Policiales 07/05/2023 20:05hs

El femicidio de Soledad Bargna: maratón de películas porno, un intento de abuso y 26 puñaladas mortales

El asesino tenía que estar preso por otra violación, pero gozaba de salidas transitorias. Tras el crimen de la adolescente, lo sentenciaron a perpetua por reincidente. El juez que lo excarceló tuvo un juicio político, pero lo absolvieron. “No conseguimos la justicia que queríamos”, le dijo a TN la mamá de la víctima.

A Soledad la apuñalaron 26 veces durante un intento de violación y murió desangrada.
A Soledad la apuñalaron 26 veces durante un intento de violación y murió desangrada.
En 2011, Díaz fue condenado a prisión perpetua por el crimen de Soledad Bargna.
En 2011, Díaz fue condenado a prisión perpetua por el crimen de Soledad Bargna.
Cuando se cumplieron10 años del crimen, inauguraron un banco rojo en memoria de Soledad Bargna.
Cuando se cumplieron10 años del crimen, inauguraron un banco rojo en memoria de Soledad Bargna.

A Soledad Bargna la mataron el 22 de mayo de 2009 en el departamento del barrio porteño de Caballito, en el que vivía con su familia. El asesino, un hombre condenado por violación que gozaba en ese momento de salidas transitorias, era un vecino del mismo edificio: la mató durante un ataque sexual. La apuñaló 26 veces, más que los años que la víctima tenía de vida.

Dos años después de aquella mañana trágica, los jueces del Tribunal Oral Criminal 26 condenaron al homicida, Marcelo Pablo Díaz, a la pena de prisión perpetua por el femicidio de la joven, que entonces tenía 19 años.

Axel López, el juez que había excarcelado a Díaz, poco tiempo después liberó a otro hombre condenado por violación que al salir intentó abusar y mató a una mujer en Chaco.

“La condena era absolutamente necesaria, pero no logramos la justicia que queríamos”, dijo a TN Victoria Gil, la mamá de Soledad. Y explicó: “Díaz está preso, pero hay otro responsable, no se logró que destituyeran a Axel López. Él sigue siendo juez y ese es un dolor muy grande”.

El crimen y la mentira


Soledad tenía 19 años y estudiaba la carrera de Diseño Gráfico en la Uade. Vivía con sus padres y con su hermana en un departamento del sexto piso de un edificio ubicado sobre la calle Honorio Pueyrredón al 800, a unos 200 metros del Cid Campeador, pero estaba sola cuando la mataron.

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Hace 14 años, esa fatídica mañana cerca de las 11, el encargado del edificio fue uno de los que escuchó sus gritos y corrió por las escaleras para descubrir de dónde provenían. Pero cuando la encontró ya estaba muerta y su cuerpo, semidesnudo, había quedado tirado en medio de un charco de su propia sangre.

Todo era caos y confusión. En ese escenario, al bajar en busca de ayuda, el hombre se topó en el hall de entrada con un vecino del quinto piso, que también estaba ensangrentado. Era Díaz, que no llegó a escapar y al verse en evidencia dijo que había sido víctima de un intento de robo: que el ladrón quiso asaltar a una chica en el piso de arriba y que él subió para tratar de auxiliarla y también resultó herido. Sin embargo, su coartada no convenció.

Juicio y confesión


La puesta en escena que había montado Marcelo Pablo Díaz lo llevó a ocupar el banquillo de los acusados frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 26 en 2011, a días de que se cumpliera el segundo aniversario del crimen de Soledad Bargna. Entonces confesó, pero a medias.

En su declaración en el juicio, admitió haber matado a la adolescente, pero negó el intento de abuso sexual. Por el contrario, aseguró que ellos mantenían una relación amorosa. Esa fue su segunda versión, y tampoco le creyeron ese supuesto noviazgo que improvisó.

El raid del asesino, según el fiscal


A horas de conocer el veredicto, el fiscal Fabián Céliz dio su alegato y describió el accionar de Díaz como un raid delictivo: “El imputado estaba en su departamento, viendo películas pornográficas. Salió enloquecido, excitado. Ni siquiera cerró la puerta de su departamento, ni apagó los videos pornográficos. Subió y abordó a la víctima. Se escuchó un portazo y el grito: ‘Dejame, hijo de puta’.

Y completó: “Soledad fue una leona defendiendo su integridad (...) No iba a dejar ser objeto de un abuso sexual. Se defendió con uñas y dientes y pagó hasta con su propia vida“.

Para probar el abuso después, Céliz dijo que la ropa interior de Díaz estaba ensangrentada. Y que la bombacha de Soledad estaba en una habitación distinta a donde encontraron su cuerpo.

La condena


Los tres integrantes del Tribunal Oral Criminal 26 tardaron solo unos minutos en anunciar la condena a prisión perpetua para Marcelo Pablo Díaz, de 40 años, por violar y asesinar de 26 puñaladas a Soledad Bargna. El acusado había pedido no presenciar el veredicto.

