Cáncer: cómo afrontar mejor los efectos físicos secundarios más comunes

Fatiga, dolor en la zona de cirugía, cambios hormonales son los más frecuentes. Pueden ser temporales o permanentes. Consejos.
  • Los efectos físicos pueden deberse a la enfermedad o a su tratamiento. Foto ilustrativa Shutterstock. Los efectos físicos pueden deberse a la enfermedad o a su tratamiento. Foto ilustrativa Shutterstock.
  •  La fatiga es uno de los efectos físicos secundarios más comunes. Foto ilustrativa Shutterstock.  La fatiga es uno de los efectos físicos secundarios más comunes. Foto ilustrativa Shutterstock.
  •  El ejercicio físico es preventivo y favorece la recuperación tras la enfermedad. Foto Shutterstock.  El ejercicio físico es preventivo y favorece la recuperación tras la enfermedad. Foto Shutterstock.

El diagnóstico de cáncer implica un antes y un después en la vida de la mayoría de las personas que deben atravesarlo. Eso deja marcas, que incluyen desde fatiga, pasando por cicatrices, cambios en la piel, el pelo y hasta la pérdida de alguna parte del cuerpo. No obstante, algunas medidas pueden ayudar a sobrellevar mejor esos cambios y efectos secundarios propios de la enfermedad y su abordaje.

Así lo destacó Amye Tevaarwerk, oncóloga de la Clínica Mayo (Rochester, Minnesota, Estados Unidos), en un artículo difundido por la institución.

"El tratamiento activo es un recorrido físicamente intenso que puede alterar el cuerpo permanentemente", dijo la médica.

Algunos de esos efectos físicos secundarios pueden continuar por meses o años después de haber recibido el diagnóstico y el tratamiento para el cáncer. "Serán notorios para unas personas, mientras que para otras no", sumó Tevaarwerk.

La buena noticia es que "hay tratamientos y recursos que pueden disminuir las consecuencias de algunos efectos secundarios" y que los hábitos saludables "también pueden hacer la diferencia".

 

Efectos físicos secundarios del cáncer

Los efectos secundarios duraderos suelen estar relacionados con los tipos de tratamiento para el cáncer que haya recibido cada paciente, apuntó la médica. Para muchos, ese abordaje incluye operación, quimioterapia o radioterapia.

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"Estos tratamientos pueden causar cambios físicos drásticos y rápidos. También es frecuente el uso de terapias endócrinas u hormonales, pero sus efectos secundarios pueden ser más sutiles o tardar más en aparecer", precisó.

"Los síntomas y los efectos secundarios pueden ser temporales o permanentes. La duración depende de muchos factores, como los tipos de tratamiento, los síntomas, la edad y el tipo y la etapa del cáncer", dijo.

Y sostuvo que, a pesar de la gran variedad de tratamientos, las personas que atraviesan una enfermedad oncológica "comparten algunas similitudes en cuanto a cambios físicos y desafíos", como la fatiga, el dolor o las cicatrices en el lugar de la intervención, cambios hormonales y en sus niveles de actividad.

 

Fatiga, el más frecuente

La fatiga persistente -esa sensación de cansancio, debilidad o agotamiento que no mejora ni siquiera con el descanso- es el efecto secundario más frecuente causado por el cáncer y su tratamiento. Su duración es variable: puede ocurrir ocasionalmente y prolongarse por poco tiempo o extenderse durante varios meses.

"La fatiga es difícil de tratar porque no hay muchos medicamentos aprobados disponibles y hay otros factores que contribuyen a ella, como el dolor, trastornos del sueño o el estrés emocional", señaló la oncóloga.

 

Dolor y cicatrices

Dependiendo del tipo de operación a la que se haya sometido, el paciente puede sufrir malestar, linfedema (hinchazón) y daño nervioso (neuropatía) que provoca dolor.

"Las cicatrices de la operación tardan en curarse y pueden ser visibles inmediatamente después de que haya recibido el tratamiento. Afortunadamente, las técnicas mejoraron, lo que disminuyó los efectos secundarios duraderos y el dolor provocado por los procedimientos quirúrgicos", afirmó Tevaarwerk.

 

Cambios hormonales

En algunos casos, los cambios físicos pueden responder a cambios hormonales derivados del tratamiento oncológico.

"En el caso de los cánceres que son sensibles a las hormonas, la terapia endocrina u hormonal se usa para reducir el riesgo de que el cáncer aparezca de nuevo. Algunas mujeres optan por recibir un tratamiento para impedir que sus ovarios produzcan hormonas como parte de su terapia endocrina", explicó la autora del artículo.

"Estos tratamientos cambian los niveles hormonales del organismo temporal o permanentemente. Algunos efectos secundarios que podrían durar más allá del tratamiento son sofocos, síntomas de las articulaciones, cambios en la salud sexual, cambios en el sueño, dolor de cabeza, aumento de peso y cambios en la memoria", precisó.

 

Cambios en los niveles de actividad

Es posible que tras una cirugía, los pacientes sientan que su amplitud de movimiento o su movilidad es limitada. Además, la capacidad de hacer ejercicio puede verse afectada por efectos secundarios de la quimio o la radioterapia. Y a todo eso se le suma la fatiga, que muchas veces atenta contra las actividades diarias.

"Esto puede mejorar con el tiempo y la fisioterapia", alentó la oncóloga.

 

Consejos para la recuperación física

La médica indicó que las personas con cáncer pueden mejorar su fuerza y resistencia durante el tratamiento y la rehabilitación mediante la adhesión a una serie de medidas que incluyen mantenerse físicamente activo, llevar una dieta cardiosaludable, dormir bien y controlar el estrés.

 

Mantenerse en movimiento

"Animamos a los pacientes a mantenerse lo más activos posible durante y después de haber recibido el tratamiento. Es la filosofía de 'úsalo o piérdelo', de modo que cuanto más activo sea durante el tratamiento, menos tendrá que hacer durante la recuperación", explicó.

"El ejercicio puede fortalecer tu sistema inmunológico, darle más fuerza y resistencia y mejorar tu salud mental. No es necesario que sea ejercicio fuerte. La mayoría de las personas sienten beneficios físicos y emocionales importantes con las caminatas normales de 15 minutos o las sesiones cortas pero intensas de actividad."

 

Llevar una dieta cardiosaludable

"Es importante llevar una dieta bien balanceada y cardiosaludable para la salud en general y para reducir el riesgo de cáncer. Una dieta sana se centra en carnes magras, granos enteros, frutas y vegetales y limita las comidas procesadas o azucaradas. Además, tomá mucha agua para mantenerte hidratado e intentá limitar el consumo de alcohol", indicó.

 

Dormir bien

"La fatiga puede empeorar si no dormís bien por las noches. Priorizá tu sueño estableciendo una rutina de sueño regular y haciendo de tu dormitorio un santuario tranquilo", propuso.

 

Controlar los niveles de estrés

"El cáncer, como todas las enfermedades graves, produce mucho estrés. El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la sensación de fatiga. Probá técnicas de relajación y meditación para manejar el estrés", sugirió la oncóloga.

Y recomendó buscar apoyo en familia y amigos durante y después de haber recibido el tratamiento, así como en grupos de pacientes. No aislarse es importante: "programá actividades sociales para interactuar con otras personas", aconsejó.

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