Sociedad 10/05/2023 12:12hs

El extraordinario descubrimiento que emparenta a los latinos con los neandertales

Un grupo de investigadores de todo el mundo, donde participan argentinos del Conicet, comparó la información genética y morfológica del rostro de 6 mil latinoamericanos y determinó la existencia de una herencia genética que se refleja en una variación a la altura de la nariz.

El extraordinario descubrimiento que emparenta a los latinos con los neandertales MIGUEL DELGADO, INVESTIGADOR Y DOCENTE EN LA FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES Y MUSEO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA.
MIGUEL DELGADO, INVESTIGADOR Y DOCENTE EN LA FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES Y MUSEO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA.
DESDE EL DESCUBRIMIENTO EN EUROPA DE LOS PRIMEROS FÓSILES, EXISTÍA UNA IDEA DE QUE ENTRE LOS NEANDERTALES Y LOS SERES HUMANOS NO HABÍA MUCHO EN COMÚN
DESDE EL DESCUBRIMIENTO EN EUROPA DE LOS PRIMEROS FÓSILES, EXISTÍA UNA IDEA DE QUE ENTRE LOS NEANDERTALES Y LOS SERES HUMANOS NO HABÍA MUCHO EN COMÚN

Desde el descubrimiento en Europa a mediados del siglo XIX de los primeros fósiles de neandertales, existía una idea generalizada de que entre los neandertales y los seres humanos no había mucho en común. Sin embargo, una investigación científica que realizó un consorcio internacional en el que participaron investigadores argentinos, permitió comprobar en el hombre moderno un ADN neandertal en distintas proporciones.

Así lo confirmó Miguel Delgado, investigador del Conicet y docente en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. Delgado integró dicho consorcio internacional que, en base a la información de más de 6 mil personas, pudo determinar una huella genética neandertal persistente en los genes responsables de la variación de la cara en las poblaciones latinoamericanas del presente. La comparación con restos fósiles de más de una decena de neandertales corroboró la dirección del efecto genético hallado, y los resultados del trabajo se publicaron este lunes en la revista científica Communications Biology, del grupo Nature. Del estudio también participaron Rolando González-José, investigador del Conicet y director del Centro Nacional Patagónico, y Virginia Ramallo, investigadora del Consejo en el Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas.

La publicación lleva la firma de alrededor de 40 investigadores, mayormente antropólogos y genetistas de América Latina y Europa que integran el Consorcio para el Análisis de la Diversidad y la Evolución en Latinoamérica (CANDELA). El mismo está orientado al estudio de la arquitectura genética de la variación física de las poblaciones que habitan el continente.

“Los rasgos morfológicos visibles, como la forma de los dientes, la cara y la cabeza, más los datos a nivel genómico, nos informan sobre la diversidad y la evolución biológica ocurrida en el continente americano. Surgido en 2010, nuestro consorcio fue el primero en investigar estos temas a nivel regional”, comentó Delgado.

La investigación científica se hizo en base a fotografías de esas 6 mil personas procesadas en dos dimensiones mediante un software automático que arroja coordenadas o puntos de interés que permiten la identificación y medición de los rasgos morfológicos. “A su vez, hicimos distintos tipos de análisis genómicos para relacionar la morfología facial de cada individuo con genes específicos. Así, identificamos las regiones del rostro y los genes que están influenciando la diversidad morfológica”, comentó.

Las muestras latinoamericanas fueron comparadas con las de más de 19 mil personas procedentes de Europa (10.115), Asia (5.298) y África (3.631). Se cotejaron además con registros fósiles de 12 neandertales que habitaron gran parte de Europa y Asia entre 500 mil y 40 mil años atrás. Y también se estudiaron los denisovanos, otra población de humanos arcaicos que vivió en Asia entre 500 mil y 30 mil años atrás.

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“El registro fósil de estos últimos es muy escaso, apenas se cuenta con algunas piezas dentales, fragmentos de cráneo y unos pocos restos de extremidades. En un trabajo previo de nuestro equipo, pudimos identificar un haplotipo (conjunto de marcadores genéticos) denisovano que influencia la parte inferior de la cara en latinoamericanos actuales”, destacó Delgado. Y agregó: “Asimismo, la forma de la nariz en la muestra latinoamericana también está influenciada por la herencia neandertal”.

Según Delgado, estos trabajos muestran que, en las poblaciones latinoamericanas actuales, diferentes rasgos morfológicos –especialmente en la región facial media– se relacionan directamente con la herencia genética de humanos arcaicos producto de su mestizaje con humanos modernos hace milenios.

Delgado señaló que, en algún momento entre 200 mil y 40 mil años atrás, las poblaciones neandertales y denisovanas se mestizaron con las y los humanos modernos en distintas ocasiones, y desde allí quedó el acervo genético. Posteriormente, esa herencia se transmitió a los antepasados de los actuales nativos americanos y europeos, siendo estos últimos ancestros de los actuales latinoamericanos.

“La herencia denisovana en las y los latinoamericanos actuales llegó a través de los nativos americanos, mientras que la neandertal lo hizo mediante el componente europeo. Sin embargo, aún es difícil saber el momento exacto en que se produjeron dichos intercambios genéticos, aunque es muy posible que se hayan dado en los últimos 50 mil años”, puntualizó Delgado.

Para Delgado, este tipo de estudios tienen una importancia adicional a nivel social: “Son muy útiles para derribar el discurso xenofóbico o racista. Nuestras diferencias como especie son morfológicas, no genéticas. El racismo estructural que estigmatiza al otro no tiene base genética”.

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