Néstor Grindetti es un candidato al que sus adversarios quieren. Tiene 68 años de los cuales apenas 16 viene dedicando a la política. Debutó como ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2007, en el comienzo del gobierno de Mauricio Macri, a quien conoce desde 1979 cuando ingresó a SOCMA (la empresa de la familia Macri) como cadete.
Sí, leyó bien: “como cadete”. De canillita a campeón, dirían, pues llegó a ser uno de los directivos más importantes de la compañía, lo cual le valió la confianza de Mauricio Macri, a punto tal que le confió (valga la redundancia) las cuentas de su debutante gobierno.
Más allá de ser un hombre de confianza de la mesa chica del macrismo, Grindetti supo construir un perfil de político tradicional, afecto al diálogo con los oponentes a punto tal que los más importantes intendentes peronistas del conurbano bonaerense suelen decir de él que es “un compañero, más allá de la rivalidad”.
Actuario recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA), hoy preside el club de sus amores (Independiente) y es intendente -por segunda vez- del lugar donde nació, Lanús, al sur del conurbano.
Dice ser un “tano calentón”, aunque es un político de esos que se atreven a lo que hoy escasea: escuchar al otro que piensa distinto. Y acepta las preguntas sin condicionamientos.
Consiguió quedarse con un lugar ansiado por otros tres aspirantes: la precandidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires por el espacio que comanda Patricia Bullrich, algo que a no pocos les llamo mucho la atención. No por falta de méritos de trabajo, puesto que su gestión como intendente de Lanús es valorada incluso hasta por quienes pretenden derrotarlo, sino porque sus dotes de “dialoguista” parecieran no “matchear” con la corriente “halconista” del PRO.
Llega a la entrevista con el último hilo de voz. Pide un té y se sienta en el estudio principal del cuarto piso de TN dispuesto a una conversación picante.
“El liderazgo de Patricia nos va a permitir hacer las transformaciones que queremos”
-Néstor Grindetti, hagamos un pacto de honestidad brutal, ¿está dispuesto?
-Sí, claro.
-Bueno, le voy a hacer la primera pregunta idéntica a la que le hice a Diego Santilli. Supongamos que nos prestan el auto de volver al futuro y volvemos al 2021. ¿Qué hacía usted en ese momento?
-Era el jefe de campaña de Diego Santilli.
-Volvemos con el auto al 2023 y están enfrentados…
-Competimos. Es natural dentro de la política y dentro de las alianzas. Coincidimos con los objetivos, coincidimos en los valores, pero tenemos diferencias tácticas. Hoy yo estoy en el espacio de Patricia (Bullrich) porque creo que ella tiene un tipo de liderazgo que es el que necesita el país en este momento, con mucha convicción, con mucha fuerza, con ideas muy claras y con esa convicción fuerte de ir detrás de esas ideas.
-Entonces en 2021 compartían la táctica y hoy los diferencia la táctica…
-Hoy no nos diferencian los estilos de liderazgo a los cuales respondemos en cada uno de los espacios. Horacio tiene un estilo de liderazgo y Patricia tiene otro.
-Es complejo para el bonaerense pensarlo, porque Diego y usted son bastante parecidos. Sin embargo, ¿lo que diferencia a la propuesta es quién está arriba como candidato a presidente?
-Yo creo que el liderazgo de Patricia es la que nos va a permitir -en el caso de la provincia- llevar adelante las transformaciones que queremos hacer, que son muy profundas, que van a ser muy complejas y que necesitan de mucha convicción y valentía para llevarlas adelante.
-¿Cuánto afecta el candidato a presidente en la sábana de la Provincia de Buenos Aires?
-Mucho. Mucho por el estilo que tiene el sistema electoral en la provincia. Yo hace rato que vengo insistiendo y hay un proyecto de Ley en el Senado de la provincia para que en el 2025 la elección sea separada, porque el tema es que, al ser una sábana tan grande, se habla mucho en la campaña de la parte nacional de las propuestas nacionales y ya se habla poco de las propuestas provinciales.
