Grabois: “Massa es un mentiroso y no representa los valores de Unión por la Patria, por eso voy a competir”

El abogado de 40 años enfrentará al actual ministro de Economía en la interna presidencial del peronismo kirchnerista. En la recta final a las PASO, el dirigente social se refirió a la gestión del oficialismo, contó cuánto dinero gasta por mes y se mostró seguro: “Voy a ganar yo”.
  • Juan Grabois en el ciclo de entrevistas de TN. (Foto: TN / Agustina Ribó) Juan Grabois en el ciclo de entrevistas de TN. (Foto: TN / Agustina Ribó)
  • Juan Grabois es precandidato a presidente por Unión por la Patria. (Foto: TN / Agustina Ribó) Juan Grabois es precandidato a presidente por Unión por la Patria. (Foto: TN / Agustina Ribó)
  • ”No voy a caer en la política del patrullero”, expresó Juan Grabois. (Foto: TN / Agustina Ribó) "No voy a caer en la política del patrullero", expresó Juan Grabois. (Foto: TN / Agustina Ribó)
  • Juan Grabois se disputará en las PASO del próximo domingo. (Foto: TN / Agustina Ribó) Juan Grabois se disputará en las PASO del próximo domingo. (Foto: TN / Agustina Ribó)

Se lo nota nervioso. Entra al estudio principal del cuarto piso de TN a paso errante, mirando para todos lados, como un niño desconcertado. Una visita antecedida por una enorme bola de prejuicios infundados que, probablemente, él mismo haya derribado en parte para aceptar la invitación. Aun así, se muestra un tanto reacio. “No es necesario”, responde con un sesgo de picardía cuando se le ofrece un habitual maquillaje previo a una entrevista audiovisual en un set profesional.

Grabois se calzó el traje de precandidato a presidente de la Nación. Un traje que conlleva determinadas exigencias de campaña tales como las entrevistas en medios masivos. Así es que llega cuasi obligado por la situación a este ciclo de conversaciones con aquellos que pretenden gobernar la Argentina. “Cuasi”, porque al mismo tiempo -quizás por el paso de los años- se lo ve un tanto distinto del Grabois que toma propiedades privadas o que agita en la vía pública. No porque haya dejado de hacerlo, sino porque ahora es -ni más ni menos- precandidato a presidente del oficialismo. Eso demanda -como mínimo- conservar las formas.

Tiene 40 años, es abogado. Nació en el seno de una familia de clase media de la zona norte del Gran Buenos Aires. Terminó la secundaria en el prestigioso Colegio Godspell de San Isidro. Su apego a la militancia social le viene de joven. En 2002 fundó junto con otros dirigentes el Movimiento de Trabajadores Excluidos, para darle cauce a la lucha de cartoneros, vendedores ambulantes, pequeños agricultores, obreros de empresas recuperadas y demás trabajadores informales. Grabois fue clave para que en 2005 se sancione la Ley de Basura Cero que formalizó el trabajo de los recicladores.

Su cercanía con el Papa Francisco le valió un upgrade reputacional enorme en el escenario político. Muchos dirigentes del kirchnerismo empezaron a verlo como un dirigente “necesario”, aun cuando él había sido crítico de los gobiernos de Cristina Kirchner. Por eso llamó mucho la atención cómo de golpe pasó del cuestionamiento al amor.

En 2018 Grabois acompañó a la expresidenta a los tribunales federales denunciando persecución y proscripción. Ese mismo año fundó el Frente Patria Grande para apoyarla políticamente. En 2019 se unió al Frente de Todos con lo cual no es desacertado sostener que “es parte del gobierno de Alberto Fernández”.

Casado, tiene tres hijos, vive con dos de ellos en Boulogne. Hace días dijo que la familia vive con 200.000 pesos al mes y el país completo -que padece la inflación- con lógica le saltó al cuello. Tuvo que salir a aclarar que hizo mal las cuentas. Gruñón, se molesta mucho cuando alguien le marca la evidente contradicción existente entre su austeridad y el excentricismo reinante en la dirigencia del partido peronista del que Grabois dice sentirse cerca. Con este foco comienza una larga charla dominada por una inocultable tensión.

PUBLICIDAD

-Habitualmente hacemos un pacto de honestidad brutal. ¿Está dispuesto?

-Nunca hablo en off.

