La decisión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, respecto a la convocatoria a elecciones concurrentes en la Ciudad de Buenos Aires y la readopción de la Boleta Única Electrónica (BUE), dejó expuestos los conflictos internos con Mauricio Macri por el liderazgo del PRO. Sin Macri candidato, el proyecto presidencial de Rodríguez Larreta confronta con los de Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Los cuatro son los principales referentes del partido amarillo y parte constitutiva de la historia de un partido que nació en la CABA, llegó a la presidencia de la Nación en 2015 y pretende regresar a la Casa Rosada el 10 de diciembre próximo.
El PRO tiene una escisión interna que, a grandes rasgos, puede dividirse en dos: un grupo que hoy es cercano a Macri y otro que está bajo el ala de Rodríguez Larreta. Es cierto que Patricia Bullrich, que no es fundadora del PRO y fue la últimas en sumarse al partido, se esfuerza por darle forma y fondo al bullrichismo. Aunque aún guarda mucha cercanía y sinergia con el ex mandatario: buena parte de los dirigentes de peso de su plan presidencial provienen de las huestes del macrismo.
A la división del PRO se debe sumar la relación que cada sector tiene con el resto de los socios de la coalición Juntos por el Cambio (JxC). Desde el radicalismo y la Coalición Cívica, hasta Encuentro Republicano, Republicanos Unidos, Confianza Pública o el socialismo. Esos partidos, aunque tienen su lógica propia, no están exentos de la disputa en el PRO y tiene sus alineamientos con el macrismo y el larretismo, conforme las afinidades y conveniencias de cada uno.
El macrismo y el bullrichismo
El ex presidente es el referente de un sector de JxC que aglutina a una parte del PRO y algunos sectores del radicalismo. Patricia Bullrich, presidenciable del espacio, trabaja en un armado en el que orbitan un grupo de dirigentes ligados al macrismo. Es el sector que el lunes cruzó a Larreta por la decisión de convocar a elecciones concurrentes.
Se trata de los diputados nacionales Hernán Lombardi y Federico Angelini; el ex senador nacional Federico Pinedo, el senador Humberto Schiavoni. También orbitan ese sector el diputado Fernando Iglesias y la ex titular de la oficina Anticorrupción, Laura Alonso. Son personas de confianza de Macri que actualmente trabajan en los equipos de campaña de Bullrich.
En tanto que dentro del universo de la UCR, el senador nacional Alfredo Cornejo es el más cercano a Macri y, por elevación, a Bullrich. Discípulo del cornejismo, Rody Suárez, gobernador de Mendoza, también está cerca de esa línea del PRO.
También tiene buena sintonía con Bullrich quienes participaron de la famosa foto “anti Larreta” en la Fiesta de la Vendimia: Carolina Losada, Facundo Manes, Gustavo Valdés y Luis Naidenoff. Sin embargo, el gobernador de Corrientes y su amigo, el senador formoseño, junto a Losada -pareja de Naidenoff- se mueven en tándem y tratan de mantener cierta equidistancia respecto a la interna del PRO. Algo similar sucede con el neurólogo, quien sostiene su candidatura presidencial y apuesta a no mezclarse -por ahora- de lleno con la dirigencia del partido amarillo.
Dos dirigentes cercanos al PRO son el radical Ernesto Sanz y el peronista Emilio Monzó. El mendocino es más cercano a Macri, mientras que el diputado nacional es uno de los operadores políticos del armado presidencial de Bullrich. De hecho, Sebastián García De Luca, monzonista de pura cepa, es el jefe de campaña del bullrichismo en la provincia de Buenos Aires. Por su parte, Ricardo López Murphy, pata liberal de JxC, fichó su pase al bullrichismo en marzo. El ex ministro de Economía cuestionó la decisión de Rodríguez Larreta sobre las elecciones en la CABA.
Las conexiones de Rodríguez Larreta
El ala del radicalismo alineada con Rodríguez Larreta lo encabezan el senador Martín Lousteau, líder de Evolución radical, y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. El jujeño es el presidente del Comité Nacional. Desde allí, moviliza estructuras que mantienen sintonía con el larretismo. Pese a la sintonía del jefe de Gobierno con Lousteau y Emiliano Yacobitti, armador político de Evolución, hay dirigentes de ese espacio como Rodrigo De Loredo que también tienen un buen vínculo con Macri y Bullrich.
Más allá de los contactos con el bullrichismo y el larretismo (que se constata en los armados provinciales), el radicalismo mantiene las candidaturas presidenciales de Manes y Morales. El partido centenario aún no formalizó una integración electoral a nivel nacional con los presidenciables del PRO.
En la Coalición Cívica (CC) sostienen la candidatura presidencial de su líder, Elisa Carrió. Asimismo, el partido de la ex diputada nacional mantiene mayor afinidad ideológica y de valores con el larretismo. En la Ciudad, la abogada respalda la candidatura de Fernán Quirós. Y en la disputa por las elecciones concurrentes, la CC apoyó al jefe de Gobierno porteño.
En tanto que Miguel Ángel Pichetto, auditor General de la Nación, y expresión peronista de la coalición, tiene excelente relación con Macri, aunque respalda a Diego Santilli en provincia de Buenos Aires y mantiene diálogo político con el alcalde porteño. De hecho, ayer salió a respaldar la implementación de la Boleta Única.
