En un país normal un 6% de inflación sería una catástrofe, pero acá algunos la festejan
Falta menos de un mes para las PASO y hay una gran incertidumbre en las encuestas. Esta semana el dólar superó la barrera de los $500, pero Cerruti le restó importancia. Cada vez más gente se endeuda para comprar alimentos.
El viernes dije al aire, en la radio, que Wanda Nara tenía leucemia. Comenzó después una andanada de críticas por parte del periodismo de espectáculos. Lo primero que quiero decir que es frío y profesional: chequee la noticia antes de darla.
Pero vale la pena profundizar en el tema. ¿Cuál fue el daño que produje? Me encantaría que alguien lo explique. Las personas no son culpables de la enfermedad que tienen. Darlo a conocer no es denunciarlas. En todo caso, lo que la noticia puede generar es empatía hacia quien la sufre.
Lo que me llamó la atención fueron todos los que se golpearon el pecho. Hablo de cierto periodismo de espectáculos que reaccionó indignado hablando de ética y de códigos profesionales. Son los mismos periodistas que a diario hablan de infidelidades en una pareja en la que hay hijos menores, que difunden falsas filiaciones, o que exponen a hijos desequilibrados a denunciar a sus padres.
Yo no espero moral de la televisión, pero tampoco soporto que algunos se comporten como un grupo de seminaristas, porque no lo son. Gente que ni siquiera considero periodistas me habla de ética profesional. Por favor, mírense al espejo. Vean los programas que hacen. Los que mean agua bendita me acusan de transgredir. ¿Me lo dicen en serio?
Yo no me siento más que nadie, pero ellos se sienten más que yo y me apuntan con el dedo. El viernes di una información sensible al aire. Averigüe antes de darla. Para mí eso es todo. Lamento lo que le pasa a Wanda y espero que pronto se reponga. No creo que algunos panelistas del espectáculo puedan curarse con la misma rapidez.
En menos de un mes son las PASO
Falta menos de un mes para las PASO. También conocida como la temporada alta de carpetazos. Los candidatos quieren tu voto y los encuestadores que les respondas una puta encuesta.
Hay una gran incertidumbre para las PASO: en las encuestas, el 50% responde “no sabe - no contesta”; y el otro 50%, “no me rompas las pelotas”. Antes que responder una encuesta electoral, la gente prefiere caer en una estafa telefónica.
Las encuestas están más raras que nunca: en unas gana Larreta, en otras gana Patricia Bullrich. En unas Milei sigue firme, en otras se cae a pedazos. En unas Massa aplasta a Grabois, en otras están bastante parejos. Parece que el famoso refrán se modificó: antes era “el que las hace, las paga”. Ahora es “el que las paga, las gana”.
El dólar superó los $500
El miércoles, el dólar superó la barrera psicológica de los 500 mangos, pero no se detuvo y el viernes superó la barrera psiaquiátrica de los 522. Ahora nos queda la barrera de los 1000 y para eso falta mucho. Bah, creo.
Gabriela Cerruti le restó importancia a la suba del dólar. Cerruti es como el blue, cruza barreras todo el tiempo. Sobre todo la del ridículo.
Massa acusó otra vez a la oposición de frenar el acuerdo con el Fondo. La cosa venía encaminada, pero esta semana se complicó, como la relación entra García Moritán y Vicuña.
El equipo económico estuvo toda la semana por viajar a Washington. Se iban, se quedaban, se iban, se quedaban. Deben estar durmiendo en el aeropuerto con una muda de ropa en el bolso.
La inflación, imparable
El jueves se conoció el índice de inflación, que estuvo por debajo de las previsiones de los privados: 6% en junio y 115,6% en el último año. Pese a que es muchísimo, algunos K estaban más contentos que Messi yendo al súper en Miami.
En cualquier país más o menos normal sería una catástrofe, pero acá un 6% de inflación algunos la festejan. Como se festeja el: “Me robaron, pero no me hicieron nada”, “me agarró el paro de trenes, pero en 6 horas llegué a casa” o “me metieron los cuernos, pero al menos no fue con mi mejor amigo”.
El 6% del INDEC generó algunas dudas. En junio, el azúcar subió un 33,9%; la papa, un 24,7%; la yerba, 16%; el pan, 13%. Los precios cuidados no funcionan, pero “los índices cuidados” parece que están funcionando muy bien.
Javier Milei pidió cambiar un voto en Diputados, pero se lo rechazaron. Votó en contra de un paquete de leyes que incluía la eliminación de la “fe de vida” para jubilados y declarar el 18 de julio Día de Duelo Nacional por el atentado a la AMIA. Y después de cuatro días se arrepintió de lo que había votado.
Tanto joder con el mercado, se cree que todo se puede devolver como una compra de Mercado Libre. Acusaron a Carlos Kikuchi, exoperador de Milei, de pedir 100.000 dólares por el armado electoral en Catamarca.
Parece que en La Libertad Avanza rechazan “la casta”, pero les gusta “la pasta”. De todos modos, Milei es inocente; porque como buen libertario el precio de las candidaturas no lo pone él, sino el mercado.
El tipo que sigue mostrando convicción es Juan Grabois, que salió a aclarar que si Massa gana la interna, él lo va a acompañar: ¿Ni un segundo, en ningún momento, lo dudaste? Lo bueno de Grabois es que si se arrepiente ya tiene el perdón del Papa. Es como la tarjeta black, para arrepentirse tiene saldo ilimitado.
La gente se endeuda para poder comprar
El 54% de los hogares del país pidió uno o varios tipos de préstamos. Y el 64% se endeudó para consumos básicos, como comprar comida y medicamentos o pagar servicios.
En los hogares sostenidos por mujeres con hijos la situación es peor: más del 70% se endeuda para pagar comida y remedios, y cancelar otros préstamos. Los datos surgen de un informe publicado por el Ministerio de Economía.
El 30% de los hogares que piden préstamos combina lugares formales y no formales: un banco o la ANSES, pero también financieras que ofrecen efectivo a sola firma, e incluso prestamistas más informales todavía, que reparten plata en los barrios y pasan a cobrar las cuotas todos los días.