¿Quién no sintió alguna vez un molesto ardor o quemazón en el pecho (pirosis)? ¿O esa incómoda sensación de líquido que sube hacia la boca (regurgitación)? Eso que solemos simplificar con el término "acidez" son síntomas típicos del reflujo gastroesofágico que sufren al menos una vez por semana uno de cada cuatro adultos, según un estudio realizado en el país.
¿Sufrir acidez ocasionalmente es un problema? No. Pero experimentarla en forma crónica puede ser signo de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) que, sin diagnóstico y tratamiento adecuados, puede provocar complicaciones. Y dado que se asocia a factores de riesgo en crecimiento, como la obesidad y el estrés, gastroenterólogos advierten que también está en aumento.
De esa preocupación dan cuenta también consultas recibidas en el canal Preguntas a Buena Vida: Me interesa recibir información sobre la ERGE. ¿Tiene cura?¿ La dieta es de por vida? ¿La mucosa quemada por reflujo silencioso se puede regenerar?
Qué es el reflujo gastroesofágico
El reflujo gastroesofágico es el pasaje del contenido gástrico hacia el esófago. Esto se puede producir en pequeñas cantidades en forma fisiológica. Sin embargo el tiempo de duración y la frecuencia de contacto del ácido gástrico con el esófago pueden generar síntomas u otras complicaciones, define la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE).
El mecanismo es el siguiente: el alimento que ingerimos pasa del esófago al estómago por el esfínter esofágico inferior, que se abre para dejar pasar el alimento. Luego de tragar, esa válvula se vuelve a cerrar. El problema es cuando se abre para dejar pasar contenido en el sentido inverso.
Es que una de las funciones del estómago en el proceso de la digestión es la secreción de ácido. El esófago no debería recibirlo porque sus paredes son más delicadas.
"El reflujo ocurre cuando se abre esa 'compuertita', sube el ácido hacia el esófago y puede (aunque no siempre) generar síntomas porque irrita, puede lastimar y generar complicaciones", explicó a Clarín Lisandro Pereyra, médico gastroenterólogo del Hospital Alemán.
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La sola presencia de síntomas no alcanza para el diagnóstico de ERGE, aclaran los especialistas, aunque sí para realizar una consulta en caso de que se presenten en forma recurrente. De hecho, hay personas que no los manifiestan o son menos sensibles a ellos. Un correcto diagnóstico es fundamental, porque no todos los pacientes se manejan igual.
Lo explica Jorge Olmos, jefe de Neurogastroenterología del Hospital de Clínicas de la UBA: "Lo primero que hay que saber es que la enfermedad por reflujo no es sinónimo de síntoma. Gran parte de los que tienen síntomas son sensoriales y esos pacientes sensoriales se tratan con una medicación diferente", afirmó.
Olmos lideró el Consenso de diagnóstico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, un documento desarrollado por un grupo de expertos de todo el continente, publicado en 2022.
"La enfermedad por reflujo gastroesofágico es muy frecuente a nivel mundial. Su incidencia está aumentando y, en los últimos años, se han dado modificaciones sustanciales en la definición y clasificación de la misma. A su vez, han aparecido muchas metodologías nuevas. Por eso, el objetivo que perseguimos fue hacer una búsqueda exhaustiva de evidencias para determinar la utilidad de todas ellas a nivel del diagnóstico", afirmó el ex presidente de la SAGE.
¿Por qué se produce el reflujo gastroesofágico?
Los factores que pueden causar reflujo son múltiples y muchos están en ascenso, lo que se asocia a un incremento de la ERGE.
Uno es la edad. Al envejecer, la fuerza de las contracciones esofágicas y la presión sobre el esfínter disminuye. Eso hace que las personas mayores sean más propensas a sufrirlo. Con el aumento en la expectativa de vida, crece también la incidencia del reflujo.
Entre los factores de riesgo modificables se encuentran la obesidad y el sobrepreso.
"Cuanto más exceso de peso tenemos, más le cuesta al esfínter cerrarse, porque aumenta el diámetro de la panza, hace presión hacia arriba y eso hace que el ácido suba", precisa Pereyra. Pero no se trata solo de un factor mecánico. "La obesidad genera algunas hormonas que hacen que la 'puertita' se abra más seguido y favorezca el pasaje de ácido".
También a causa de la presión intra-abdominal, el embarazo puede favorecer el reflujo.
Además, algunos alimentos denominados "irritantes" pueden empeorar la acidez, como las comidas con mucha grasa, el mate, el café, los picantes, los cítricos ("y otros que no están reportados en la evidencia científica, pero que a algunas personas pueden provocarle síntomas", sostuvo Pereyra).
"Por otro lado, hay algunos otros factores que pueden aumentar la percepción de la acidez como la hipersensibilidad a nivel del esófago, que está muy asociada a los factores emocionales y el estrés", dijo María Marta Piskorz, médica de Neurogastroenterología del Hospital de Clínicas.
"El estrés puede generar más sensorialidad", amplió el gastroenterólogo del Hospital Alemán. ¿Qué significa? "Que los receptores de nuestro esófago van a estar más atentos a cualquier subidita de ácido y favorecerán que el esfínter se abra más veces. Esa compuerta realiza relajaciones transitorias y se vuelve a cerrar para compensar un poco las presiones, pero cuando esas relajaciones son muy largas puede subir mucho ácido".
Hay medicamentos que también aumentan la apertura, enfermedades como la esclerodermia y conductas como acostarse inmediatamente después de comer. Fumar o consumir alcohol en exceso también pueden favorecer el reflujo.