-Esta semana Malena Galmarini dijo que votar a Grabois es tirar el voto…

-Me parece un poco antidemocrático y que tácticamente es un error. Lo que me dolió de Malena es que diga que los cartoneros no son trabajadores. Así que, si te soy franco, me dolió mucho eso que lo otro, que me parece una tontera propia de una interna.

-¿Por qué es una tontera?

-Porque todos los votos juntan al mismo frente. Entonces hay una idea de que Massa tiene que ser el candidato más votado para tener chances electorales. Y qué sé yo. Para darte un ejemplo, Jorge Capitanich fue el candidato más votado en las elecciones de Chaco, pero perdió porque los votos juntados de la alianza opositora fueron más.

“Si hacemos una buena elección, tenemos una gran capacidad de condicionar a Massa”

-Juan, usted comparte espacio con esa gente a la que está criticando…

-¿Y qué tiene que ver? También estoy compartiendo una mesa con vos.

-Pero usted y yo no somos compañeros de militancia...

-Lo que pasa es que tenemos una cultura polarizada donde no se ven los matices que hay dentro de cada polo de la contradicción. Yo con Massa tengo más que matices. Lo cual no impide que vea una delimitación entre lo que es Unión por la Patria y lo que es una suerte de “bolsonarismo” argentino que para mí lo representa Juntos por el Cambio.

-¿No hay un límite para conformar coaliciones políticas?

-Precisamente. Hay límites que son delimitaciones. En este caso, yo te explico: para mí la delimitación es el “bolsonarismo”, es decir, los planteos deshumanizantes.

-¿Es honesta la conformación de la coalición Unión por la Patria en términos ideológicos?

-Es heterogénea. Como dice Ortega Gasset, es el hombre y sus circunstancias. No es lo mismo Sergio Massa o cualquier persona dentro de una coalición de derecha que dentro de una coalición donde hay una capacidad de condicionamiento muy fuerte. Es decir, nosotros, si hacemos una buena elección, tenemos una gran capacidad de condicionamiento del programa y las políticas de Massa.

-En mi opinión, creer que va a tener una gran capacidad de incidencia en las políticas económicas de Sergio Massa, es no conocer a Sergio Massa...

-Puede ser.

-¿Está dispuesto a creer que puede estar equivocado?

-Sí, no tengo ninguna seguridad. Lo que sí creo es que vamos a tener una capacidad de condicionar el programa, por lo menos de política de acceso a la tierra, al techo y al trabajo, no me cabe ninguna duda.

-Juan, ¿no sintió en ningún momento que Cristina habilitó que usted vaya a la interna con Massa porque necesita que el kirchnerismo duro, que no quiere votar a Massa, tenga una opción?

-La verdad que eso sería un tema subjetivo de ellos. Nuestro candidato natural era Wado. Después pasaron cosas que cada uno puede interpretar como quiera. Yo creo que ahí hubo algo que podríamos denominar una suerte de golpe de palacio.

“Estuve varias veces en el departamento de Cristina”

-Lo escuché decir un montón de cosas que me llevan a preguntarle qué hace ahí adentro si no comparte valores elementales con tanta gente.

-Pero comparto con el sector mayoritario de la coalición. Por ahí habría que preguntarle a mi rival qué hace él en una coalición con personas que odiaba tanto hace un tiempo.

-Si tuviese que diseñar el mapa Unión por la Patria, y usted no existiese en la política, ¿lo pondría a Sergio Massa como candidato?

-No, de ninguna manera.

-¿Por qué?

-Porque no representa los principios sociales y éticos del campo nacional popular latinoamericanista que son básicamente priorizar la geopolítica latinoamericana por sobre las relaciones carnales con los Estados Unidos, que son priorizar la agenda de justicia social por sobre la agenda economicista macro, que son el componente militante por sobre el componente del político profesional de aparato. Es decir, hay un montón de motivos por los cuales para mí, Massa no es el mejor candidato, ni en términos de calidad, ni de cantidad de votos.

-Entonces, ¿por qué cree que le permiten ser candidato?

-Porque tiene un apoyo importante de cierto establishment político, económico y porque es un candidato relativamente competitivo. A algunos personajes de la política les preocupa más conservar privilegios antes que cambiar la Argentina. El que se corrió de su posición de centroderecha a posiciones más nacionales y populares fue Massa, no nosotros. Yo me puse firme con el tema de las PASO porque de todos los dirigentes conocidos de Unión por la Patria es el menos representativo de lo que yo quiero, y quiero competir con eso, ver cuáles son las hegemonías. Lo que sería grave es que tenga el monopolio de los votos del peronismo…

-Me llama mucho la atención su apego a determinado sector de la política que vive completamente distinto de lo que usted pregona. Digo, usted sabe el nivel de lujuria con el que vive el kirchnerismo…

-No sé si es tan así. Yo te puedo decir lo que yo vi. Además, aprendí que se predica con el ejemplo, no con el dedito levantado. Estuve varias veces en el departamento de Cristina y es un departamento muy muy sencillo.