Y eso después lleva a que no se visualice la responsabilidad del gobernador en determinadas cuestiones. Por ejemplo, el hospital Evita de Lanús es provincial. Actualmente está muy mal y la gente me reclama a mí, porque no se distingue, porque las cosas no están claras. Entonces, una elección solamente para la provincia haría que se hable de la provincia y que después el gobernador tuviera que rendir cuentas por el plan que propuso, si lo cumplió o no lo cumplió.
-¿Cuál sería la diferencia entre un país gobernado por Patricia Bullrich y un país gobernado por Horacio Rodríguez Larreta?
-El de Patricia Bullrich llegaría a los objetivos a los que nosotros creemos que hay que llegar, con una transformación muy fuerte, con un Estado que esté cerca de la gente, con un Estado del tamaño que tiene que ser, pero efectivo. Un Estado que cuide a la gente, que le resuelva los problemas a la gente y llegar a ese objetivo en los tiempos que la realidad argentina requiere.
-¿Y cómo sería un país gobernado por Larreta?
-Como objetivo tenemos el mismo, lo que yo creo es que el liderazgo necesario para poder llegar es el de Patricia.
-¿Es todo o es nada?
-Es eso sí, pero hay que aclarar el todo, porque no es “vamos por todo”. “Todo” es 180 días de clase, “nada” es la doctrina Baradel. “Todo” es la inflación baja, “nada” es un candidato a presidente que nos trajo una inflación del 140%. En ese sentido queremos graficar el todo o nada.
-Y entre una punta y la otra, ¿dónde está Horacio? ¿En el medio?
-No, el tema es que yo creo que no es tiempo de negociar en este momento electoral. No se puede negociar con el kirchnerismo, con Baradel o con Moyano. Tenemos que ir con nuestras ideas soportadas por el voto popular masivo.
-Me llama un poco la atención algo y es que usted es una persona de mucho diálogo. De hecho, hay muchos adversarios suyos que lo quieren mucho en términos personales. Pero, a veces, Patricia habla de que “con ellos no se puede” y es gente con la que me consta que usted tiene buena relación.
-Con el kirchnerismo no se puede. Ya hemos tratado de tener diálogo. Yo, efectivamente he tratado de tener diálogo con el presidente, con el gobernador, pero evidentemente no hay ninguna forma de poder acordar algo, primero con los responsables de la situación a la que hemos llegado y después con un espacio político que es dogmático, que es muy cerrado en sus conceptos y que tiene un prejuicio muy fuerte hacia nosotros. Entonces, por supuesto que la política es negociación y búsqueda de consenso. Pero hay límites en determinados espacios políticos con los cuales no hay forma de negociar. Y ya lo hemos intentado. Yo soy de origen PRO e hicimos una alianza con la Coalición Cívica, con el radicalismo y con gran parte del peronismo.
“La gente no vota por lo que diga María Eugenia Vidal”
-Néstor, usted durante mucho tiempo fue ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires y conoce de Economía. ¿Considera que Patricia Bullrich está metiendo la pata con algunas declaraciones que refieren al blindaje y los fondos del Banco Central?
-No, lo que pasa es que no somos expertos para hablar. Ante la cámara tiramos ideas, ejemplos, metáforas. Cuando ella habla del blindaje no quiere decir el blindaje de De la Rúa, de ninguna manera. Lo que ella está diciendo es que va a asegurar una afluencia de dólares a través de las exportaciones y a través de las inversiones que, junto con las situaciones que tenemos hoy de endeudamiento, va a hacer que los dólares estén. Entonces no es un blindaje al estilo 2001. Yo viví en 2001 y lo entiendo perfectamente. Pero también busco la interpretación de las palabras. Hablo mucho con ella y de ninguna manera ha querido ser textual. Yo creo que, si hay buena intención, no se puede pensar que Patricia piense que el oro está apilado ahí en 25 de Mayo.