Las personas con hernia de hiato o hernia hiatal también tienen más chances de sufrirlo. Es una afección en la que una parte del estómago empuja hacia arriba al músculo del diafragma. Sí, justo ahí donde se encuentra el esfínter.
"Cuando es muy grande, puede deformar el cierre del esfínter y hacer que quede entreabierto. Esos casos suelen ser difíciles de tratar con medicamentos y cambio de hábitos. Se puede hacer un tipo de cirugía que se llama funduplicatura de Nissen, pero tratamos de evitarla y reservarla solo para casos en que la hernia es muy muy grande y vemos que todo sube", aclaró Pereyra.
¿Cómo se diagnostica el reflujo?
El diagnóstico de ERGE tiene que estar a cargo de un médico. Los antecedentes de la historia clínica del paciente y sus síntomas son fundamentales para la presunción diagnóstica, afirman en la SAGE.
E indican que el médico puede solicitar estudios complementarios si lo considera necesario como una videoendoscopía digestiva alta que permitirá categorizar la enfermedad en base a la presencia de compromiso del esófago (fundamentalmente la inflamación) y estudios de reflujo como la phmetría o la impedanciometría.
Esofagitis y Esófago de Barrett
"La endoscopia se indica para evaluar si el reflujo generó complicaciones en el esófago, que son más frecuentes en pacientes obesos, en quienes llevan muchos años con reflujo que no cede, o cuando comienza de grande. También en personas que experimentan problemas para tragar o pérdida de peso. Y en quienes tienen algún antecedente en la familia de cáncer esófago o de esófago de Barrett", precisó Pereyra.
"Cuando los pacientes consultan por síntomas de reflujo como la acidez frecuente, o sea, quemazón en el pecho o líquido que vuelve a la boca, alrededor de un 20% hace esofagitis severas, es decir, que tiene un compromiso severo por el reflujo de la mucosa esofágica", planteó Olmos.
La esofagitis es una afección en la cual el revestimiento del esófago se hincha, inflama o irrita.
"Es como un rasguño. A los pacientes con esofagitis hay que seguirlos bien de cerca, porque esa inflamación puede convertirse en una cicatriz, que es el Barrett. Lo que ocurre es que en un pedacito del esófago, en el área en la que recibe más ácido, cambia sus células por otras más fuertes, que son intestinales", añadió Pereyra.
El esófago de Barrett es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de esófago. "El riesgo es bajo, pero hay que controlar al paciente, manejarlo con protector gástrico y vigilarlo con endoscopia para que no progrese."
Tratamiento del reflujo: ¿se cura?
La mayoría de los casos responden bien a medidas higiénico dietéticas que incluyen bajar de peso y reducir la grasa abdominal en caso de obesidad, elevar la cabecera de la cama en pacientes con síntomas nocturnos y no acostarse inmediatamente después de comer.
En cuanto a la modificación de la dieta, se sugiere que los cambios sean individualizados en cada paciente. No obstante, hay algunos alimentos que se pueden evitar en primera instancia, como las grasas, los fritos, los picantes, el café, el mate, cítricos.
La enfermedad por reflujo erosiva responden bien a una serie de fármacos, los inhibidores de la bomba de protones, que son las drogas más apropiadas para el manejo de la enfermedad. En este grupo se incluyen: omeprazol, lanzoprazol, rabeprazol, esomeprazol, pantoprazol o dexlansoprazol, precisan desde la SAGE.
"Estas drogas demostraron mayor efectividad en la resolución de los síntomas, la curación de la mucosa del esófago y la solución de las complicaciones."
"El tratamiento puede ser realizado de distintas formas. La medicación, su dosis y el tiempo de administración las decidirá su médico tratante: desde comenzar con dosis máximas e ir descendiéndolas o comenzar con dosis bajas e ir aumentándolas; puede que se indique un tratamiento por varios años o a demanda por unos días según la categoría del reflujo", responden desde la sociedad médica.
"Entre quienes tienen verdadera enfermedad por reflujo, gran parte de ellos responden a los inhibidores de bomba de protones, con alguna molécula u otra y funcionan bien. Y para los pacientes que no funcionan con inhibidores de bomba de protones, existen los tratamientos quirúrgicos, que por suerte son pocos los que lo necesitan", dijo Olmos.
Respecto a si la ERGE se cura, respondió que "los trastornos crónicos -que son la mayoría- requieren de un manejo crónico, ya sea a demanda (cuando recrudecen los síntomas) o de forma permanente, según el subtipo de reflujo que tenga el paciente".
En cuanto a si la mucosa quemada se puede regenerar, los especialistas explicaron que los tratamientos favorecen su cicatrización.
¿La dieta es de por vida?
"Si bien hay algunas recomendaciones que se hacen para cuando el paciente está sintomático (porque hay quienes tienen síntomas en forma esporádica), la dieta no es lo que más tiene impacto en la enfermedad por reflujo. Esos pacientes se manejan a demanda y, en el mientras tanto, sin hacer grandes desarreglos pueden hacer una dieta más amplia", respondió Olmos.
En la misma línea, Pereyra concluyó que "la mayoría de los pacientes responden a los cambios iniciales de bajar el ácido con tratamiento farmacológico, modificación de hábitos y la identificación y supresión de algunos alimentos que puedan generar reflujo durante un tiempo. Pero no necesariamente habrá que evitarlos toda la vida".
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