Decidió volver a Colombia y dejar a su novio argentino: él le hizo una propuesta que le cambió la vida

Paola, nacida en Cali, vive en Buenos Aires desde 2012. A fines de 2021 tomó la decisión de retornar a su país, aunque el escenario cambió cuando Esteban le contó sus planes y ella pegó el volantazo.
  • Esteban y Paola se conocieron a través de una aplicación de citas en 2020 Esteban y Paola se conocieron a través de una aplicación de citas en 2020
  • Paola renunció a su trabajo formal para emprender una vida independiente Paola renunció a su trabajo formal para emprender una vida independiente
  • Esteban recorrió 105 países: un poco haciendo dedo y otro tanto en bicicleta Esteban recorrió 105 países: un poco haciendo dedo y otro tanto en bicicleta
  • Cuando emprendió el viaje con Esteban, Paola llevaba 10 años sin andar en bicicleta Cuando emprendió el viaje con Esteban, Paola llevaba 10 años sin andar en bicicleta
  •  El primer recorrido fue por Catamaraca, Tucumán y Córdoba El primer recorrido fue por Catamaraca, Tucumán y Córdoba
  • Este año se animaron a otro intenso e inolvidable itinerario por Mendoza Este año se animaron a otro intenso e inolvidable itinerario por Mendoza

A fines de 2021, Paola Álvarez Martínez tenía claro que la única opción era volver a Colombia. Había dejado Cali, su ciudad natal en 2008 para vivir en Buenos Aires, luego de ganar una beca en Economía y Desarrollo Industrial. Tras un breve retorno a su país, regresó a la Argentina en 2012 para instalarse definitivamente.

Esteban Mazzoncini, su pareja, mochilero y trotamundos, le transmitió en aquel entonces su deseo de recorrer la Argentina solo, a bordo de su bicicleta. Encaró a Paola en la cocina del departamento que aún ella alquila y le comunicó su idea. Paola fijó su mirada en el suelo mientras él esperaba una respuesta.

“Cada vez que quería planear el regreso a Colombia me frenaba. No podía dormir, estaba intranquila. La decisión estaba tomada, pero no podía avanzar. Y comencé a sentirme bastante mal”, sostuvo Paola a TN.

Durante esos meses la relación fluía como una bolsa de nylon en el aire, impulsada por el viento: a veces con ímpetu, otras veces flotando, pero sabiendo que tarde o temprano se iba a caer.

 

El comienzo de la relación y la decisión que modificó los planes

Esteban vivió en 105 países. Solo en 2018 recorrió 87 de ellos y pedaleó más de 20 mil kilómetros. Antes viajó haciendo dedo, recorrió Medio Oriente, África y Europa. Se enamoró de la fotografía y recorrió el mundo a partir de las imágenes y de su formación en la preparación física. Sin embargo, sentía que necesitaba una compañera de aventuras.

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“El estar solo me permite conectar, pero también quería compartir los viajes con alguien. Con un alma femenina que me diera otra perspectiva. A fines de 2019, en África, éramos siete personas recorriendo la costa en bici. Era difícil conocer a alguien. Después vino la pandemia y había restricciones”, contó él.

Ambos coincidieron en una aplicación de citas. Él se había descargado cinco y ninguna lo convencía. Ella, enemiga de lo efímero, estaba cansada de tanto contacto virtual. “Me escribió un día y al instante me llamó. Eso me sorprendió. Venía agotada del chat, y estuvimos hablando una hora y media”, recordó Paula.

La mujer de 40 años, formada en Economía y Negocios Internacionales, decidió renunciar en 2021 a la universidad en la que trabajaba para comenzar un camino independiente, libre de jefes y horarios. Esteban la ayudó a dar ese paso.

Esteban pensó en cómo crear un escenario en el que se unieran los dos contextos ideales: que ella no se fuera y él pudiera recorrer su país en bicicleta. Le preguntó qué pasaría si en vez de irse se sumaba a su itinerario, aunque sea a una parte del viaje. “Le dije que lo que transmite la bici es inexplicable. Porque la gente se te acerca, acompaña. Viví momentos increíbles. Y eso mismo quería experimentar en mi país”, dijo.

La convenció de emprender ese desafío juntos. Una travesía de 45 días que comenzó en enero de 2022 e incluyó un recorrido por Catamarca, Tucumán y Córdoba. Todo sobre dos ruedas, con más de 40 kilos a cuesta.

“Fue gracioso porque hacía 10 años que no subía a una bicicleta. Se encendió un fuego interno, un impulso de querer ir. También de temor, de empezar a pensar en qué hacer si se me rompía la bicicleta. Tampoco había acampado. Fue terrible. Si lo analizaba me quedaba paralizada, pero seguí ese impulso, ese latir”, rememoró Paola.

Él la apuntaló durante los meses previos con recorridas por las calles porteñas y un trabajo psicológico que partió desde un consejo esencial: para emprender un viaje así primero se debe tener en claro qué se va a buscar.

“Gracias a que ella no se fue, lo pudimos hacer juntos. Y claramente afianzó la relación. Después de trabajar mucho, a ella se le rompió el cordón umbilical de la seguridad y empezó en el mundo freelance. Eso fue maravilloso”, explicó Esteban, apasionado por la geografía desde su adolescencia.

Paola precisó: “Ahora ambos somos independientes. Él con cursos de fotografía y recorridos en bici por la Ciudad; yo doy sesiones de coaching ejecutivo y de vida, también de reiki. Talleres para varias agencias de ventas de autos, para sus vendedores, para el público en general. Fui descubriendo lo lindo de la flexibilidad”.

En cuanto a la odisea de soportar el frío, las tormentas, el viento y los miedos, Paola remarcó que estar juntos (aun cuando pedaleaban separados por 300 o 400 metros) les entregó un nivel de intimidad único.

“Permitió que nos viéramos con las almas desnudas. En pareja y tan lejos uno aprende a negociar y comunicar. Nos entrenamos para eso también. Verme en mis propias limitaciones fue duro, pero también reconfortante”, contó Paola.

Ambos comenzaron el 2023 refugiados de un temporal en lo más alto de las montañas mendocinas. Se refugiaron en una casa a la vera de la ruta, en donde los recibió José con sus animales y un plato de comida caliente.

“Nunca me surgió el ‘qué hago aquí'. Si me permití decir que estaba cansada. Pude llorar, amigarme más y encontrar en mí muchos recursos que antes no conocía”, concluyó Paola. Esteban completó: “A veces un vínculo se termina porque así lo quiere la vida. Pero otras veces solo se necesita mirar para adentro y encontrar respuestas que ayuden a reconvertirlo. Eso nos pasó a nosotros”.

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