Las increíbles historias de los campos donde llueve cocaína: marcas en el suelo y sonidos extraños durante la noche
En el interior de Entre Ríos, el jefe narco conocido como “El señor de Los Cielos” organizaba vuelos desde su prisión domiciliaria en Salta
Marcas misteriosas sobre tierra aparecieron en un sembrado con soja. Eran huecos casi imperceptibles en un extenso campo que provocaron desconcierto entre los pocos pobladores de la zona de Santa Anita, una localidad de Entre Ríos, fundada por colonos alemanes del Volga el 14 de julio de 1900. La sorpresa se incrementó cuando agropecuarios encontraron demarcaciones y huellas de vehículos en el suelo.
El enigma se tornó mayúsculo cuando escucharon retumbar en el cielo truenos sin tormenta. El ir y venir de camionetas 4x4, que se veían en el horizonte y transportaban a varios hombres armados, daban una pista de lo que estaba ocurriendo. Cuando las bolsas con polvo blanco comenzaron a aparecer desparramadas por el extenso y desolado campo, ya no quedaron dudas.
Los indicios de “lluvia de cocaína” se sucedieron durante todo el mes de marzo de 2021. Los sonidos de las avionetas y las marcas continuaron. Ninguno de los pobladores se animó a acercarse a los extraños que llegaban por tierra. Aunque denunciaron los extraños sucesos, temerosos, los dejaron hacer. Recién el 5 de mayo sonó el teléfono de la División Toxicología de la Policía de Entre Ríos.
Las marcas de vehículos sobre campos de Santa Anita, Entre Ríos
Ese día, en Colonia Sagastume, llamada “La Histórica” y ubicada a unos 80 kilómetros del departamento de Concepción del Uruguay, un peón encontró “un bolso grande” muy cerca de una cosechadora. El sol aún no salía y una helada acechó al personal policial que llegó al lugar escribió las actas en medio de una completa quietud.
En total, encontraron 50 kilos de cocaína dispersos en un sector del campo, a unos 200 metros de donde finalizaba una especie de pista de aterrizaje clandestina sobre el territorio cosechado. El cargamento perdido fue el inicio de un caso que derivaría en una de las detenciones más importantes en materia de narcotráfico: la de Raúl Oscar “Loro” Ferreyra, segundo de Reynaldo “Delfín” Castedo y apodado “El Señor de los Cielos”, en honor al célebre capo mexicano Amado Carrillo Fuentes.
“Loro”, con frondoso prontuario narco, organizaba los vuelos desde su prisión domiciliaria en una lujosa residencia de Salta, de acuerdo a fuentes consultadas por Infobae.
El 8 de julio de ese año apareció otra pista. En la zona del departamento de Concepción del Uruguay, en las afueras de la ciudad de Pronunciamiento, a unos 15 kilómetros del Palacio San José, residencia de José Urquiza y escenario de la firma de la última reforma de la Constitución Nacional, un vecino reportó una avioneta sobrevolando la zona y arrojando grandes elementos sobre un campo.
Ahora sí, los policías dan rienda suelta a la tarea investigativa con un sinfín de medidas sobre caminos vecinales, rutas y otras localidades: incluso, colocaron un domo en medio de las siembras y fueron en busca de filmaciones de cámaras de seguridad instaladas en los camiones. Implementaron, además, operativos de controles en distintos horarios del día y de la noche.
Ocultos entre la maleza, divisaron las camionetas. Anotaron patentes y vigilaron sus movimientos. Pero todo el pueblo se mantuvo alerta ante el arribo de los narcos. El 23 de septiembre, el ring del teléfono despabiló al comisario. El llamado de un vecino lo impulsó a subirse al patrullero y adentrarse en medio de la noche al campo. Sintió que la avioneta que se le vino encima lo chocaba de frente. Antes de chocar contra el móvil, la aeronave remontó vuelo.
Era tarde para los narcos que habían quedado en tierra firma. Sin terminar de entender qué había fallado, se dieron a la fuga a toda velocidad en una pick up, pero el gran despliegue policial que siguió los dejó sin escapatoria.
Al verse encerrados, abandonaron el vehículo a metros de la residencia que aún guarda el piano de “Lola”, la hija de Urquiza. Detrás de ellos, los tres hombres dejaron 439 kilos de cocaína y, lo más preciado para una investigación, teléfonos celulares.
Los detectives encontraron cerca de ese lugar una segunda camioneta con doble fondo donde, se cree pasarían la droga. Ese encuentro cercano desencadenó un operativo discreto en un hotel de la ciudad de Basavilbaso. En una de las habitaciones estaban los tres hombres que habían escapado por el monte.
Los efectivos encontraron, más tarde, un tercer vehículo que los detenidos habían dejado apresto en un paraje de Islas del Ibicuy. Los procedimientos continuaron en un alojamiento ubicado a una cuadra del Obelisco, sobre la calle Corrientes, en la populosa Ciudad de Buenos Aires. En ese hotel, identificaron a una mujer de nacionalidad peruana a la que le secuestraron 55 mil dólares, 2 mil euros y 10 millones de pesos, que guardaba sueltos en la habitación. Ese punto, pudieron determinar, los miembros de la organización se reunían para cerrar detalles de los envíos.
Fuentes del caso aseguraron a Infobae que la organización habría concretado, al menos, ocho envíos de entre 400 y 500 kilos de cocaína. Durante todo el 2021 y 2022, la “lluvia de cocaína” continuó cayendo sobre los sembradíos. Al mismo tiempo, los efectivos de la División Toxicología realizaban vigilancias en distintos puntos de Entre Ríos, intervenciones telefónicas y tareas de inteligencia en todo el país, principalmente en la ciudad de Salta y Salvador Mazza.
Así fue que luego de una extensa y minuciosa investigación, el 10 de marzo de 2023, con apoyo del personal del personal del Escuadrón 45 de Gendarmería Nacional con asiento en Salta, detuvieron al jefe del peligroso “clan Ferreyra” y a otras personas involucradas en los vuelos narcos. Entre ellos, a Verónica Leila Heine, ex pareja de “Loro” y amante de “Delfín” Castedo.
Los integrantes de la división policial entrerriana están convencidos que desmantelaron una estructura narco criminal de gran magnitud que se dedicaba al tráfico de estupefacientes vía aérea desde países del norte (Brasil, Bolivia y Paraguay) hacia Concepción del Uruguay, rumbo a Buenos Aires y con destino final a Europa y a otros países, como Chile.
A través de las escuchas, los detectives pudieron conocer en qué gastaban el dinero los líderes de la banda. “Tuvieron a su disposición sumas millonarias para comprar vehículos, propiedades, hacerse cirugías estéticas, compras de todo tipo y hasta una liposucción. Las casas que allanamos en Salta son más lujosas que el Sheraton”, graficaron detectives que participaron de los operativos.
“No queremos convertirnos en Colombia”, aseguran desde una modesta oficina de la sede policial de Toxicología, convencidos que los controles vehiculares, motivaron el trazado de la ruta aérea que los convirtió en protagonistas.
“Esta es una zona tranquila, de campo. La gente está asombrada, espeluznada. Nunca imaginaron quedar en medio de tremenda trama narco”, agregan sobre la causa en la que interviene el Juzgado Federal de esta ciudad a cargo de Pablo Seró, Secretaría de Jose Barraza y la fiscal Josefina Minatta.