El estrés que muchas veces nos produce la vorágine con la que vivimos diariamente hace que cada vez tengamos menos tiempo para dedicarnos a nosotros mismos y a hacer cosas que nos pueden aportar bienestar. Con el paso del tiempo, una de las actividades más habituales como ir al gimnasio o practicar algún deporte, suelen dejarse de hacer, pero lo que también se deja de lado es practicar sexo con la pareja.
Muchas personas no invierten tiempo en sus relaciones íntimas, algo que los expertos consideran que es un error y, además, puede ser perjudicial para la salud debido a que diversos estudios señalan los beneficios de practicar sexo y los perjuicios que tiene hacerlo estresados.
El estrés durante las relaciones sexuales puede afectar negativamente tanto a nivel físico como psicológico y fisiológico. A nivel físico, puede desencadenar dolores de cabeza, cansancio generalizado y tensión muscular, además de producir insuficiencia de erección, ausencia de secreción vaginal o eyaculación precoz.
“Vivimos en la era de la inmediatez y de las prisas, en la que lo queremos todo en el momento y eso también incluye al orgasmo”, indica Valérie Tasso, escritora y sexóloga francesa radicada en Barcelona, que indicó que estos efectos negativos de la inmediatez de practicar sexo podrían solucionarse poniendo en práctica el slow sex.
De qué se trata el slow sex
La especialista indicó que habitualmente mantenemos relaciones sexuales rápidas en las que la única meta es llegar al clímax, pero se preguntó: “¿Por qué no levantar el pie del acelerador y pisar un poco el freno?”. Esta es la base del slow sex y la sexóloga dijo que esta práctica está relacionada con un sexo mucho más consciente, más lento y más sentido, que invita a vivir el momento con los cinco sentidos, a disfrutar de las sensaciones, a tocar, a explorar, ya sea con una pareja o con nosotros mismos a través de la masturbación.
En opinión de Tasso, para poner en marcha y practicar el slow sex es importante recordar que hay una creencia errónea y muy extendida que asegura que el fin último del sexo es el orgasmo y si no llegamos al clímax, damos por fracasada la relación sexual. La experta dijo que esto hace que, en ocasiones, algunas personas y en especial las mujeres, sientan presión a la hora de llegar al clímax, algo que puede ser totalmente contraproducente, haciendo que nos centremos en el orgasmo y no en el disfrute del momento.
Según relató, a su consulta acuden “muchas mujeres que se quejan de que no llegan siempre al orgasmo”, lo que, a su parecer, es algo preocupante porque muchas veces se trata de una circunstancia puntual (debido al cansancio, el estrés, los pensamientos intrusivos, etc.), que crea un problema donde no lo había inicialmente. En el sexo, como en otras facetas, es importante relativizar para poder seguir adelante y disfrutar.
Tasso indicó que, según un estudio, “casi un 80% de las encuestadas mujeres prefiere tomarse su tiempo durante la masturbación y disfrutar del momento” y que un porcentaje similar “elige también el sexo lento con otras personas sobre el rápido”. Sin embargo, la realidad es que la mitad de las veces y en contra de lo que aseguran preferir, sus relaciones son rápidas. “Los resultados entre los hombres encuestados fueron los mismos”, explicó la sexóloga y esto respalda todavía más la idea de que la rutina y el trabajo hacen que también vayamos acelerados en lo que se refiere al sexo.
Beneficios del slow sex y consejos para ponerlo en práctica
Entre las ventajas de practicar sexo de forma lenta y relajada está la de que permite disfrutar más del momento por lo que el orgasmo deja de ser el objetivo final. En segundo lugar, estaría el hecho de que los que lo practican son más conscientes de las sensaciones y del placer y, en tercer lugar, que les ayuda a conocer mejor el cuerpo de la otra persona.
En opinión de Tasso, “el sexo lento nos permite ser más conscientes de las caricias, de los besos y de las respiraciones” y señaló que practicarlo es muy sencillo ya que, simplemente debemos dar a nuestra sexualidad la importancia que merece. “Igual que cuando nos sentamos a ver una serie o a chatear con los amigos al final del día, también es importante dedicar tiempo de relax y de calidad a nuestra vida íntima”, aseveró.
Un primer consejo de la experta sería preparar el ambiente de relajación encendiendo incienso, bajando la luz, poniendo música sensual y lenta. Son pasos muy sencillos, pero también perfectos para entrar en ese estado de relajación tan idóneo a la hora de disfrutar de una buena sesión de slow sex, ya sea con uno mismo o en compañía. Para la sexóloga, no cabe duda de que la tendencia está cambiando y que el slow sex va a estar más presente que nunca en nuestras vidas.