El Gobierno importará billetes desde Francia y Malta para cubrir la necesidad de emisión de pesos
La Casa de la Moneda inició una licitación para comprar papeles de $1000. Buscaría unos 250 millones de unidades por un costo superior a los USD 30 millones
La Casa de la Moneda buscará importar billetes de 1.000 pesos para cubrir las necesidades de emisión de pesos que tendrá el Banco Central a lo largo del año. Se trata, según aseguraron fuentes oficiales, de una licitación para la importación de papeles de moneda desde Francia y Malta, que tendría un valor superior a los USD 32 millones.
De acuerdo a fuentes consultadas por Infobae, se trata de dos licitaciones publicadas por Casa de Moneda para transportar billetes desde Europa y que responden “al cumplimiento de los compromisos y obligaciones que tiene esta entidad con el Banco Central de la República Argentina (BCRA)”, mencionaron.
En ambos pliegos rige la modalidad Orden de Compra Abierta, establecida en el artículo 17 del reglamento de Contrataciones de Casa de la Moneda. El llamado a licitación para la importación desde los dos países no implicará, aseguraron, que este obligada “a utilizar la totalidad máxima de los vuelos licitados”. Serían hasta ocho desde Malta y seis desde la capital francesa.
De acuerdo a información del portal Bloomberg Línea, se trataría de una compra total de 260 millones de billetes de $1.000, que estaría compuesto por 80 millones desde París y 180 millones más desde Malta. Los números no fueron confirmados por Casa de la Moneda por cuestiones de confidencialidad de la operación.
“Está expresamente prohibido revelar valores y volúmenes productivos, pero si es viable aclarar que Casa de la Moneda tiene todas las facultades para contratar y subcontratar la impresión de billetes en los mercados existentes, dentro de las necesidades y obligaciones acordadas”, mencionaron desde el organismo que preside Ángel Mario Elettorre.
“Todas estas operaciones están enmarcadas dentro de las políticas de transparencia y ética gubernamental que rigen en Casa de la Moneda. Alcanzando los mejores costos y la libre competitividad en las contrataciones de los transportes”, continuaron. Según explicaron fuentes oficiales, el proceso de importación incluso podría incorporar la posibilidad de traer al país los billetes por la vía marítima, lo que implicaría un costo menor al mencionado anteriormente.
“En la misma línea Casa de Moneda Argentina, bajo su nueva gestión, con orden y planificación busca en el corto plazo reemplazar todos los servicios de transporte aéreo por un servicio marítimo lo que representa una reducción notable de costos”, explicaron desde el organismo.
Por último, la Casa de la Moneda aseguró que el ente “viene transitando un proceso de modernización, que incluye la compra, instalación y puesta a punto de nueva tecnología en impresión de billetes, que tiene por objetivo lograr el autoabastecimiento, y posicionar a esta Casa como un competidor importante en el mercado de billetes”.
De acuerdo a Bloomberg en Línea, la compra se iniciaría a principios de mayo. Con esa cantidad de billetes estimada, así, la Casa de la Moneda importaría unos $260.000 millones para la emisión que necesita el Banco Central.
Según datos oficiales, hay actualmente en circulación casi 7.900 millones de unidades de billetes, algo menos de los 8.000 millones que había a principio de año. La caída en los primeros tres meses del año se explica en la salida del circulante de unos 150 millones de billetes de $100. Existen en la actualidad 3.100 millones de unidades de $1.000, con mucha diferencia.
A principios de febrero el Banco Central había anunciado el lanzamiento de un nuevo billete de $2.000 que entrará en circulación en los próximos meses, y analiza ahora uno de mayor denominación, que sería de $5.000.
El nuevo billete llevará como imágenes homenajes a Cecilia Grierson, considerada la primera médica argentina, al ex ministro de Salud y referente del sanitarismo argentino Ramón Carrillo y una imagen de la fachada del Instituto Malbrán.
Se trata de un diseño que ya existía con anterioridad, por lo que el Gobierno decidió utilizarlo para acortar los tiempos para la salida a circulación del nuevo billete, que fuentes oficiales estimaron en “unos dos meses”, aunque desde otros despachos oficiales consideraron que podría ser a partir de la segunda mitad de año.
Si hubiese tenido que realizar un nuevo boceto, los tiempos hasta conseguir que las planchas que imprimen los billetes sean construidas podrían haber estirado ese tiempo hasta los ocho meses, comentaron desde el equipo económico.
La denominación de los billetes en una economía con alta inflación desde hace años en Argentina ya se había convertido en un tema de discusión en distintos ámbitos. La permanencia del billete de $1.000 como el papel con mayor valor en pesos -equivalente a menos de 2,40 dólares a precio de dólar libre- implicaba contratiempos y costos para los bancos y empresas que manejan altas cantidades de dinero en efectivo.