Patricia Bullrich espera a Mauricio Macri para una definición clave que puede marcar su suerte electoral

Cuando el ex presidente vuelva al país, la candidata de Juntos por el Cambio quiere hablar de un tema que interfiere en la campaña. Qué mensaje le transmitió el fundador del PRO desde Marruecos. Carlos Melconian, cerca de Economía
Mauricio Macri, en la noche de las PASO, con Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Luis Petri
Mauricio Macri, en la noche de las PASO, con Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Luis Petri

Cuando por fin vuelva al país, Mauricio Macri habrá finalizado su participación en el Mundial de Bridge, en Marruecos, pero se dedicará a una competencia mucho más decisiva: la que afrontará Patricia Bullrich para intentar que Juntos por el Cambio regrese a la Casa Rosada.

Los dos se mantienen en contacto telefónico y acordaron verse apenas el ex presidente llegue a Buenos Aires, con un tema clave en la agenda: cómo participará Macri de la campaña. Hay bullrichistas que son partidarios de que el ex mandatario no tenga un papel protagónico y que aparezca en momentos determinados para ayudar sólo en distritos donde su imagen sea buena. Macri ya transmitió una decisión: se pondrá “a disposición” de Bullrich, subordinado a lo que se necesite. Ahora sólo falta que la ex ministra de Seguridad decida qué rol concreto jugará el fundador del PRO.

La candidata presidencial de JxC no terminó de definir su estrategia para sumar votos y llegar al menos al ballotage. Sus expertos aún no finalizaron el análisis detallado del voto en las PASO, donde la coalición opositora estaba segura de ganar. Sin embargo, no fue la elección imaginada: como se sabe, el triunfador fue Javier Milei, con 7 millones de votos que representaron el 30% del total, y Juntos por el Cambio (con la suma de Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta) quedó segundo con el 28,27%, a no tanta distancia de Unión por la Patria (Sergio Massa y Juan Grabois), que obtuvo el 27,16%.

Operadores del sector “halcón” siguen poniéndolo en la mira a Rodríguez Larreta: en privado le echan la culpa de una “campaña sucia” que le restó a Bullrich unos 5 puntos en la última semana antes de las PASO (en ese momento tenía un 22% y terminó con 17%). Pero también le apuntan por haber obtenido muchos menos votos que los que se pensaba (apenas un 11,24%) y debilitar así la marca JxC.

En el entorno de Bullrich hablan de captar al votante moderado que se alineó con Larreta, pero sin perder el electorado propio que sintoniza con el ideario “halcón”, e incluso salir a buscar el “voto blando” de Milei que no está fanatizado con el libertario, pero lo eligió a último momento. También apuntan a descifrar a las 11 millones de personas que decidieron no ir a las urnas. Demasiados segmentos electorales que podrían terminar desperfilando a la candidata de JxC. Un ejemplo de cómo al bullrichismo le cuesta digerir el resultado de las primarias: la semana pasada, Bullrich estuvo más en contacto con “la casta” que con la gente común a través de la foto de unidad con 300 dirigentes de la coalición opositora y su convivencia con el círculo rojo empresarial en el Council de las Américas.

Pero, más allá de la estrategia que se adopte, será fundamental la actitud que adopte Macri cuando baje del avión. Hasta ahora, a los bullrichistas los alteró la ambigüedad del ex presidente respecto de Milei. Hay una buena relación entre ellos, llamados, consejos y afinidad ideológica, pero la postulante de Juntos por el Cambio requiere -y pedirá- que Macri sea más contundente sobre el libertario.

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Fue curioso que cuando Milei dijo con picardía que, si gana las elecciones, Macri “tendría un rol destacado como representante de la Argentina”, sólo lo desmintió de manera tajante Fernando de Andreis, uno de sus principales colaboradores. El ex mandatario se limitó a aparecer en las redes sociales del PRO mediante un video de una entrevista, en el que afirma que Bullrich tiene “el liderazgo y la experiencia para gobernar”. “Respeto mucho a la gente que ha votado a los libertarios -sostuvo-, pero ella tiene una experiencia de cómo enfrentar no las 14, sino las 100 toneladas de piedras que nos van a tirar”. ¿Por qué le cuesta tanto decir que bajo ningún punto de vista apoyará a Milei? Como está planteado el escenario, hasta que no lo explicite su postura seguirá envuelta en sospechas.