-Hacer negocios cuando uno es presidente no está bien.

-Bueno, es tu posición.

-Ocurre que usted pregona “techo, tierra y trabajo” y acompaña a un montón de gente que no tiene un mango. Y a veces me pregunto cuánta comida se podría comprar, por ejemplo, con la comitiva de más de cincuenta personas que llevó Alberto Fernández a Estados Unidos.

-Eso me parece una barbaridad, pero eso es un acto de gobierno. No voy a caer en la política del patrullero. Cristina hizo mucho por los pobres en la Argentina y esa para mí es la vara con la que hay que medir las cosas. Si la gente estaba mejor o la gente estaba peor y para mí la gente estaba mejor.

-Toda esa ampliación de derechos supuso un incremento del gasto público que el kirchnerismo financió, entre otras cosas, con emisión monetaria. Eso provoca aumento de precios e inflación. Y la inflación es el impuesto a los pobres.

-Lo que vos decir es contra fáctico, porque la tasa de inflación durante los gobiernos de Cristina fue mucho más baja de lo que vino después.

-Fue altísima…

-Fue mucho más baja que con Macri…

-No me haga el “Ah pero Macri”…

-Siempre es “Ah pero Macri”, porque las cosas se comparan.

-Macri vino después. 30 puntos de inflación anual como dejó Cristina también es altísimo.

-Con Bergoglio decíamos que era el escándalo de la pobreza. Ahora vos no podés comparar entre el modelo de Ruanda y el modelo de Noruega. Y la argentina de Cristina es una Argentina donde hasta muchos de los que nos están viendo que la deben odiar profundamente, estaba mejor. Cuando tenía poder yo la criticaba. Ahora que no tiene poder, que es una persona bastante hostil y perseguida…

-¿No tiene poder?

-No tiene el mismo poder que tenía antes. Por eso el candidato fue Alberto.

-¿Qué va a hacer con los planes sociales si es presidente?

-No existen lo planes sociales. Es una construcción mítica de pensamiento deshumanizante, que cree que hay gente que vive de una asistencia estatal.

-Se trata de programas del Ministerio de Desarrollo Social, con connotaciones sociales: eso son planes sociales. ¿Qué va a hacer con eso?

-Lo que hay que hacer para terminar tanto con los piquetes como con la discrecionalidad, se llama universalización, es decir, todo argentino o argentina tiene que tener derecho a un ingreso mínimo garantizado. Nosotros lo llamamos salario básico universal.

-¿Cómo lo va a financiar?

-Hay una fórmula que está buena. Yo necesito 0.9% del Presupuesto. Un 0.7 se nos va en las exenciones impositivas que tienen los jueces y hay un 4.7% que se llaman regímenes de promoción industrial. Los medios no pagan impuestos. El pibe más rico del país, Galperin, está en un régimen y paga menos de lo que le corresponde.

-Entonces plantea sostener económicamente esa propuesta con más impuestos…

-No, al revés. Es una reducción del gasto. No son impuestos nuevos, son exenciones que tienen sectores privilegiados.

-¿No piensa al revés? Ver de qué manera los empresarios pueden dar más trabajo…

-Desde luego que lo pienso y creo que lo que necesitan los empresarios no son amiguitos. Lo que necesitan los empresarios son reglas claras. O sea, amigo mío no va a ser ningún empresario, pero tampoco voy a cagar a ningún empresario. Nosotros planteamos, sobre todo en las pymes y las micropymes, un seguro de contingencias judiciales. Porque contra intuitivamente de lo que piensan muchos, yo tengo claro que alguien que tiene una heladería y que tiene dos o tres empleados tiene pánico a que le hagan un juicio laboral.

- Juan, una de las cosas que uno tiene que evaluar apenas diseña la política pública, es el análisis de factibilidad.

-Sí.

-¿Usted de verdad siente que es factible hacer todo lo que propone?