-Néstor, ¿cómo tomó y qué reflexión le merece este apoyo explícito que María Eugenia Vidal le dio a la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta?
-María Eugenia es una dirigente de Cambiemos y en todo su derecho está optando por una opción. No es la opción que concuerda conmigo, pero pretendo no subestimar a la gente. Lo que haga María Eugenia es una decisión de María Eugenia y bueno yo no creo que tenga una gran incidencia. La gente vota por lo que cree, por lo que analiza, por lo que siente. Puede dar un voto más emotivo, menos emotivo, pero no vota por lo que diga María Eugenia.
-¿Usted es más partidario de que algunas figuras permanezcan neutrales?
-No. Estamos en democracia, los partidos funcionan de esa forma y cada uno puede estar donde realmente se sienta cómodo y donde mejor pueda expresar sus ideas.
-Juéguesela con esta respuesta. Usted lo conoce a Macri como nadie, ¿de qué lado está el corazón de Macri? ¿A quién va a votar Macri?
-No puedo decir ahora a quién va a votar Mauricio. Él a mí me apoya mucho y coincidimos mucho. Yo estoy en el espacio de Patricia Bullrich y tiendo a pensar que Mauricio está cerca del pensamiento de Patricia.
-Saquemos los nombres, si uno agarra la bolsa de ideas que comprende la figura de Mauricio Macri, la bolsa de ideas que comprende la figura de Patricia y la bolsa de ideas que comprende Larreta… ¿A cuál se parece más la bolsa de ideas de Mauricio Macri?
-Yo creo que más que en términos de ideas, en términos de acción coincide más con Patricia. Esto es una opinión mía.
“El que gana gobierna y el que pierde acompaña”
-¿Qué van a hacer el 13 a la noche?
-El 13 a la noche, después que estén los resultados, vamos a estar todos juntos. Lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo. Tenemos experiencia en esto Gonzalo, con Gabriela Michetti…
-Había un solo bunker. ¿Ahora van separados?
-Yo voy a estar en Lanús como estuve siempre, donde tengo mi equipo. No creo que lo que pase durante el día sea muy determinante. Lo que sí es importante es que en el momento en que estén los resultados, el que gana gobierna y el que pierde acompaña.
-¿Le gusta la campaña, la interna entre Horacio y Patricia?
-A ver, para contestar con la sinceridad que dijimos: hay algunos fuegos artificiales que a mí personalmente no me gustan, pero los entiendo. Somos dos contrincantes, estamos discutiendo algo y a veces -a mí me dicen tano y dicen que soy calentón-, también se me salta la térmica. Entonces, más allá de que no me gusten los chisporroteos, no creo que sean determinantes para la comunicación con la gente.
-¿No siente que cada vez que se pelean Larreta y Patricia el kirchnerismo toma oxígeno?
-No, la verdad que no. La gente que está pensando en votarnos a nosotros está tratando de entender y de escuchar cuáles son las propuestas más allá de lo que yo llamo fuegos artificiales. Por otra parte, mal de muchos consuelo de tontos, pero en el oficialismo también se están sacando los ojos y ahí sí, por cuestiones muy profundas que tienen que ver con los valores.
-Analicemos un poco el escenario de la provincia de Buenos Aires. ¿Fracasó Juntos por el Cambio en la contención de Milei, que intenta tener un segmento de votantes que -de no existir su figura- podrían ir a Juntos por el Cambio? Pareciera que la repartija de votos del centro hacia la derecha beneficia al que viene tercero, que es Kicillof y puede terminar siendo gobernador…
-Nosotros tenemos una oferta electoral que la lee todo el mundo, la izquierda y la derecha. Milei trajo ideas interesantes desde el punto de vista económico, después personalmente no coincido en algunos extremos. No me parece que tengamos que salir a la pesca de alguien que trae ideas porque sean similares a las nuestras.
