Viajó a París para conocer a Messi, acampó diez horas en la puerta de la casa y su ídolo lo invitó a entrar

“Quiero que la gente se entere cómo es”. Juan Polcan abandonó su club de futsal en Italia durante dos días con la misión de decirle unas palabras a la Pulga. La eterna espera, el papel de Antonela Roccuzzo y el autógrafo que se convirtió en tatuaje.
Viajó a París para conocer a Messi, acampó diez horas en la puerta de la casa y su ídolo lo invitó a entrar

La idolatría que existe a nivel mundial por Lionel Messi rompe cualquier barrera. El astro argentino logró el título que le faltaba en su vitrina con la Copa del Mundo que se organizó en Qatar y el fanatismo de la gente creció de manera exponencial. Juan Polcan es el ejemplo perfecto, ya que durante su viaje por París aguardó durante diez horas a la Pulga en la puerta de su casa a la espera de un milagro que finalmente ocurrió. 

La organización del plan comenzó hace meses: el joven diagramó dos días en la capital de Francia para visitar al rosarino. “Yo averigüé todo antes de viajar. Un montón de gente me habló para saber la dirección, pero por respeto no la voy a decir. Yo busqué en Internet, pero literalmente no hay rastro. Pude conseguirla con un peluquero que lo fue a visitar y vive en París. Tampoco me dijo exacto, pero me indicó más o menos dónde era. Cuando llegué a las 8 de la mañana a la zona tardé como 45 minutos en encontrarla”, detalló Juan en charla con infobae.

Y agregó sobre el ejercicio de paciencia que realizó en una vereda de París: “La espera fue por amor, por las ganas que tenía de conocerlo. Sólo desayuné un capuchino en el hostel en el que me estaba quedando a la mañana y nada más en el día hasta las 9 de la noche que regresé. La gente pasaba, me miraba y sospechaban que algo de Messi tenía que ser por la camiseta. Me senté a esperar a las 9 de la mañana cuando vi que se fue a entrenar. Al principio estaba solo y cerca del mediodía se sumó otro chico que venía a traerle un cuadro que estaba increíble”.

Las primeras horas fueron largas, pero tuvo una señal de la cual aferrarse. “Cuando volvió cerca de la una de la tarde no me pude ni acercar, pero estoy seguro de que me vio. Seguí esperando hasta que a las 15.30 salió Antonela de la casa, bajó la ventanilla del auto, nos habló con la mejor onda y nos dijo que iba a buscar a sus hijos. Tres horas más tarde apareció y tampoco me dieron bola”, detalló sobre la experiencia.

Sin embargo, hubo un momento en el que el sueño comenzó a desmoronarse: “En ese momento pensé que no había chances porque me lo había prometido, pero capaz no se podía. Me estaba resignando ya, el de seguridad me empezó a decir que iba a llamar a la policía pero yo no podía rendirme porque organicé estar dos días en París para venir a buscarlo a Lionel”.

Finalmente la espera valió la pena y Juan pudo conocer a su ídolo en persona. “De la nada aparece Antonela, nos señala la puerta y nos dice ‘vengan, vengan’. Ahí fue la escena que más me impactó: ella nos abrió la puerta de la casa. Nos podría haber mandado por otro lado pero prefirió dejarnos entrar a su hogar”, detalló emocionado al relatar la anécdota que le quedará para toda la vida.

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A los pocos pasos dentro de la morada, el campeón del mundo salió a recibirlos: “Lo primero que veo es a Messi paradito adelante mío en shortcito, pantuflas y nos dice ‘hola’. Fue un momento increíble. Le dije todo lo que lo amaba, hicimos las fotos, me firmó la camiseta del club de futsal en el que juego, me dio un abrazo y me autografió el brazo. Ahí me di cuenta de lo nervioso que estaba, Me temblaba el brazo como nunca y Lionel me tranquilizó para que la firma saliera lo mejor posible”.

El siguiente paso en la aventura fue inmortalizar el autógrafo: “Automáticamente me fui al Arco del Triunfo a tatuármelo. Justo el otro chico con el que entramos era tatuador y me dio una mano con eso. Fue en plena calle”. Juan explicó que logró hacerse un espacio en su calendario gracias a una excepción especial. “El IBS Le Crete, mi club de futsal, me dio los días libres para intentar ver a Messi con la condición de que si lo conseguía tenía que autografiar una camiseta”, añadió sobre la misión que logró cumplir para sus compañeros.

Polcan además le dedicó unas emotivas palabras a la Pulga, por las cuales recibió las felicitaciones de su acompañante. “Leo yo te quería agradecer, pero no por el Mundial, sino por alegrarme la vida desde chico. Me motivaste siempre y me sacás una sonrisaen cada partido que jugas”, le soltó directo a Lionel. Y cerró con una última reflexión: “Mi objetivo no es hacerme viral ni nada por el estilo. Yo quiero que la gente se entere cómo es él, su sencillez, su humildad”.

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