-Es que propongo cosas muy de sentido común y baratas además. Si vos me decís, “a ver Juan, es muy difícil que vos hagas una reforma agraria y logres que pasemos del 93.5% de la población urbana al 80%, como debería ser, que tengamos un 20% de población”… Eso es muy difícil. Es muy difícil que cambiemos la cultura de la educación pública en la Argentina y podamos recobrar una educación de calidad, es muy difícil. Ahora, conseguir las hectáreas suficientes -que son muy pocas- para que cada familia tenga un terrenito de 500m2 con agua, luz, cloaca, gas para construirse su casa no es tan difícil. Garantizar un 0.9 del presupuesto para que no haya indigencia en la Argentina. Porque pobreza cero es muy difícil, pero indigencia cero es algo totalmente viable en el país.

“El gobierno de Alberto Fernández no cumplió con el contrato electoral”

-Juan, hay un punto en el que las diferencias subjetivas se unen en el análisis de la política, que es en los datos objetivos.

-Claro.

-Centrémonos en los datos un minuto.

-Sí.

-¿Aprueba el gobierno de Alberto Fernández?

-No, para nada. No fue un buen gobierno.

-¿Por qué?

-Porque no cumplió con el contrato electoral. El contrato electoral decía: empezar por los últimos para llegar a todos. Empezar por los últimos era reducir la pobreza y no se redujo: aumentó. Empezar por los últimos era ampliar el derecho a un lugar digno para vivir: no ampliamos el derecho al lugar digno para vivir. O sea, la Argentina no redistribuye mejor su riqueza. La Argentina el año pasado creció cinco puntos y aumentó la pobreza. Si no se redistribuye bien la riqueza el estado no está cumpliendo su rol de redistribución. Está haciendo básicamente lo que quieren que haga Milei, Larreta, Macri y Bullrich, que es dejar que el libre mercado maneje.

-Pero lo está haciendo el gobierno del Frente de Todos…

-Bueno por eso, yo no apruebo la gestión económica. Creo que se negoció muy mal con el Fondo Monetario Internacional durante la gestión de Guzmán y durante la gestión de Massa.

-Massa no piensa muy distinto que Alberto Fernández.

-Sí, pero yo voy a ganar la interna.

-Si Massa gana la interna, ¿usted va a acompañar al gobierno?

-Voy a acompañar y voy a condicionar. No voy a ser funcionario. Como no lo fui de Alberto.

    
-¿De qué trabaja hoy?

-Hoy yo tengo regalías que más o menos son dos palos por año de libros. Acabo de recibir la última liquidación, que fueron 900 por un libro, unos 30 por otro y me falta uno más. Soy jefe de trabajos prácticos de una cátedra de Teoría del Estado en la Universidad de Buenos Aires. Hago algunas traducciones. Me queda algún juicio que llevo como abogado particular. Y no tuve jamás un cargo público. Los que me acusan de vago vivieron toda la vida de la política.

-Estas entrevistas tienen un momento en el que buscamos encontrar cosas buenas en los adversarios políticos y cosas malas en los amigos. ¿Qué defecto tiene Cristina Kirchner?

-Elige muy mal a la gente. No siempre.

-¿Qué defecto tiene Alberto Fernández?

-Que fue improvisado.

-¿Qué defecto tiene Sergio Massa?

-Que miente.

-¿Qué virtud tiene Mauricio Macri?

-Bueno, que logró llegar a… Que desafió a su padre. Y logró abrirse camino. Después hizo mucho daño con ese camino.

-¿Qué virtud le encuentra a Horacio Rodríguez Larreta?

-Que hasta esta última etapa tenía una gestión bastante ordenada y eficiente, con prioridades totalmente distintas a la mías.

-¿Qué virtud tiene Patricia Bullrich?

-Tiene una enorme capacidad de adaptación a los tiempos, manteniendo como constante sus pulsiones tanáticas.

-Juan, una de las cosas que la Ciencia Política le cuestiona a la dirigencia actual es la falta de empatía. Y una de las variables con las que se detecta esa falta de empatía es la incapacidad de pedir perdón. ¿Por qué le gustaría pedir perdón?

-Porque en este último período no peleamos lo suficiente para garantizar una política socioeconómica para los sectores más pobres. Porque cometimos muchos errores en términos de alianzas. Porque no defendimos bien a la gente y eso me pesa. Fue un error no haber pataleado cuando se eligió a Alberto. Te puedo asegurar que el día que eligieron a Alberto, debe ser de las pocas veces que lloré por política. Veía venir un gobierno muy débil y con falta de orientación. Tendríamos que haber pataleado más.

-Muchas gracias.

Comentar esta nota
Más de Política