-Se lo pregunto más concreto. ¿La existencia de Milei puede significar la posibilidad de que gane Kicillof?
-No, no, no. Yo creo no. Nosotros tendremos un caudal de votos que va a hacer que le ganemos a Kicillof, yo estoy convencido de eso.
-¿Qué lugar va a ocupar Diego Santilli en su gobierno si usted gana la interna y es gobernador de Buenos aires?
-Vamos a estar todos juntos. Ni si quiera todavía me puse a pensar en lugares de lo que es el riñón de mi equipo, porque no me gusta…
-¿Pero va a estar con usted? A eso me refiero…
-Sí, eso seguro. Vamos a estar todos juntos, de eso no me cabe ninguna duda.
-¿Y cree que si Patricia Bullrich le gana la interna a Larreta lo va a convocar a formar parte de su gobierno?
-Sí, aparte lo dijo ella públicamente. Lo que me parece que no es momento de hablar, es el lugar. Pero que vamos a estar todos juntos, vamos a estar todos juntos.
“Hay que bajar la edad de imputabilidad a 14 o 15 años”
-¿Los diferencia, en términos de política pública, qué piensan sobre la seguridad, Santilli de Grindetti?
-A ver, yo tengo algunas propuestas concretas que no se las escuche a Diego, por ahí las piensa, pero fundamentalmente es bastante amplio el tema de la inseguridad. Pero hay un tema que es la policía local, nosotros creemos que la policía local tiene que depender del intendente. Esa policía de cercanía, el vigilante de la esquina, tiene que depender del intendente, hay una necesidad territorial de que eso suceda así.
Después una cosa muy importante que funcionó cuando Patricia era ministro y Cristian Ritondo era ministro de la Provincia, que es una coordinación entre fuerzas federales provinciales y fuerzas municipales. Eso es esencial en una mesa, analizando mapas de delito y coordinando las acciones. Después hay un tema que tiene que ver con, por ejemplo, algunas cuestiones legales, como la ley de imputabilidad de la edad, la imputabilidad de los menores. Nosotros creemos que hay que bajarla, que 14 o 15 años estaría adecuado, pero para eso hay que construir cárceles para ese tipo de delincuentes.
-Uno de los delitos que contempla el código penal argentino es la obstrucción de la vía pública. ¿Aprueba la manera en la que el gobierno de la Ciudad administra esa situación?
-No, aclarando que no es solo responsabilidad del gobierno de la Ciudad. Yo creo que hay una responsabilidad del gobierno nacional y del gobierno provincial. Los micros que traen a los manifestantes son micros escolares, son micros que están habilitados para llevar chicos a la escuela, no para llevar manifestantes. Por lo tanto, no pueden circular en esos momentos. Después hay que trabajar el tema de los punteros que manejan a tanta gente. Hay que terminar con esa intermediación. Y después, a largo plazo, tiene que ver con la educación no formal, es decir con oficios y con un puente entre el sector privado y el sector público con un blanqueo, una propuesta de blanqueo del trabajo informal.
-En un eventual gobierno de Grindetti, una situación sería: un piquete cortando la subida al puente Pueyrredón y de repente hay una persona que vive en un edificio sobre avenida Pavón y necesita llamar al SAME urgente porque tiene un pariente en el edificio pasando una situación coronaria de vida o muerte. La ambulancia no puede llegar por el piquete. ¿Qué actitud toma el gobernador ante eso?
-Hay que abrir el piquete con las fuerzas de seguridad, no me cabe ninguna duda. Hay una vida en peligro, contra un reclamo laborar tal vez hasta genuino, porque es un reclamo laboral que están protestando y tienen derecho a protestar. Pero si hay una vida en juego hay que abrirlo, para eso están las fuerzas de seguridad.
-¿Aun corriendo riesgo de que se desmadre la situación?