“Conseguir justicia es un paso que hay que dar, un gran alivio...aquellos que no lo lograron pasan por un calvario especial”, reflexionó Victoria, la madre de Soledad, sobre lo que significó la condena para su familia. Aunque subrayó: “Pero la verdad es que uno vuelve a su casa de ese juicio y las cosas no cambian, Soledad no está”.

Desde el veredicto, no buscaron saber nada más sobre Díaz ni tampoco sobre sus condiciones de detención. “Lo único que me enteré fue de que lo trasladaron a Neuquén, a un penal especial para presos condenados por delitos sexuales”, agregó en diálogo con TN Guillermo Bargna, padre de la joven asesinada. “Díaz es una lacra social, no se arrepiente de nada”, agregó.

 Varios meses después del crimen de su hija, contó Victoria, volvieron al departamento de Caballito y un detalle que hasta ese momento les había pasado inadvertido estalló de golpe frente a ella. “Teníamos una ventana muy grande en la cocina, que daba a la ventana del 5to piso”, recordó la mujer, y apuntó: “La sensación que tuve fue que cada vez que iba a la cocina, Soledad era vigilada (por Díaz)”.

“No leo los expedientes”


El juez que había excarcelado a Díaz antes del femicidio de Soledad, Áxel López, adujo tener mucho trabajo. No podía leer todos los informes, varios desfavorables a una liberación anticipada. Y firmó. Díaz salió de la cárcel y volvió a atacar.

Desde el momento en el que se convirtieron en víctimas de una tragedia evitable, los padres de Soledad Bargna intentaron llevar a Axel López a juicio, pero esto recién ocurrió después de que el mismo juez excarcelara a otro recluso que, al salir, violó y mató a una joven radióloga de 33 años, Tatiana Kolodziey, en la provincia del Chaco.

El juicio político al magistrado por mal desempeño en sus funciones se hizo en 2015, y resultó absuelto. Se trató de una resolución dividida de tres a tres, cuando se necesitaban cinco votos para que se consiguiera su destitución.


“Suavizar el dolor”


“El dolor de la pérdida de Soledad nos va a acompañar siempre”, sostiene en la entrevista con este medio Guillermo Bargna, a 14 años del crimen que los atravesó. Y añadió: “Nos seguimos acomodando a esta nueva forma de tener que vivir sin ella”.

En ese proceso, contó, hubo varias cosas que pudieron hacer para como él mismo define “suavizar el dolor”. “En 2017 ayudamos a conseguir la modificación de la Ley de Ejecución Penal para delitos graves como el que cometió Pablo Díaz, el asesino de Soledad”, enumeró.

“Tener que cumplir la condena en forma completa, sin beneficios como salidas transitorias, ni libertad condicional anticipada”, precisó. Y completó: “También apoyamos la lucha para conseguir la aprobación de la Ley de Protección de las víctimas (L.27.372) para darle la participación a las víctimas en todo el proceso penal. Asimismo y la más importante, la reglamentación del Registro Nacional de Datos Genéticos de los condenados por delitos sexuales”.

“Despierta”


Soledad era dulce, solidaria, fanática el rock, describen sus padres. “Ella era una sonrisa permanente y cuando la mataron nos quitaron esa alegría”, dijo su mamá. Intentar recuperar un poco de esa alegría que les arrebataron es un trabajo de años, que recientemente empezó a dar frutos con la llegada de los nietos, hijos de su otra hija, Daniela. “Con ellos pudimos empezar a reír un poco”, manifestó.

Junto a ella, firme en estos últimos 14 años tanto en el dolor como en la lucha, su esposo, Guillermo, recordó conmovido el orgullo que les causó cuando una de las bandas de rock que escuchaba Soledad desde sus inicios en el under, La Perra que los Parió, compuso una canción en su memoria.

La letra


“Tenía 20 años y algunas promesas

Que le comían la cabeza

Tenía 20 años solo una canción

Junto al corazón

Su risa era magia, su voz compañía

Crecer a su lado fue una bendición

Tenía 20 años, era todo un sol.

Qué simple que es que te roben los sueños

Una mañana cualquiera

Qué fácil que es que te roben el sol

Que no sienta odio es casi un suicidio

Maldita impotencia, me come el rencor

Me mata la pena de seguir sin vos

Hoy solo quiero que estés despierta

Júrame que esto no es verdad

Para poder abrazarte

Malditas las manos, maldita la suerte

Que se llevó tu sonrisa

Barriendo la vida como un huracán

Me gusta soñar que solo estas dormida

Que un día nos vamos a ver, a juntar

Pensar que una vez nos unió el mismo bar

Hoy solo quiero que estés despierta

Júrame que esto no es verdad

Para poder abrazarte”.

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