en intensidad hasta que llegaron a los puños y, luego, se fue vencido. “Antes de irse lo amenazó con golpearlo cada vez que lo viera, con volver y matarlo”, describió el abogado. Pérez, por su parte, se quedó en su casa para recuperarse de la paliza. Más tarde, Grobets regresó decidido a todo.

“Le gritaba: ‘Abrime, Diego, porque te mato, dame la plata’. En eso, rompió la puerta con un pedazo de hormigón y entró. No llevaba un arma, pero amagó a sacar algo de su campera y fue entonces que Pérez reaccionó y le disparó”, detalló el abogado la secuencia que se ventiló en el juicio. No fue un tiro, fueron cuatro.

Lo cierto es que Pérez, además, no denunció lo sucedido, sino que convivió dos días con el cuerpo de su amigo en el mismo predio donde él vivía hasta que la Policía Bonaerense allanó el lugar y lo encontró. Lo dejó escondido en la calesita abandonada, a metros de donde dormía.

Tras un año, dos meses y dos días presos, un jurado decidió que Pérez mató a su amigo en un acto de defensa y lo dejó libre. “Es el primer veredicto de no culpabilidad del departamento judicial de Junín”, avisó el abogado de Pérez y contó que ahora su defendido continuará “con la venta de pochoclos, changas de electricidad y en un emprendimiento de juegos inflables para niños, como siempre lo hizo”.

La familia de la víctima estalló de bronca al escuchar la decisión de los jurados.

 

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