-Pero siempre que las fuerzas de seguridad actúen hay que hacerlo con criterio, con un buen jefe de calle, con una buena policía, con policía entrenada, con una indumentaria como corresponda. Con todo bien hecho, no tiene por qué desmadrarse. Si no hacemos nada, se muere una persona digo, la contrapartida del riesgo de que haya lio es la muerte de la persona.
-Néstor siempre hacemos un juego para identificar virtudes de los adversarios y defectos de los amigos. Así que le voy a preguntar algunas cosas. Cuénteme una virtud de Santilli, que es su contendiente.
-Yo creo que es una persona que tiene una gran gimnasia en la negociación política. Por eso yo lo apoyé y fui su jefe de campaña cuando fue candidato a Legislador.
-Una virtud de Horacio Rodríguez Larreta…
-Es un gran administrador, un gran laburante y muy aplicado en lo que es la reorganización de lo que esta desorganizado.
-Corremos el límite. Una virtud de Kicillof.
-Ahí me cuesta sinceramente, y no estoy poniendo acá sus valores como persona, como ser humano. Pero como político, me cuesta porque no he logrado establecer un vínculo donde realmente pudiéramos acordar alguna cosa.
-Una virtud de Alberto Fernández…
-Alberto ha sido un gran armador. Una cosa es ser armador político, y otra cosa es ser presidente, o administrador o gestor. Yo creo que en su momento supo ser un gran armador para el kirchnerismo.
-Una virtud de Cristina Kirchner…
-Ahí también me cuesta mucho, tal vez para buscar algo, es la convicción que tiene sobre ideas que yo no comparto.
“Durante el gobierno de Macri no hubo tiempo de resolver el problema económico”
-Un defecto de Patricia Bullrich.
-Patricia no se cansa. (risas) No es un defecto, pero a mí me cae… tiene un empuje, un ímpetu muy fuerte. Una vitalidad que, si bien es positiva para ella, para los que estamos al lado y la tenemos que seguir, no lo es tanto.
-Un defecto de Mauricio Macri.
-A veces es excesivamente sincero. No digo que no haya que ser sincero. Pero yo digo que a veces hay que expresarlo de determinada manera. Mauricio expresa su pensamiento de una forma a veces demasiado blanco y negro.
-¿Fue bueno el gobierno de Macri?
-Sí, definitivamente. Hubo errores, hubo cosas que no salieron, pero claramente hubo momentos en los cuales el gobierno fue muy bueno. Donde ha sido emblemáticamente bueno es en la inserción de la Argentina al mundo.
-Pero si uno agarra los datos de la macroeconomía… Fueron a la baja…
-Bueno, pero por eso digo. Hay cosas que no salieron y cosas que salieron. Porque las cosas son buenas o malas dependiendo de la comparación. Realmente fue bueno, como saldo nos dejó cosas positivas. Obviamente no hubo tiempo, no hubo oportunidad de poder resolver el problema económico.
-Es muy difícil encontrar un político que pida perdón. Y la realidad es que uno siente que esta crisis de liderazgo que vive el mundo hoy en día, entre otras cosas, radica en la falta de empatía de la política, en la incapacidad de representar a la gente. Y eso se nota mucho, entre otras cosas en la incapacidad de pedir perdón. ¿Se anima a pedir perdón por algo?
-Sí, yo lo he dicho públicamente. Mi generación fracasó. Si no, no estaríamos como estamos. Porque hoy el país no está bien y porque mi generación es la que viene gobernando en las últimas décadas y evidentemente, yo formo parte de esa política y en ese sentido pido perdón por no haber sido capaz -junto con otros cientos de personas- de no haber llevado al país donde debería de estar. Ahora creo que tenemos una oportunidad, de nuevo, en mi generación. Hay una oportunidad. La última de contribuir con algo para salir de la crisis en la que estamos metidos.
-Muchas gracias.