Ruta provincial 51: lapidario informe de la federación de transportistas
El estudio detectó que casi el 60% de la carretera, entre Ramallo y Bahía Blanca, se encuentra en estado regular a malo. En nuestra zona ese porcentaje es aún peor: trepa al 80%. "Hay que buscar soluciones urgentes a los tramos críticos", señalan desde Fadeeac.
Un resultado lapidario arrojó el informe sobre el estado de la ruta provincial 51 que realizó la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) entre el 10 y 12 de mayo pasado.
El estudio –al que accedió La Nueva- determinó que casi el 60% de la carretera, entre Ramallo y Bahía Blanca, se encuentra en estado regular a malo.
En nuestra región la situación es aún peor: el 80% de los tramos que van desde Bahía a Laprida presentan falencias regulares a graves.
“Los datos relevados a lo largo del informe dan cuenta de la gravedad de la situación que enfrenta la provincia de Buenos Aires en cuanto a la falta de mantenimiento de las rutas”, se indicó en las conclusiones del estudio.
El empresario transportista Cristian Sanz, directivo de Fadeeac y presidente de la Cámara de Empresarios del Transporte Automotor de Cargas Regional Sureña (Cetac), dijo que el objetivo del estudio no es generar ninguna polémica ni críticas hacia las autoridades, sino colaborar con la diagramación de un plan de acción “que resuelva en lo inmediato la grave situación de los sectores más críticos” de la ruta 51.
“Por eso hemos enviado el estudio al gobernador de la Provincia de Buenos Aires (Axel Kicillof), al director de Vialidad (Hernán Y Zurieta), al ministro de Obras Públicas (Leonardo Nardini) y a todos los intendentes de los 16 partidos que atraviesa la ruta”, dijo.
“A todos les hemos solicitado una ayuda urgente. Conocemos la situación económica del país y de la Provincia, y sabemos que no es posible resolver todo como nos gustaría, pero hay lugares que son extremadamente críticos que van a seguir cobrándose vidas si no los intervenimos rápidamente. Ese es el pedido”, añadió.
En Bahía Blanca referentes de Fadeeac mantuvieron una reunión con la senadora y precandidata a intendente Nidia Moirano, así como con el jefe comunal Héctor Gay y su par de Coronel Rosales, Mariano Uset.
“De la misma forma, hemos informado al Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, solicitándoles también su ayuda a través de su presidente Federico Subielles”, remarcó Sanz.
Durante los tres días que duró el estudio un equipo de dos personas recorrió los 735 kilómetros de la ruta analizando la calidad de la carpeta de rodamiento, zonas con ahuellamiento, baches, roturas importantes, falta de demarcación horizontal y los frentes de obra abiertos a lo largo de la traza.
El recorrido total fue dividido en 60 tramos de algo más de 12 kilómetros de largo cada uno, en promedio. Cada uno de estos segmentos recibió una calificación general, que iba desde A5 a A2, según su estado.
La calificación más alta (A5), que corresponde a rutas en muy buen estado, sin deformaciones, bien señalizadas y con banquinas en excelente estado, la obtuvieron 10 tramos de la ruta 51. Es decir, apenas el 17% del total, lo que corresponde a unos 122,5 kilómetros.
Entre Bahía Blanca y Laprida apenas un tramo recibió esta calificación: es el ubicado en cercanías de Coronel Pringles, recientemente reparado. En otras palabras, solo 12 de los 210 kilómetros de la ruta 51 en nuestra región se encuentran en estado óptimo.
La segunda calificación (A4-Calzada con detalles) fue para 16 tramos (26% del total), de los cuales 13 se encuentran entre Ramallo y Laprida y, los tres restantes, entre esta localidad y Bahía Blanca.
Se trata de segmentos casi sin irregularidades, con deformaciones moderadas o nulas, banquinas en buen estado general y tal vez deterioro en la pintura.
La siguiente calificación (A3-Calzada regular) fue la más utilizada. Se otorgó a 19 tramos (32% del total), 8 de los cuales se encuentran entre Bahía Blanca y Laprida.
Se aplica a rutas con irregularidades elevadas, asfalto en estado regular, con deformaciones moderadas y ahuellamiento apreciable, demarcación horizontal mala y banquinas con problemas.
Por último aparece la peor nota para una ruta pavimentada: A2-Calzada en mal estado. Recibieron esta calificación 15 tramos (25% del total), 8 de los cuales corresponden a nuestra región.
Son segmentos con irregularidades elevadas, asfalto en mal estado, alto ahuellamiento, deformaciones importantes, falta de pintura y banquinas inexistentes.
En conclusión, apenas 4 de los 20 tramos que van desde Bahía Blanca a Laprida recibieron una calificación positiva (A5 o A4). Los 16 restantes –el 80% del total- obtuvieron las peores consideraciones (A3 y A2).
