Hay muchos casos de personas que nunca han fumado y han desarrollado un cáncer de pulmón. Al respecto, un grupo de investigadores del Instituto Francis Crick de Londres han publicado un estudio en el que explican que esto puede ocurrir por la contaminación atmosférica.
Los investigadores realizaron un estudio epidemiológico con datos de 32.957 individuos para determinar que la contaminación atmosférica por partículas finas puede favorecer la proliferación de mutaciones genéticas específicas de algunos tipos de cáncer de pulmón, lo que conduce a una mayor progresión tumoral.
Según el estudio, la contaminación atmosférica es un cóctel de muchos componentes tóxicos y el término PM (siglas en inglés de Particulate Matter) se usa para describir una mezcla de pequeñas partículas sólidas y líquidas que se encuentran en el aire.
Estas partículas se dividen en categorías según su tamaño y las especialmente finas son las más preocupantes en cuanto a los efectos perjudiciales para la salud, explicaron los autores del estudio.
El aumento de la exposición a la contaminación se asocia a una mayor incidencia del cáncer de pulmón y una de las principales causas son precisamente esas partículas finas de 2,5 micrómetros o menos (PM2,5), que pueden penetrar profundamente en el pulmón.
Partículas peligrosas
Liderados por Charles Swanton, el equipo investigó la relación entre la exposición a PM2,5 y la frecuencia de cáncer de pulmón en 32.957 individuos, con una mutación en el gen EGFR de cuatro países (Inglaterra, Taiwán, Corea del Sur y Canadá). Este tipo se produce también en pacientes no fumadores.
"Las mismas partículas en el aire que se derivan de la combustión de combustibles fósiles, que exacerban el cambio climático, están impactando directamente en la salud humana a través de un importante y previamente pasado por alto mecanismo causante de cáncer en las células pulmonares. El riesgo de cáncer de pulmón por la contaminación del aire es menor que el que hay por el consumo de tabaco, pero no tenemos control sobre lo que todos respiramos. A nivel mundial, hay cada vez más personas expuestas a niveles peligrosos de contaminación del aire que a sustancias químicas tóxicas procedentes del humo del cigarrillo, y estos nuevos datos vinculan la importancia de abordar la salud climática para mejorar la salud humana", explicó Swanton.
Los autores informaron que la exposición a niveles crecientes de PM2,5 se asocia con una incidencia estimada creciente de cáncer de pulmón EGFR-mutante. El estudio sugiere que tres años de exposición a altos niveles de contaminación pueden ser suficientes para que surja este cáncer.
Los investigadores utilizaron modelos de ratón para investigar los procesos celulares que podrían subyacer a la progresión del cáncer en relación con la contaminación atmosférica.
"En conjunto, estos resultados sugieren que las PM2,5 podrían actuar como promotoras de tumores y agravar aún más las mutaciones cancerosas existentes", dijeron los expertos del estudio.
Comprender esta relación puede abrir vías para la prevención y proporcionar un argumento a favor de iniciativas para abordar la calidad del aire como una prioridad para la salud pública.