Un mecánico de 62 años fue brutalmente agredido en el barrio porteño de Villa Devoto por los hijos de un cliente que se enojó ante la tardanza en la entrega de su camioneta.
Todo quedó registrado por las cámaras del lugar que muestran cómo uno de los hombres ingresa al taller, ubicado en Tinogasta al 4900, y va directamente a golpear al mecánico su oficina.
La víctima, identificada como Carlos Rey, recibió varios golpes en su rostro y cuerpo de parte de los familiares del dueño de una camioneta Suran.
Según precisó la Policía de la Ciudad a Clarín, fue trasladado por el SAME hasta el hospital Zubizarreta, con diagnóstico de "traumatismo encéfalo craneal, quedando internado en observación".
Carlos estuvo un día internado. Recibió el alta este martes, luego de realizar la denuncia junto a su hijo en la Comisaría 45 de la Ciudad. Allí le dijeron que los agresores estaban identificados.
Sobre el ataque de uno de ellos en la oficina del taller, Carlos contó a la prensa que estaba en su horario de descanso cuando apareció el joven sin mediar palabra.
"Les dije a los empleados que iba a descansar porque me sentía mal, tenía pico de estrés. Me dormí en la oficina y escuché que abrieron la puerta. Estaba todo apagado. Me trato de reincorporar, miro el celular semidormido y ahí me arrebató", detalló.
Visiblemente moretoneado en el rostro y con escasa visión producto de los golpes, calificó de "cobarde" al agresor, a quien identificó como el hijo de un cliente a quien le estaban por entregar el auto con demora.
"Lo vi una sola vez. Es el hijo de un cliente que nos costaba terminar el auto. No lo reconocí. Me arrebató estando sentado. Me decía que me iba a matar y que le comprara una camioneta nueva. Todas boludeces", manifestó.
En relación a los golpes, trazó un paralelismo con el crimen de Fernando Báez Sosa: "Me dio piñas y patadas en el piso como mataron a Fernando. Me pegó cuatro piñas, me tiró contra el piso, me trabó con la rodilla y me empezó a dar. Las piñas fueron como macetazos. No sé cómo estoy vivo. No sé cómo no me rompió la cabeza".
Dijo además que en ningún momento pudo reaccionar y que sus empleados no podían ayudarlo porque el agresor trabó la puerta cuando ingresó a la oficina.
"En 30 años nunca tuve un altercado así. Teníamos un retraso en la entrega como cualquier taller. Yo la predisposición la tengo. No es para matar a nadie, las cosas se hablan", cuestionó.
Sobre su estado de salud, remarcó: "Estoy con antibióticos y cosas para el dolor. No veo bien. Tengo una fisura en la mandíbula y todas las contusiones del golpe. Los médicos me dijeron que me cuide porque como estoy anticoagulado puedo tener una hemorragia cerebral más adelante".
Por su parte, Federico -hijo de Carlos- dijo que este lunes por la mañana fue a la facultad. Cuando regresó, cerca de las 15, se encontró con patrulleros en la puerta. Pensaba que habían robado un auto.
Al instante, vio a su padre herido. "Fue una consternación total, estaba impresionado. Mi papá nunca tuvo un inconveniente. Las cosas se solucionan hablando. Fue una violencia total", dijo a TN.
Señaló que su padre "está muy angustiado" y que "hay mas de 10 familias que dependen de este taller" por lo que no pueden dejar de trabajar. "Hay que seguir adelante", cerró.
Interviene en el hecho la Unidad Flagrancia Oeste, del Dr. Gradella quien decidió labrar actuaciones por averiguaciones de lesiones graves, pidiendo las grabaciones de las cámaras emplazadas en el taller, y ordenó el secuestro de la camioneta Volkswagen Suran.
