Las dos manos del conductor se aferran al volante. La 4x4 parece andar sin rumbo, a punto de trasponer los bordes del camino, pero finalmente se termina de acomodar, de cara a una de las postales más vistosas del partido de Coronel Suárez.
Recién allí se apaga el rugido del motor y la excursión a los saltos deja paso a un tramo de trekking. En el punto final de la caminata en ascenso, la atmósfera calma invita a los visitantes a contemplar la larga silueta de la serranía de Pillahuincó, mientras desde los cuatro costados afloran los aromas y sonidos de la naturaleza.
Enfrente, la muralla de no más de 700 metros de altura posada al fondo del horizonte emerge entre las brumas para extender hacia el cielo turquesa la vastedad verde de uno de los valles resguardados por la cadena de cerros de Ventania.
El punto de observación elegido por el guía Juanjo Navarro revela un atractivo singular: se trata del Mirador de las Lavandas, que se erige en el sector más alto de una cantera de material lítico, uno de los sitios arqueológicos que preservan la historia precolombina de los cazadores y recolectores que habitaban esta región del sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Tonalidades
La tierra sagrada de los originarios pobladores pampas había empezado a perfilarse apenas alterada, una vez que el vehículo todo terreno se hamacó para atravesar un arroyo y el sendero se hizo huella escarpada.
Ya en los dominios de la estancia El Pantanoso, al otro lado de cada cruce de tranquera se observan las distintas tonalidades del universo orgánico que crearon la productora Leony Staudt y su esposo Bertrand Laxague.
A una parcela delineada para el cultivo de cebada sigue un campo de salvia.
Más adelante se observan franjas simétricas, donde crecen brotes de melisa, hisopo, cedrón, estragón francés y tomillo, hasta abrirse ante los ojos el manto violáceo de las lavandas, una réplica del fruto más afamado de la región de Provenza (en el sur de Francia), que el clima serrano depara a sus productores locales y a los turistas.
Desde Europa
Las primeras variedades de la lavanda angustifolia orgánica fueron traídas de Europa al Vivero Andino Patagónico de Bariloche, antes de recalar -a fines de los años 80- en la serranía de Pillahuincó, la piedra basal del futuro auspicioso que entrevió Leony.
En esa etapa inicial, la familia Staudt (descendiente del pionero alemán Ricardo Staudt, llegado al país desde Berlín, en 1860, para dedicarse a la exportación de cuero y lana de ovejas merino) apostó fuerte a la época de floración de las lavandas -desde noviembre hasta principios de enero-, como momento clave para su comercialización.
Ese tiempo de experimentación quedó atrás y ahora la lavanda y toda la cadena de hierbas aromáticas constituyen un atractivo turístico que no se aquieta en todo el año.
La vista panorámica del campo teñido de una intensa tonalidad azul violácea llena la vista y su fuerte perfume ralentiza los pasos por los surcos de las plantaciones, una amable invitación a tocar, frotar las manos y aspirar una y otra vez.
La flor deshidratada de lavanda se vende por kilogramo o en bolsas de 10 kilos o también se ofrece en forma de almohadillas contra el insomnio, almohadas rellenas de lavanda, hierbas y semillas, ramos de lavanda y miel, sedantes y otras presentaciones que conservan sus propiedades relajantes, antisépticas, cicatrizantes y antidepresivas.
Alrededor, allí donde se agigantan los cerros y se perfilan los escenarios de milenarias leyendas, el espíritu de las culturas prehispánicas revive en la serranía y en las aguas frescas y cristalinas que acercan el arroyo Pillahuincó y el río Sauce Grande.
Pillán, el gran dios de la montaña de las tribus pampas custodia esa postal perfecta, para dejar las puertas abiertas a quienes se acerque con afán de admirar el paisaje y dejar su aporte creativo, despojado de cualquier idea de conquistar esta comarca única.
Miniguía
Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Coronel Suárez son 550 kilómetros por Riccheri, Autopista a Cañuelas, ruta 3 hasta Azul, ruta 226 hasta Olavarría y rutas 51, 76 y 85.
Bus cama ejecutivo Cóndor Estrella o Plusmar de Retiro a Coronel Suárez (8 hs.), $ 13.200 ida.
Tren a Coronel Suárez (martes y viernes a las 13; tarda 14 hs. 40'), $ 2.680 ida en Primera, $ 3.215 en Pullman y $ 9.400 el camarote para dos pasajeros; de 3 a 12 años, 50%; jubilados y pensionados, 60%.
Dónde alojarse. Gran Hotel Coronel Suárez: habitación doble con desayuno, cochera, wi-fi y TV cable, $ 9.500; triple, $ 12.500 (02926- 421-095/98/99 / [email protected] / www.suarezgranhotel.com.ar).
Apart hotel RR: habitación doble con desayuno, TV cable y wi-fi, $ 10.000; apart para dos personas, $ 11.000; apart o casa para 5, $ 19.000; cochera, $ 1.000 (02926- 500-331 / [email protected] / www.rraparthotel.com.ar).
Cuánto cuesta. Excursión de tres horas en 4x4, guiada por Juanjo Navarro, hasta la estancia El Pantanoso y el Mirador de las Lavandas, $ 9.000 por persona (0291- 155070319 / [email protected] / www.turismodenaturaleza.com.ar / Facebook: Juanjo Navarro Turismo de Naturaleza).
Dónde informarse. (02926) 421-048 / (02926) 1551601