Quienes también respaldan a Rodríguez Larreta son dirigentes como Pablo Avelluto, ex ministro de Cultura de Macri, Silvia Lospennato, diputada nacional, Martín Redrado, secretario de Asuntos Estratégicos de la Ciudad. También Waldo Wolff, secretario de Asuntos Públicos del Gobierno porteño (aunque en la CABA apoya la candidatura de Jorge Macri).
La interna entre el larretismo y el bullrichismo en la provincia de Buenos Aires
En territorio bonaerense, el PRO tiene 22 intendentes y la interna nacional se refleja en que el partido tiene cinco candidatos a gobernador: Diego Santilli, auspiciado por Rodríguez Larreta; Cristian Ritondo, postulante de María Eugenia Vidal; Néstor Grindetti, Joaquín De La Torre y Javier Iguacel, apoyados por Bullrich. De esos dirigentes, Ritondo, Grindetti y De La Torre son hombres que tienen el visto bueno de Macri -cuya cercanía puede inclinar la balanza a la hora de las definiciones-.
En tanto, Soledad Martínez, intendenta de Vicente López, responde a Jorge Macri. En la interna nacional, tiene mayor afinidad con el macrismo y el bullrichismo. Otro intendente ligado a Macri, que la semana pasada firmó su pase al bullrichismo, es Manuel Passaglia, de San Nicolás. Luego está el sector más cercano al vidalismo y a Ritondo, con intendentes como Martín Yeza (Pinamar), José Luis Zara (Patagones) y Hernán Bertellys (Azul).
En el caso de Tres de Febrero, el intendente Diego Valenzuela es el jefe de los equipos técnicos de la campaña de Santilli y respalda el proyecto presidencial de Rodríguez Larreta. Al grupo de intendentes que tienen afinidad con el proyecto de Larreta-Santilli se suman Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Héctor Gay (Bahía Blanca), Julio Garro (La Plata) y Ezequiel Galli (Olavarría). Los dirigentes territoriales Martiniano Molina (Quilmes), Ramiro Tagliaferro (Morón), Gastón di Castelnuovo (Ituzaingó), Segundo Cernadas (Tigre), Guillermo Viñuales (Lomas de Zamora).
Por la interna nacional y provincial, hace semanas que los intendentes del PRO actúan de forma coordinada e intentan generar cierto equilibrio en relación con la disputa presidencial entre Larreta y Bullrich.
La mesa chica de Rodríguez Larreta
El jefe de Gobierno tiene un staff político de confianza en el que sobresalen dirigentes como Felipe Miguel, jefe de Gabinete, Fernando Straface, secretario General y de Relaciones Internacionales, Emmanuel Ferrario, vicepresidente 1° de la Legislatura, Christian Coelho, secretario de Medios, Eduardo Macchiavelli, secretario de Proyección Federal, y Federico Di Benedetto, secretario de Comunicación, Contenidos y Participación. También suelen participar los candidatos a jefe de Gobierno larretistas: Fernán Quirós, ministro de Salud, y Soledad Acuña, ministra de Educación.
A ellos se suma Augusto Rodríguez Larreta, hermano y armador político del jefe de Gobierno. También frecuentaba esa mesa el diputado amarillo Omar De Marchi, que se encargaba del armado federal. Hoy está enfocado en su campaña a gobernador de Mendoza y por su decisión de romper con JxC en esa provincia su vínculo con el PRO se tensó.
La mesa chica de Macri
La constelación de Macri tiene una primera línea de dirigentes de íntima confianza del ex Presidente. Son sus personas más cercanas y cotidianas. Allí están Fernando de Andreis, ex secretario General de la Presidencia, Gustavo Gómez Repetto, su vocero, Darío Nieto, legislador porteño y es subsecretario de Asuntos Presidenciales, Julieta Herrero, Mora Jozami, Julián Gallo, Fátima Micheo, y Hernán Iglesias Illia, asesores y estrategas en comunicación y opinión pública. Actualmente, De Andreis es jefe de Campaña de Jorge Macri. Mientras que Nieto coordina el armado federal de Vidal.
La mesa chica de Bullrich
Los dirigentes claves en el armado de la ex ministra de Seguridad son Juan Pablo Arenaza, Paula Bertol, Damián Arabia, Florencia Retamoso y Carlos Cortés, histórico vocero de Bullrich. Se trata de un grupo de bullrichistas de la “primera hora”. Es decir, estaban junto a Bullrich antes de su llegada al PRO. A ellos se suman los macristas Lombardi, Angelini y el monzonista García De Luca. En la mesa chica también participan los economistas Luciano Laspina y Eduardo Amadeo, y la ex legisladora Silvana Giudici.
Un gran dilema que enfrenta el PRO en la disputa por el liderazgo que desató el renunciamiento de Macri es la falta de institucionalización partidaria. Se trata de un partido que creció a imagen y semejanza de su creador y actualmente atraviesa una especie de horizontalidad. Es un escollo que dificulta la toma de decisiones interna.
La pelea por la decisión del jefe de Gobierno sobre las elecciones en la Ciudad sacudió el tablero político de JxC y, especialmente, del PRO. A tres meses del cierre de listas, la disputa interna recrudeció ayer. ¿Lograrán mantenerse unidos hasta las elecciones? Una pregunta aún sin respuesta.