Los puntos críticos en la región
En el estudio se brindaron algunas consideraciones importantes sobre puntos críticos del tramo Laprida y Bahía Blanca.
Uno de ellos fue el cruce de las rutas 51 y 76 (en cercanías de General La Madrid y Laprida), donde han ocurrido gravísimos accidentes.
Allí –se indicó- “tras la bifurcación la ruta se mantiene angosta, divisando algunas zonas sin banquinas y otras donde las banquinas se encuentran en mal estado”.
“Además, se observa muy poca demarcación vertical a lo largo de este tramo. En el cruce propiamente dicho no se encuentra señalética vertical que facilite la comprensión del mismo, ni demarcaciones claras para acceder al cambio de ruta. Tampoco se encuentra señalización en las isletas presentando riesgo de accidentes para los vehículos que transiten por el lugar”, se remarcó.
“Luego de la bifurcación hay predominancia de baches con pérdida de asfalto en medio de la ruta y deformación sobre reparación”, se añadió.
Otro punto crítico es el cercano a la Cantera Piatti, entre Coronel Pringles y Paraje Frapal, donde –se enfatizó- “se observa una zona de la ruta provincial 51 fresada y con muy mala demarcación horizontal”.
“En la rotonda de cruce con la RP 72, la carpeta asfáltica se encuentra en mal estado: fresada y con deformación por ahuellamiento, baches o falta de mantenimiento sobre banquina y falta de demarcación horizontal”, se indicó.
Tampoco pasó desapercibida la situación de Los Siete Puentes.
“Allí se encuentra una zona de aproximadamente 400 metros en los cuales se emplazan siete puentes angostos, sin banquina, zonas de detención, ni señalización informativa de la dificultad del tramo”, se destacó.
“Al ser una pendiente en sentido a Bahía, se reduce la visibilidad llegando a la cota más alta, y muchos vehículos realizan sobrepasos imprudentes poniendo en riesgo su vida y la de otros. En la zona tampoco se observa señalización vertical que indique el peligro existente”, se añadió.
Por último, se hizo alusión a la zona de los parques eólicos, donde –según el estudio- “se encuentra uno de los sectores con la carpeta asfáltica más deteriorada”.
“Se observan deformaciones por ahuellamiento tanto lateral como frontal (por frenado) con niveles de hasta 25 centímetros de alto”, se remarcó.
“También se observan importantes desniveles con la banquina, que, sumados a los hundimientos al interior, forman ‘cordones’ de asfalto a lo largo de la ruta, con el inminente peligro para los conductores que transitan por el lugar”, se agregó.
Sanz señaló que muchos de los problemas venían siendo señalados por los transportistas y ciudadanos que transitan por allí.
“La 51 viene siendo intervenida por tramos, y de pronto uno se encuentra con la zona de El Despeñadero, donde la carpeta está reparada y tiene 7,30 metros de ancho, hay tercera trocha, banquinas asfaltadas, buena señalización… y de allí pasa a un tramo que fue fresado y abandonado, donde se ha sacado todo tipo de señalización, está en muy mal estado y no tiene siquiera una señalización alternativa”, describió.
“La gente que no conoce esto, y que maneja de noche o con lluvia, corre un gravísimo riesgo en la ruta 51. Por algo esta ruta se ha cobrado tantas vidas”, añadió.
Sanz añadió que tener una ruta en buen estado reduciría los costos de logística y, en definitiva, de las mercaderías transportadas.
“Hay banquinas tan descalzadas que si un camión, por alguna razón, sale de la cinta asfáltica, automáticamente vuelca o queda allí. Entonces lo que pedimos es que al menos haya un plan de contingencia para las banquinas”, dijo.
“Celebramos que se haga una licitación, celebramos que se planifique una obra, pero en lo inmediato hay puntos críticos que hay que atender sin demora”, cerró.
El segundo estudio de Fadeeac
El estudio se realizó los días 10, 11 y 12 de mayo pasado.
Se extendió desde el cruce de la ruta 51 con la RN9 en Ramallo, hasta la rotonda que une a la carretera con la avenida de circunvalación Autovía Juan Pablo II en Bahía Blanca.
En total, abarcó 735 kilómetros que, a los efectos de su evaluación, fueron divididos en 60 tramos de algo más de 12 kilómetros.
Fue realizado por Diana de Salazar, Luis Lebot y Carlos Gutiérrez, bajo la coordinación del ingeniero Sergio Ruppel, del área de Infraestructura Vial de Fadeeac.
Antes de este estudio, en marzo de este año, se realizó otro similar en la autopista Rosario-Santa Fe.
Fadeeac tiene previsto continuar con los relevamientos de corredores viales “para identificar acciones de mejora”.