La denuncia de abuso sexual contra Jey Mammon generó dudas y debates sobre la edad mínima de consentimiento sexual en la Argentina. Más allá de lo que indica la ley, los jóvenes opinan sobre lo que pasa en el día a día. Cuentan cómo es el levante, qué pasa en el boliche, cómo son las relaciones y las situaciones que viven las chicas cuando son acosadas por hombres mayores.
“Más allá de tener 14 o 16 años, que un nene o una nena esté saliendo con una persona de más de 30 años no está bien, no tienen la madurez mental, están en otra etapa de su vida y proyectos que no coinciden”, sostiene Emilia, una estudiante de 20 años de Relaciones Públicas de la Universidad Abierta Interamericana.
Victoria tiene 18 años, estudia periodismo y explica que hay consentimiento sexual cuando las dos partes dicen que sí y quieren ese encuentro. Esto siempre y cuando las edades coincidan porque se habla de una madurez en todo sentido. “No es lo mismo un chico de 16 años que una persona de 30 y pico. Tienen diferentes tipos de pensamientos, otras experiencias”.
“Me ha pasado tanto a mí como a mis amigas de conocer a alguien más grande y decir ‘no es tanta la diferencia’, pero quizás es la primera vez de ella y la vez número 20 del chabón y no tiene el mismo significado. Te dicen ‘ay, sos muy madura para tu edad, con eso intentan convencerte y entrar por algún lado para obtener el sí”, cuenta Sara de 20 años que estudia periodismo en la UAI.
Sobre esto, Victoria destaca que, aunque digan que sí, una persona de 30 y pico tiene que saber que el chico o la chica de 14 o 16 años sigue siendo menor. “No sabe bien qué es lo que quiere o si en algún momento se va a arrepentir”.
El “no es no”
Sobre el “solo el sí es sí” y el “no es no”, Sara afirma que evolucionó, pero no está claro del todo. “Siguen estando las personas que insisten e insisten o que te condicionan ‘porque yo te compré esto o te llevé hasta tu casa o porque te invité tenés que devolverlo de alguna forma y lo usan en un ámbito sexual’ ”.
Todos los entrevistados coinciden en que no hay una pregunta a la hora del encare, sino miradas o algún gesto que se da a entender; pero también las chicas aclaran que no siempre se entiende. Por eso, Gastón sostiene que para él, la única manera de conocer a alguien es ir preguntando paso a paso si se puede seguir avanzando. “Para mí la mejor manera de saber qué quiere la otra persona es hablar”.
Cuando la respuesta es “no”
“Con mis amigas conversamos sobre cómo decir que no”, plantea Victoria. “Salir de esa situación. Decir un “no”firme aunque a veces a las mujeres les cuesta un poco más porque sentís ese miedo o te da vergüenza”.
Para Tomás, de 19 años, estudiante de periodismo deportivo, los miedos con el consentimiento tienen que ver con el momento en que uno quiere avanzar y no sabe si la otra persona también quiere. “Es muy importante ir preguntando todo”.
Con respecto a la manera en la los jóvenes acuerdan tener relaciones sexuales, Sara explica que es dificil cuando la otra persona confunde las cosas y no acepta el rachao. “Es muy complicado salir de una situación en la que vos no querés saber nada. Siempre tenés presente la posibilidad de que puede reaccionar mal”.
Si hay confianza, los chicos afirman que es más fácil porque todo está más hablado. “Preguntás en cada momento para que la persona esté cómoda. Después si no te quedás pensando si hiciste algo más que pudo hacer sentir mal a la chica, incluso cuando terminás de tener relaciones, le preguntás: ‘´¿te sentiste cómoda?”.
Los pesados en los boliches son hombres más grandes
“Cuando sos más chica, la gente mucho más grande se me tira y quiere hablarte. Cuando salía a los 14 un pibe te agarraba, te sacaba a bailar, hasta te tocaban partes del cuerpo, pasaba mucho”, recuerda Emilia.
Victoria resume las situaciones que viven cuando van a bailar: ”Esos hombre que son más grande e insisten con las chicas de mi edad, siento que nos ven más vulnerables, que van a lograr el sí, pero no”.