Un anciano japonés fue condenado el martes a tres años de prisión por haber matado a su esposa arrojándola al mar. Cuidaba de ella desde hacía 40 años.
Fujiwara Hiroshi, de entre 82 y 83 años, se acercó a un muelle y empujó a Teruko desde su silla de ruedas. La mujer tenía problemas para caminar y no podía valerse por sí sola.
Hiroshi no se entregó, pero casi. Su hijo fue quien llamó a la policía. Ni bien mató a su mujer, Fujiwara condujo hasta la casa del hombre y le contó lo que había hecho. El cuerpo flotante de la anciana de 79 años fue descubierto por un pescador.
Según NHK News, el residente de Oiso, Japón, se cansó de cuidar a Teruko y la mató para no dejarla en un hogar de ancianos. Un juez dijo que el acusado no quería ponerla en un geriátrico porque “creía que debía cuidarla solo”. El crimen ocurrió en noviembre.
La sentencia
Hiroshi aceptó su condena sin objeciones.
La acusación exigió siete años de prisión, mientras que la defensa solicitó sentencia suspendida.
Para el juez, “el pensamiento pesimista del acusado lo llevó a quitarle la vida” y el caso no se trató de “un caso típico de fatiga del cuidado”. Determinaron que “el motivo” del anciano “es egoísta y la forma en que mató a Teruko fue cruel”.
El tribunal japonés decidió no suspender la sentencia. Ahora, la defensa discutirá con él y su familia sobre cómo responder a la decisión judicial.
