Máximo Thomsen fue el único de los ocho condenados por el homicidio de Fernando Báez Sosa que rompió el silencio de seis meses desde que había sido sentenciado a prisión perpetua por el asesinato de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020, frente al boliche Le Brique, en Villa Gesell.
En febrero pasado, Thomsen lloró y se descompensó cuando dijo sus últimas palabras frente a los jueces del Tribunal Oral N° 1, de Dolores que lo condenaron a prisión perpetua. Sin embargo, ayer, al declarar ante los jueces de la Cámara de Casación penal bonaerense que deben revisar la sentencia del tribunal oral y analizar la apelación presentada por sus abogados defensores, Thomsen no pidió disculpas.
Prefirió no mirar a Graciela Sosa y a Silvino Báez, los padres de la víctima, que presenciaron la audiencia de ampliación de los fundamentos de las apelaciones.
Carente de empatía y sin mostrar emociones, Thomsen se puso de pie y dijo: “nunca quisimos matar a nadie. No planeamos matar a nadie. Ningún funcionario de la fiscalía nos explicó por qué nos detuvieron. Nos metieron presos sin decirnos nada y sin advertirnos que nos acusaban de un delito”.
Vestido con un buzo azul con capucha y pantalón gris, Thomsen se sentó en la primera de las tres filas de asientos designados para los ocho condenados.
A menos de seis metros, Graciela y Silvino, los padres de Fernando Báez Sosa, escucharon el frío relato del agresor que dejó la marca de la suela de su zapatilla en el rostro de su hijo. Impronta que provocó al pegarle un pisotón en la cabeza, mientras Fernando estaba en piso, sin posibilidad de defenderse por la andanada de golpes y patadas que le asestaron Thomsen y otros condenados, según consignaron los jueces del tribunal dolorense, en la sentencia.
Los otros siete jóvenes que recibieron penas por el homicidio en Villa Gesell decidiero no hablar en la audiencia que comenzó a las 11.00 y terminó a las 13.30. Ninguno de ellos pudo mantener la mirada erguida durante la exposición de Graciela Sosa.
“No tengo nada por qué vivir. Lo único que me motiva para seguir adelante es luchar por mi hijo, para que se haga justicia. Mi vida se rompió el 18 de enero de 2020. Mi hijo fue a pasar unos días de vacaciones y me lo devolvieron en un cajón”, expresó, conmovida, Graciela, mientras los ocho condenados por el homicidio de Fernando, sentados a pocos metros, bajaban sus miradas.
La audiencia estuvo a cargo de los jueces de una de las salas de la Cámara de Casación penal bonaerense, integrada por María Florencia Budiño, Fernando Mancini Hebeca y Mario Kohan. El tribunal dispuso que cada una de las partes tenía media hora para exponer los fundamentos de los recursos.
La fiscal ante mencionado tribunal, María Laura D’Gregorio fue la primera en presentar sus lineamientos. Sostuvo que Lucas Pertosi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli no fueron partícipes secundarios sino que tuvieron una participación necesaria o actuaron como coautores del homicidio doblemente calificado de Fernando.
Los tres habían sido condenados a 15 años de prisión por el Tribunal Oral N°1 de Dolores que consideró que tuvieron una participación secundaria en el homicidio de Fernando.
Los integrantes de dicho tribunal tuvieron en cuenta que no había testigos o grabaciones de cámaras de seguridad o videos particulares en los que aparecieran dentro del grupo que asestó la mortal golpiza contra la víctima. Con este argumento, los jueces del tribunal dolorense descartaron la coautoría funcional planteada por los fiscales del juicio, Juan Manuel Dávila y Gustavo García y los abogados que representan a los padres de la víctima: Fernando Burlando, Fabián y Facundo Améndola.
En su exposición, la fiscal solicitó que se mantenga la condena a prisión perpetua por el homicidio doblemente calificado del joven estudiante de Derecho, aplicada, en primera instancia, contra Thomsen, Ciro y Luciano Pertosi, Matías Benicelli y Enzo Comelli.
En representación de los padres de la víctima, el abogado Fabián Améndola, coincidió con el planteo de la fiscalía y detalló los 19 indicios expuestos durante el juicio oral que probaron la existencia un plan para matar a Fernando, pergeñado por los ocho acusados desde que se produjo el primer incidente dentro del local bailable hasta que se concretó la emboscada en la calle.
Este plan probaría que hubo un concurso premeditado y un acuerdo para matar a Fernando, en venganza, por qué, a raíz del incidente ocurrido en la pista del boliche, los custodios echaron a los agresores del local bailable. Para el letrado los ocho condenados fueron coautores.
El planteo de la defensa
Mientras que el abogado Horacio Henricot, fue el encargado de exponer los argumentos de la defensa. Acompañado por el letrado Hugo Tomei, que representó a los acusados desde el principio del proceso, cuestionó la legalidad de las indagatorias y refirmó los planteos de nulidad realizados desde el inicio del sumario y durante el juicio.
Pidió que se declare la ilegalidad del procedimiento de imputación de las horas posteriores a la detención de los acusados y cuestionó el desempeño de la fiscal Verónica Zamboni y de los jueces de la Cámara de Apelaciones de Dolores.
Además, el abogado planteó la violación al principio de congruencia de la sentencia, y pidió que se aplique la figura del “homicidio en riña” para los casos de Thomsen, Comelli, Benicelli, y Luciano y Ciro Pertossi y la absolución para Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi.
Finalizada la audiencia, los ocho acusados fueron trasladados a la alcaldía de Melchor Romero. Mientras que el tribunal comenzará a revisar los recursos y podría dictar una sentencia antes de fin de año.