En Juntos por el Cambio, los referentes más moderados están convencidos de que Macri tratará de llevar al PRO a una alianza con Milei, gane quien gane las elecciones. Da la sensación de que el ex presidente está más enamorado del concepto del cambio que de quién puede interpretarlo con más apego a los valores de JxC. Y, en ese mismo sentido, que está convencido de que para avanzar en las reformas de fondo no puede asociarse con la UCR, atrapada por sus “instintos populistas”, ni con la Coalición Cívica, liderada por la imprevisible Elisa Carrió. Ambas fuerzas, en la visión de Macri, le quitaron el apoyo durante su gobierno para muchas medidas a fondo que quería tomar.

El impulso hostil al radicalismo de Macri estuvo detrás de la designación de Clara Muzzio como compañera de fórmula de su primo para la competencia por la Jefatura de Gobierno porteña. Fue el ex presidente quien pidió excluir al radicalismo y avanzar hacia un binomio puro del PRO. La UCR porteña, alineada con Martín Lousteau, se quejó por haberse enterado por los diarios de la decisión de encumbrar a la ministra de Espacio Público e Higiene Urbana: pretendía ese lugar para mantener el equilibrio en la coalición acuñada por Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires y para hacerle honor a otro dato surgido de las PASO: en la interna de Juntos por el Cambio, Jorge Macri logró el 28,66% de los votos, pero el senador nacional de la UCR quedó muy cerca, con el 27,16%.

El ex presidente predominó en el rediseño de la estrategia porteña del PRO, pero Bullrich parece dispuesta a ponerle algunos límites. Uno de ellos está relacionado con la posible designación de Carlos Melconian como ministro de Economía en caso de que JxC vuelva al poder. El principal economista de la Fundación Mediterránea llegará del exterior este fin de semana y el lunes se reunirá con Bullrich. Macri no se olvida que durante su gobierno, en medio de la negociación con el FMI, Melconian puso tantas condiciones para ser su ministro de Economía que finalmente quedó afuera del cargo.

La candidata presidencial necesita un vocero fuerte en materia económica para enfrentar a Milei y la figura de Melconian garantiza llegada al establishment y manejo eficaz en los medios. Pero, a la vez, sabe que deberá delegarle amplias atribuciones si lo nombra ministro. ¿Aceptaría Melconian a Luciano Laspina como titular del Banco Central? El bullrichismo desliza que el candidato a ministro quiere en ese lugar a un hombre de su confianza. La ex ministra de Seguridad pretendería justamente lo contrario, es decir, que la entidad sea lo más independiente posible del Ministerio de Economía.

Entre los “halcones” del PRO lamentan que el posible nombramiento de Melconian relegue a Laspina, un bullrichista de la primera hora que asesora a su jefa política y coordina los equipos económicos. Y recuerdan que Macri destacó en su primer libro que siempre había valorado “los conocimientos y el estilo” del economista de la Fundación Mediterránea, pero que admitió que no lo designó ministro al principio porque su desempeño en la Fundación Pensar había sido “anárquico y poco orgánico”.

Luego de su reunión con Melconian, Bullrich tiene prevista una extensa reunión de trabajo con su consultor Derek Hampton y su equipo de campaña, liderado por Juan Pablo Arenaza, al que ahora se incorporarán Federico Di Benedetto y José Cano, los jefes de campaña de Larreta y Gerardo Morales. Ya planea viajar a Córdoba y Santa Fe para tratar de conseguir más votos y también proyecta un encuentro con todos los intendentes bonaerenses de Juntos por el Cambio porque su gran objetivo es ganar la provincia de Buenos Aires. En medio de tanta actividad, Bullrich deberá meditar algo que será clave para lo que viene: qué lugar darle a Macri en la campaña electoral y, si gana, en su gobierno. Algo que Milei ya tiene resuelto y que todavía puede darle dolores de cabeza a la candidata de JxC.

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