Guido Kaczka recibe cada noche a nuevos concursantes en Los 8 escalones de los tres millones, ciclo que logró mantener a la audiencia activa frente al televisor cada jornada y que se convirtió en uno de los favoritos de muchas familias. Es que el juego de preguntas y respuestas que se emite por la pantalla de El Trece genera mucha expectativa en el televidente que se vuelve un participante más del otro lado de la pantalla apoyando a quienes están en el estudio, o incluso jugando con su círculo íntimo para determinar quién es el que más sabe en ese hogar.
Además de las clásicas preguntas y respuestas que se hacen en el juego para conocer al ganador, en el medio van surgiendo historias de las participantes o anécdotas de vida, algunas muy duras, otras divertidas. En este caso, María Soledad del Amor dejó a todos los integrantes del programa sin palabras tras revelar detalles de su vida.
Fue así que el conductor hizo la introducción a la participante: “María Soledad, que dijo que es vidente, médium. Bueno, que sabe la vida de las personas que tiene alrededor”. Fue en ese instante que ella lo interrumpió para dejar, entre risas, algo en claro: “A ver, no vine a trabajar, vine a jugar”. Fue allí que Guido indicó que sólo intentaba tener más información sobre su actividad.
“A ver, sí, también si me tirás una fecha te hablo de tu vida sí. Si alguien me tira su fecha de nacimiento puedo hablar de la vida de la persona. Soy numeróloga también, consteladora familiar”, detalló la mujer respecto de su actividad, mientras el silencio en el estudio dejaba a las claras que todo los presentes comenzaron a compenetrarse con la historia.
Tras ello el conductor intentó indagar más, aunque finalmente se frenó: “Y está esa idea de que los muertos… que están por... bueno, no importa, María Soledad”. Aunque ella entendió a dónde apuntaba y continuó la conversación: “En realidad es el mismo plano, a ver, si están acá, es porque estamos en el mismo plano, pasa que no están en este plano físico”.
“Nuestra alma ocupa en el físico, en nuestro cuerpo, pero cuando el alma se desprende del físico pasa a ser un espíritu, entonces sí. Pero después tenemos otros tipos: están los que están arriba, los que están más arriba, los que se portaron un poquito mal y están abajo”, continuó detallando sobre las distintas variables, para luego abocarse a una experiencia personal.
María Soledad recordó: “Tuve la suerte, por así decirlo, de haberme muerto en esta vida, y de haber vuelto, y ¿viste cuando te dicen ‘vi la luz’? sí”, expresó emocionada mientras los demás participantes y el jurado no podían escapar de su relato, llevando al conductor a sorprenderse por ese recuerdo. Así fue como ella ahondó en esos detalles.
“Sí, me pasó. Estamos hablando de terapia intensiva”, explicó, para luego Guido preguntarle si había visto una luz blanca, a lo que ella lo corrigió: “No fue una luz blanca. Fue un campo hermoso, muy pero muy lindo, en el cual estaba muy feliz y muy en paz. De hecho, no quería volver, mi mamá decía que yo no quería volver”.
Tras escucharla, el conductor reflexionó: “Ojalá, María Soledad, las personas que queremos...” y ella continuó: “Están en paz. Sí, yo cuando hablo con ellos, los únicos que… De tres personas, dos de las que se suicidan se arrepienten. Así que sépanlo, si están en sus casas... yo que tengo la posibilidad... sí, es un alma que queda muy en pena, pululando por ahí”.
El silencio y el clima que se había generado en el estudio traspasaba la pantalla, y fue en ese instante que el conductor prefirió dejar de hacer consultas respecto de la vida y el trabajo de la participante, para volver al juego.