Stacey Gwilliam una mujer, que fue atacada por su novio cuando tenía 34 años, fue enterrada viva por Keith Hughes, su pareja, y pudo sobrevivir para contarlo. Las consecuencias le produjeron un shock postraumático del ataque que no le dejaron viva y falleció seis años más tarde.
Stacey quería terminar su relación con Hughes, un fisicoculturista de 39 años, que la estranguló y enterró en el bosque. La mujer pudo escapar del pozo en el cual había sido enterrada, cavó con sus propias manos y huyó con vida de su propia tumba. El dramático hecho ocurrió en 2015 y ahora la historia se volvió a viralizar.
Previo al ataque en un bosque de Gales, el femicida le dijo: “Si no sos mía, no sos de nadie”. Luego, intentó estrangularla, hizo un pozo y tiró allí el cuerpo, lo que Hughes no sabía es que la mujer estaba viva. Stacey salió de su propia tumba, se asomó con sus manos de debajo de la tierra y luego de toser por la falta del aire, empezó a caminar hasta que fue hallada por policías que pasaban por el lugar.
La mujer desesperada contó: “Me escapé de mi propia tumba. Keith intentó matarme”. De inmediato, la policía empezó a buscar al fisicoculturista por las cercanías al bosque en el que se había producido dicho ataque, hasta que dieron con el auto y lo siguieron. En el intento de escapar, el agresor chocó su auto y fue detenido.
Seis años después, en 2021, la mujer murió con solo 40 años. Desde el ataque, sufría de depresión severa y ansiedad. También tuvo neumonías reiteradas por la tierra que tragó cuando fue enterrada viva. La víctima sufrió una infección en sus pulmones y se automedicó. la hallaron muerta en su cama y los informes de toxicología encontraron una serie de sedantes que habían sido recetados.