Néstor Grindetti le ganó la interna de Juntos por el Cambio a Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires y será el candidato a gobernador que competirá con Axel Kicillof y Carolina Píparo, en las elecciones generales de octubre.
Si bien las proyecciones previas daban una ventaja mayor a favor de Kicillof, se confirmó el escenario más temido por el kirchnerismo: la fórmula presidencial hundió el resultado en el conurbano bonaerense, y la boleta de Javier Milei le quitó votos a los partidos tradicionales. El peronismo pelea con los libertarios voto a voto distritos clave.
En ese contexto electoral novedoso para la provincia de Buenos Aires, Grindetti le ganó a Santilli también por escasa diferencia, y también fue un batacazo de Patricia Bullrich, que logró superar a Horacio Rodríguez Larreta.
Tanto Santilli como Grindetti se enfocaron en polarizar con Kicillof, con eje en la inseguridad y la crisis económica, y, a diferencia de lo que pasó en la interna nacional, mantuvieron una campaña alejada de los golpes bajos. Sin embargo, de ambos lados de la grieta perdieron de vista el efecto que podía tener (y que terminó teniendo) Milei con corte de boleta.
El conurbano, clave para la definición de la elección
El conurbano, territorio codiciado por todos, fue clave para la definición de estas PASO. En municipios donde pisa fuerte el peronismo, la boleta de Milei quedó en segundo lugar y arrastró votos para Píparo; en el resto peleó cabeza a cabeza con Juntos.
Tanto Unión por la Patria como Juntos se concentraron en el conurbano, pero Grindetti y Santilli no descuidaron el interior del país. Sin embargo, no alcanzó para pelear una elección en la que los libertarios dieron un batacazo inesperado y dejaron un escenario para octubre mucho más complicado al que se esperaba en los comandos de campaña.
Si bien en la provincia de Buenos Aires no hay balotaje, la diferencia de unos unos 4 puntos que Kicillof le saca a Juntos no era lo que esperaban en el oficialismo, en donde estaban confiados de un resultado abultado que le dejara un piso fuerte para octubre.
Con los magros resultados que el peronismo cosechó a lo largo del año en el interior del país, el territorio bonaerense prometía ser el cobijo del kirchnerismo. Tras las PASO, está en duda.
