Alertan sobre un daño asociado a la diabetes que ignora casi la mitad de los pacientes
Lo reveló una encuesta regional de la que participó Argentina. Las afecciones en riñones y corazón vinculadas con la enfermedad aparecen subestimadas.
Las muertes por diabetes tipo 2 aumentaron a nivel mundial en lo que va del siglo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Parte del problema son las patologías asociadas a la enfermedad, como las complicaciones renales y cardiovasculares. Con un condimento trágico: según reveló una encuesta, la mayoría de los pacientes de la región desconoce ese daño potencial y no le presta la atención hasta que suele ser demasiado tarde.
La envergadura de la preocupación reunió este martes en la ciudad de Boston, Estados Unidos, a un grupo de medios de comunicación de toda Latinoamérica, convocado para escuchar, entre otras cuestiones vinculadas a la salud, este diagnóstico sombrío. Y de esa manera sensibilizar a la población sobre la necesidad de revertirlo.
La encuesta se dio a conocer en el marco de la reciente autorización de una nueva droga, denominada finerenona, indicada precisamente para proteger a los pacientes de la Enfermedad Renal Crónica (ERC). En Argentina ya fue aprobada por la ANMAT y, según informó el laboratorio Bayer -que la produce-, estará disponible en el país durante el segundo semestre del año.
La ERC, que sufren 2 de cada 5 pacientes con diabetes, “es una condición común ampliamente subestimada, que progresa de manera silenciosa e impredecible, con muchos síntomas que no se manifiestan hasta una etapa avanzada de la enfermedad”, señalaron expertos de Bayer durante la presentación a la que asistió Clarín.
De la encuesta, que reveló el desconocimiento de los diabéticos sobre esta condición y el riesgo que conlleva, participaron pacientes de Argentina, Brasil, México y Colombia. Sólo la mitad de los que respondieron dijo conocer las complicaciones cardiovasculares y el 60 por ciento, las renales.
En cambio, las mayores preocupaciones de la mayoría -según se desprende del relevamiento- son el daño ocular, conocido por el 77 por ciento de los encuestados por la consultora Ipsos, y la amputación de las extremidades, presente en el 62 por ciento de las respuestas.
“La ausencia de síntomas hace que el nivel de preocupación del paciente sea más bajo, lo que conlleva a perjuicios a la salud en el largo plazo y puede llevar a complicaciones y a la muerte”, alertó Eli Lakryc, vicepresidente médico de la División Farmacéutica de Bayer en Brasil y América Latina.
Uno de los problemas advertidos en el sondeo -realizado en abril a 1.500 pacientes- fue que muchos no llegan a ver al nefrólogo: el 43 por ciento dijo que ningún médico le sugirió consultarlo; el 13 por ciento respondió que se lo sugirieron pero no consultó y el 19 por ciento, que consultó sólo una vez. Apenas el 25 por ciento señaló que ya había hecho varias consultas.
“Es necesario que las especialidades médicas que acompañan al paciente en el camino inicial de la diabetes tipo 2, como clínicos, endocrinólogos, cardiólogos y geriatras, tengan una visión holística de la afección para que pueda haber un seguimiento más allá de su especialidad”, agregó Lakryc.
Por su parte, María Borentain, vicepresidente y directora de Desarrollo Clínico Cardiovascular y Renal de la compañía, señaló durante la presentación que "hay una necesidad de tratamientos que prevengan específicamente el daño en el corazón y los riñones para frenar el círculo vicioso".
A pesar del drama que implican estas derivaciones de la diabetes tipo 2, en Argentina la incidencia de la enfermedad es menor que en los otros países relevados: la padece el 6,1 por ciento de la población, contra el 16,9 por ciento de México; 10,5 por ciento de Brasil y 9,9 por ciento de Colombia.
¿Por qué la diabetes afecta los riñones? “Cada riñón está formado por millones de filtros pequeños llamados nefronas. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre causados por la diabetes pueden dañar los vasos sanguíneos de los riñones y las nefronas, y hacerlos dejar de funcionar como deberían”, dice la guía de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Conocer estos daños silenciosos que produce la enfermedad permite que los pacientes sean medicados a tiempo, justamente cuando el peor daño aún no ha tenido lugar. Y de esa manera evitar que se llegue a un escenario de diálisis o trasplante renal.
Un gran subdiagnóstico
“A pesar de la prevalencia tan importante de la enfermedad renal crónica, existe un gran subdiagnóstico. Se ha visto que sólo el 10 por ciento con ERC en estadío 3 es diagnosticados en algunos países. Esto significa que el 90 por ciento no es diagnosticado aún en una fase avanzada. Y esto tiene que ver con la naturaleza asintomática de la enfermedad en toda esa primera etapa”, subrayó ante la consulta de Clarín Gabriel Lijteroff, presidente del Comité Científico de la Federación Argentina de Diabetes.
Lijteroff consideró que “existe una gran interrelación entre la diabetes, la enfermedad renal y la cardiovascular, en la que las tres efectivamente se potencian entre sí en un circulo vicioso”. ¿Se puede identificar la ERC en estadíos tempranos? “Es muy difícil porque los síntomas son muy inespecíficos, como falta de apetito, adelgazamiento, insomnio, calambres musculares, náuseas, vómitos, edemas o piel seca. De manera que el médico tiene que estar muy atento y hacer todas las pesquisas diagnósticas bioquímicas para poder abordar el tema en forma muy temprana”.
El experto destacó la importancia de que se sumen nuevas drogas como la finerenona para contener los daños renales y cardiológicos, pero aclaró que “el estilo de vida en las personas con diabetes -que tiene que ver con un plan alimentario bajo en sodio, un buen control metabólico y una actividad física regular-, sigue siendo una herramienta valiosísima para la prevención”.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, unos 62 millones de personas en Latinoamérica viven con diabetes mellitus (DM) tipo 2. Este número se ha triplicado en la región desde 1980 y se estima que alcanzará la marca de 109 millones para el año 2040.
Este tipo de diabetes, también llamada no insulino dependiente o de inicio en la adultez, constituye el 90 por ciento de los casos de diabetes, producto del sobrepeso, la obesidad y la inactividad física como principales factores de riesgo.
Durante la presentación en Boston se puso de manifiesto también la mejor situación que tiene la Argentina en la región en cuanto a la prevención y la educación sobre diabetes con respecto al resto de los países involucrados en la encuesta, en función de que la incidencia se encuentra 4 puntos por debajo del promedio de prevalencia regional, que es del 10 por ciento.